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1 Reyes 11:1 - Biblia Lenguaje Básico

1-3 Además de la hija del faraón, Salomón se enamoró de otras muchas mujeres extranjeras procedentes de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y del país de los hititas. En concreto tuvo setecientas esposas que eran princesas y otras trescientas mujeres con las que mantuvo relaciones ocasionales. Dios había dicho a los israelitas en relación con las mujeres extranjeras: «No os caséis con ellas, pues ellas os harán adorar a sus dioses». Y así, en efecto, sucedió.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón, y a las heteas;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Ahora bien, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras. Además de la hija del faraón, se casó con mujeres de Moab, de Amón, de Edom, de Sidón y de los hititas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras:

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Ahora bien, además de la hija de Faraón, el rey Salomón amó a muchas mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias y heteas;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 El rey Salomón, además de la hija del Faraón, amó a muchas mujeres extranjeras: moabitas, amonitas, edomitas, sidonias e hititas,

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1 Reyes 11:1
20 Tagairtí Cros  

Roboán, hijo de Salomón, fue el rey de Judá. Tenía cuarenta y un años cuando comenzó a gobernar. La capital de su reino fue Jerusalén, y su reinado duró diecisiete años. Jerusalén fue el lugar que Dios había elegido para que lo adoraran. La madre de Roboán era amonita y se llamaba Naamá.


La madre de Roboán se llamaba Naamá y era amonita. Cuando Roboán murió, lo enterraron en la ciudad de David, en la tumba de sus antepasados. Su hijo Abías le sucedió como rey.


Y no solo imitó la mala conducta de Jeroboán, hijo de Nabat, sino que se casó con Jezabel, hija de Etbaal, rey de los sidonios, y terminó adorando a Baal.


Salomón se casó con la hija del faraón y la llevó a vivir en la parte más antigua de Jerusalén, conocida como Ciudad de David. Mientras tanto, él se dedicó a terminar de construir su palacio, el Templo de Dios y la muralla que rodeaba toda la ciudad.


Todos estos se habían casado con mujeres extranjeras, pero se separaron de ellas y de sus hijos.


Cuando todo esto finalizó, vinieron los dirigentes del pueblo y me dijeron: —Esdras, queremos informarte que nuestro pueblo, incluidos los sacerdotes y los levitas, no se ha mantenido apartado de la gente idólatra que habita este país. Todos ellos han seguido imitando las horribles costumbres de los pueblos que habitan en Canaán y Egipto.


Los judíos se han casado con mujeres de esos pueblos, así que el pueblo de Dios se ha mezclado con esa gente. Y los primeros en pecar de esta manera han sido los propios dirigentes y autoridades del pueblo.


No toméis a sus hijas como esposas para vuestros hijos no sea que ellas, al adorar a sus falsos dioses, hagan que vuestros hijos adoren también a esos mismos falsos dioses.


La sabiduría te librará de la mujer que engaña a su marido, y también te engaña a ti con sus palabras seductoras; la que abandona el amor de su juventud y olvida las promesas hechas a Dios.


Los besos de la mujer infiel son una trampa sin fondo; quien ofende a Dios caerá en ella.


Te hará ver cosas raras y te vendrán las ideas más tontas.


No gastes tu energía con mujeres, pues han llevado a la ruina a muchos reyes.


te cuidarán de la mujer mala, que con palabras dulces te seduce.


eso te librará de la mujer que te seduce con sus palabras y le es infiel a su marido.


Nadie debe tomar por esposa a la hermana de su mujer, ni tener relaciones sexuales con ella mientras su esposa viva; si lo hace, las convertirá en enemigas.


Tampoco deberá tener muchas mujeres, porque ellas podrían llevarlo a desobedecer a Dios. Por último, ese rey tampoco deberá acumular gran cantidad de oro o de plata.


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