Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





1 Reyes 17:12 - Biblia Lenguaje Básico

12 Pero la mujer le dijo: —Te juro por Dios que no tengo pan. Solo tengo un poco de harina en una vasija y un poco de aceite en una botella. Ahora estoy recogiendo leña para preparar algo para mi hijo y para mí. Lo comeremos y después moriremos de hambre, pues ya no tenemos más comida.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pero ella respondió: —Le juro por el Señor su Dios que no tengo ni un pedazo de pan en la casa. Solo me queda un puñado de harina en el frasco y un poquito de aceite en el fondo del jarro. Estaba juntando algo de leña para preparar una última comida, después mi hijo y yo moriremos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Ella le respondió: 'Tan cierto como que vive Yavé, tu Dios, que no tengo nada cocido; sólo tengo un poco de harina en un tiesto y un poco de aceite en un cántaro. Estaba recogiendo dos atados de leña y vuelvo a mi casa para prepararlo para mí y para mi hijo. Lo comeremos y luego vendrá la muerte'.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero ella respondió: ¡Vive YHVH, tu Dios, que no tengo pan cocido! Solamente tengo un puñado de harina en una tinaja y un poco de aceite en la vasija; y he aquí estaba recogiendo un par de leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que comamos y muramos.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Ella le respondió: '¡Por vida de Yahveh, tu Dios, que no tengo pan cocido, sino únicamente un puñado de harina en la orza, y un poco de aceite en la alcuza! Precisamente estoy recogiendo dos astillas de leña, para ir luego a prepararlo para mí y para mi hijo; lo comeremos, y, después, esperaremos la muerte'.

Féach an chaibidil Cóip




1 Reyes 17:12
21 Tagairtí Cros  

Cuando se le acabó el agua, acostó al niño bajo un arbusto.


Como no quería verlo morir, se apartó de él y fue a sentarse no muy lejos de allí. Mientras estaba sentada, se echó a llorar.


Pero Itay le contestó: —Juro por Dios y por la vida del rey, que adonde tú vayas iré yo. Aunque me cueste la vida, estaré siempre a tu servicio.


Elías era un profeta de Tisbé, pueblo que estaba en la región de Galaad. Un día, Elías anunció a Ajab: —Juro por el Dios de Israel, a quien sirvo, que durante varios años no va a llover ni a caer rocío hasta que yo lo diga.


Cuando la viuda se volvió para traérselo, él le dijo: —Tráeme también un poco de pan.


Entonces Elías le contestó: —No tengas miedo. Vete y haz lo que has dicho. Pero primero cocina un pequeño pan para mí y tráemelo. Después prepara pan para ti y para tu hijo,


Salgo al campo y solo veo los cuerpos de los que han muerto en la guerra; entro en la ciudad y solo veo el desastre que ha causado el hambre. ¡Pero ni profetas ni sacerdotes parecen entender lo que pasa!


Cuando juréis en mi nombre, hacedlo con sinceridad y honradez y así las naciones encontrarán bendición en ese nombre y podrán cantar mis alabanzas.


Porque ellos juran en mi nombre, pero nunca cumplen sus promesas.


A falta de alimentos, todos mueren poco a poco. ¡Era mejor morir en la guerra que perecer de hambre!


Mientras Jesús comía, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro. Se acercó a él y derramó el perfume sobre su cabeza.


Os juro por Dios, el Salvador de Israel, que morirá, aunque se trate de mi hijo Jonatán. Pero ninguno le respondió.


Pero el pueblo se opuso a Saúl: —De ninguna manera vamos a permitir que Jonatán muera. Gracias a él, y con la ayuda de Dios, Israel ha alcanzado una victoria total. Así fue como el pueblo le salvó la vida a Jonatán.


luego mandaré a un muchacho para que las recoja. Si me oyes decirle: «¡Tráeme las flechas; están ahí cerca!», te juro por Dios que puedes volver tranquilo, pues eso quiere decir que no corres ningún peligro.


Pero David insistió: —¡Te juro por Dios y por ti mismo que puedo morir en cualquier momento! Tu padre sabe bien que tú y yo somos buenos amigos. Y seguramente habrá pensado: «Si se lo digo a Jonatán, se pondrá triste».


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí