Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





1 Corintios 5:1 - Biblia Lenguaje Básico

1 De todo el mundo es conocido que uno de vosotros está viviendo con su madrastra como si viviera con su esposa. ¡Eso está muy mal! ¡Ni siquiera los que no son cristianos hacen algo así!

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Me cuesta creer lo que me informan acerca de la inmoralidad sexual que hay entre ustedes, algo que ni siquiera los paganos hacen. Me dicen que un hombre de su iglesia vive en pecado con su madrastra.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 De hecho se habla de inmoralidad sexual entre ustedes, y de un caso tal que ni siquiera se da entre los paganos: uno de ustedes convive con su propia madrastra.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

1 Por todas partes se dice que hay fornicación entre vosotros, y fornicación tal, que ni aun existe entre los gentiles; hasta el punto de que alguien tiene la mujer de su propio padre.°

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Por todas partes corre la noticia de un caso de lujuria, entre vosotros, pero tal lujuria que ni entre los paganos existe: que hay uno que vive con la mujer de su padre.

Féach an chaibidil Cóip




1 Corintios 5:1
32 Tagairtí Cros  

Mientras Jacob vivía en ese lugar, Rubén tuvo relaciones sexuales con Bilhá, una de las mujeres de Jacob. Y esto llegó a oídos de Jacob. Jacob tuvo doce hijos:


Pero me ofendiste gravemente, pues te acostaste con una de mis mujeres. Por eso ya no serás el primero, por haber sido impetuoso como el mar.


En aquel tiempo, tanto David como Absalón tomaban los consejos de Ajitófel como si vinieran de Dios mismo. Por eso Absalón ordenó enseguida que pusieran en la terraza una tienda de campaña, y allí, a la vista de todos, se acostó con las mujeres de su padre.


Cuando David llegó a Jerusalén, encerró en una casa a las diez mujeres que había dejado cuidando su palacio. Desde entonces ellas vivieron como si fueran viudas, pues aunque David siguió manteniéndolas, ya no volvió a tener relaciones sexuales con ellas.


Aunque Rubén era el hijo mayor de Jacob, perdió sus derechos como primer hijo por haber tenido relaciones sexuales con una de las esposas de su padre. Los derechos de Rubén pasaron a los hijos de su hermano José, hijo de Jacob, que mantuvieron esos derechos. Pero en realidad fue la tribu de su hermano Judá la que llegó a ser la más poderosa de todas, pues de ella surgió un gran gobernante. Rubén, el hijo mayor de Jacob, tuvo cuatro hijos: Janok, Palú, Jesrón y Carmí.


Y tú, Judá, eres muy lista para conseguirte amantes. ¡Qué bien has aprendido a practicar el mal!


No faltan los que tienen relaciones sexuales con la esposa de su padre, ni los que abusan sexualmente de la mujer cuando está en su período de menstruación.


Nadie debe tener relaciones sexuales con ninguna de las esposas de su padre,


Si alguien tiene relaciones sexuales con la mujer de su padre, los dos serán condenados a muerte, pues será como si hubiera tenido relaciones sexuales con su propio padre.


arrastráis por el suelo al desvalido y no hacéis justicia al humilde. Padre e hijo me ofenden al tener relaciones sexuales con una misma mujer.


Solo debemos escribirles una carta y pedirles que no coman nada que haya sido ofrecido a los ídolos. Que tampoco coman carne de animales que hayan muerto ahogados o carne que todavía contenga sangre. Además, deberán evitar las relaciones sexuales prohibidas por la ley.


no debéis comer carne de animales que hayan sido sacrificados en honor a los ídolos; no debéis alimentaros de sangre ni de carne de animales que hayan sido ahogados, y finalmente debéis evitar las relaciones sexuales prohibidas por la ley. Si cumplís con esto, haréis muy bien. Recibid nuestro cariñoso saludo».


Lo que quise decir es que no debéis tener amistad con los que dicen que son cristianos pero, en realidad, son unos malvados. Con personas así, ni siquiera debéis sentaros a comer.


También decís: «La comida es para el estómago, y el estómago es para la comida». ¡Claro que sí! Pero Dios va a destruir las dos cosas y es que el cuerpo no es para que lo usemos en relaciones sexuales prohibidas; al contrario, debemos usarlo para servir al Señor Jesús, pues nuestro cuerpo le pertenece a él.


No tengáis relaciones sexuales prohibidas. Ese pecado le hace más daño al cuerpo que cualquier otro pecado.


No os dejéis engañar. Sabéis bien que los que hacen el mal no participarán en el reino de Dios. Me refiero a los que tienen relaciones sexuales prohibidas, a los que adoran a los ídolos, a los que son infieles en el matrimonio, a los afeminados, a los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, a los ladrones, a los que siempre quieren más de lo que tienen, a los borrachos, a los que hablan mal de los demás y a los tramposos. Ninguno de ellos participará del reino de Dios.


Me da miedo pensar que, cuando vaya a visitaros, mi Dios me haga sentir tanta vergüenza que me ponga a llorar porque muchos no habéis dejado de pecar ni os habéis arrepentido de hacer el mal, sino que seguís teniendo relaciones sexuales prohibidas.


No quiero exagerar en este asunto, pero la persona que causó mi tristeza, hasta cierto punto también causó la tristeza de todos vosotros.


Cuando os escribí esa carta, yo no estaba pensando en la persona que hizo el daño ni a quien se lo hizo. Más bien, quería que Dios fuera testigo de lo mucho que os preocupáis por nosotros.


Todo el mundo conoce la conducta de los que se dejan arrastrar por sus malos deseos: no son fieles en el matrimonio, tienen relaciones sexuales prohibidas y están llenos de vicios.


Vosotros formáis parte del pueblo de Dios; por eso, ni siquiera debéis hablar entre vosotros de pecados sexuales, ni de indecencias ni de ambiciones exageradas.


Por eso, acabad con los malos deseos que hay en vosotros; no tengáis relaciones sexuales prohibidas, no seáis indecentes, dominad vuestros malos deseos, y no busquéis amontonar dinero, pues es lo mismo que adorar a dioses falsos.


Porque Dios no nos ha llamado a vivir de manera impura, sino a vivir una vida santa.


Yo le he dado tiempo para que se convierta, pero no ha querido hacerlo ni tampoco dejar de cometer pecados sexuales.


Pero a los cobardes, a los que no crean en mí, a los que hagan cosas odiosas, a los que hayan matado a otros, a los que tengan relaciones sexuales prohibidas, a los que practiquen la brujería, a los que adoren dioses falsos y a los mentirosos, los lanzaré al lago ardiente de fuego y azufre, y allí permanecerán separados de mí para siempre.


Todos en Israel hablan mal de vosotros.


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí