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1 Corintios 11:23 - Biblia Lenguaje Básico

23 Lo que el Señor Jesucristo me enseñó es lo mismo que yo os he enseñado: la noche en que el Señor Jesús fue traicionado, tomó pan en sus manos,

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Biblia Reina Valera 1960

23 Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Pues yo les transmito lo que recibí del Señor mismo. La noche en que fue traicionado, el Señor Jesús tomó pan

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Porque yo recibí del Señor lo que también os transmití: Que el Señor Jesús, la noche que era entregado, tomó pan;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Yo recibí una tradición procedente del Señor, que a mi vez os he transmitido; y es ésta: que el Señor Jesús, la noche en que era entregado, tomó pan;

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1 Corintios 11:23
17 Tagairtí Cros  

El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: —¿Dónde quieres que preparemos la cena de Pascua?


—Sabéis que dentro de dos días se celebrará la fiesta de la Pascua. Durante la fiesta, yo, el Hijo del hombre, seré apresado y moriré crucificado.


Jesús le respondió: —Pedro, te aseguro que esta misma noche, antes de que el gallo cante, dirás tres veces que no me conoces.


Enseñadles a cumplir todo lo que yo os he enseñado. Y sabed que estaré siempre con vosotros, hasta el fin del mundo.


Luego tomó una copa con vino, dio gracias a Dios y dijo: —Tomad esto y compartidlo entre vosotros.


El domingo nos reunimos para celebrar la Cena del Señor en una sala del piso superior de una casa donde había muchas lámparas encendidas. Como Pablo tenía que salir de viaje al día siguiente, estuvo hablando de Jesús hasta la media noche.


En la Cena del Señor, cuando tomamos la copa y pedimos que Dios la bendiga, todos nosotros estamos participando de la sangre de Cristo. Y cuando partimos el pan, también participamos todos del cuerpo de Cristo.


Lo primero que os enseñé fue lo mismo que yo aprendí: que Cristo murió por nosotros, que éramos pecadores, y que, tal como enseñan las Escrituras,


Queridos hermanos de las iglesias de la región de Galacia: Yo, Pablo, y los seguidores de Cristo que están conmigo, os saludamos. Le pido a Dios, nuestro Padre, y al Señor Jesucristo, que os concedan su gracia y su paz. Soy un apóstol que no ha sido enviado por nadie de este mundo, sino por Jesucristo y por Dios Padre que lo resucitó de entre los muertos.


Nuestro Dios me ha ordenado enseñaros todos sus mandamientos, para que los obedezcáis en la tierra que vais a ocupar. Así, cuando los demás pueblos oigan hablar de esos mandamientos, dirán que sois un gran pueblo, un pueblo sabio y entendido.


Porque ya sabéis que Dios, en recompensa, os dará parte de la herencia que ha prometido a su pueblo. Recordad que servís a Cristo, que es vuestro verdadero dueño.


Ya conocéis las instrucciones que os dimos con la autoridad que recibimos del Señor Jesús.


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