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1 Pedro 5:5 - Biblia Lenguaje Básico

5 Del mismo modo vosotros, los jóvenes, debéis obedecer la autoridad de los líderes de la Iglesia. Todos debéis trataros con humildad, pues las Escrituras dicen: «Dios se opone a los orgullosos, pero brinda su ayuda a los humildes».

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Biblia Reina Valera 1960

5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Del mismo modo, ustedes los más jóvenes tienen que aceptar la autoridad de los ancianos; y todos vístanse con humildad en su trato los unos con los otros, porque «Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 También ustedes, los más jóvenes, sean sumisos a la autoridad de los Ancianos. Traten de rivalizar en sencillez y humildad unos con otros, porque Dios resiste a los orgullosos, pero da su gracia a los humildes.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos, y todos vosotros revestíos de humildad los unos para con los otros, porque: Dios resiste° a los soberbios y da gracia a los humildes.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 De igual modo, vosotros, jóvenes, someteos a los presbíteros. Revestíos todos de humildad en servicio mutuo, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.

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1 Pedro 5:5
27 Tagairtí Cros  

Y ahora, mi Dios, ¡ven con el Arca de tu pacto, que es símbolo de tu poder, al Templo donde vivirás para siempre! ¡Que tus sacerdotes, Dios mío, lleven tu salvación a todos! ¡Que los que te son fieles gocen de prosperidad!


Dios humilla a los orgullosos y pone a salvo a los humildes.


Siempre traté a los demás con justicia y rectitud; jamás actué de otra manera.


Vestiré a sus sacerdotes con ropas de fiesta y sus fieles cantarán con gran alegría.


Que tus sacerdotes se vistan de fiesta y tus fieles canten con alegría.


Dios mío, tú eres excelso, pero cuidas de la gente humilde; en cambio, a los orgullosos los mantienes alejados de ti.


Es preferible que te inviten a sentarte en un lugar de más honor, a que tengas que pasar vergüenza ante los invitados importantes. Si de algo eres testigo,


Dios se burla de los burlones, pero brinda su ayuda a los humildes.


Soy yo, el Dios excelso quien lo digo, yo que vivo por siempre; yo que vivo en un lugar alto y sagrado, pero que también estoy con los pobres y animo a los humildes y afligidos.


¡Mi Dios me llena de alegría; su presencia me llena de gozo! Él me ha concedido la victoria y me ha vestido de fiesta, como novio en traje de gala o novia adornada con sus joyas.


Yo hice todo lo que existe, y todo me pertenece. Así os lo aseguro yo, que soy Dios. Yo miro con bondad a los pobres y afligidos que respetan mi palabra.


Todos sus reyes bajarán de sus tronos, se quitarán sus ropas reales y llenos de miedo se sentarán temblando en el suelo. Cuando vean lo que va a pasar contigo, quedarán asustados.


Esta victoria hará que el rey del sur se vuelva muy orgulloso. Pero su orgullo no le durará mucho tiempo,


Cuando estéis ante un anciano o alguien mayor de edad, mostradle respeto y poneos de pie.


Pero entre vosotros no debe ser así. Al contrario, el más importante entre vosotros debe ser como el menos importante de todos; y el jefe de todos debe estar al servicio de los demás.


Amaos unos a otros como hermanos, y respetaos siempre.


Vosotros, que honráis a Cristo, respetaos unos a otros.


y no hagáis nada por orgullo o por rivalidad. Al contrario, haced todo con humildad y considerad a los demás mejores que vosotros mismos.


Dios os ama mucho y os ha elegido para que forméis parte de su pueblo. Por eso, vivid como se espera de vosotros: amad a los demás, sed buenos, humildes, amables y pacientes.


Cuando corrijas a un anciano, no lo regañes; al contrario, trátalo como si fuera tu propio padre. Trata a las ancianas como si fueran tu propia madre, y a las jóvenes trátalas con todo respeto, como si fueran tus hermanas.


Obedeced a vuestros líderes haciendo lo que os digan, porque ellos cuidan de vosotros sin descanso y saben que son responsables ante Dios de lo que os pase. De esta manera harán su trabajo con alegría y sin quejarse, pues ¿de qué os serviría que lo hicieran a disgusto?


Aunque la gracia que Dios nos da es muy grande; por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero brinda su gracia a los humildes».


En fin, todos debéis vivir en armonía y amaros unos a otros. Poneos de acuerdo en todo, para que permanezcáis unidos. Sed buenos y humildes.


Así pues, debéis estar dispuestos a sufrir, igual que Cristo sufrió como hombre para acabar así con el pecado.


¡Pero ya tendrán que dar cuenta a Dios, el Juez que está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos!


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