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Sofonías 3:15 - Biblia Version Moderna (1929)

15 ¡Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera a tu enemigo! ¡El rey de Israel, Jehová, está en medio de ti; no tienes que temer jamás mal alguno!

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Biblia Reina Valera 1960

15 Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio de ti; nunca más verás el mal.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Pues el Señor quitará su mano de juicio y dispersará a los ejércitos de tus enemigos. ¡El Señor mismo, el Rey de Israel, vivirá en medio de ti! Por fin, se habrán terminado tus aflicciones y nunca jamás temerás el desastre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Pues Yavé ha cambiado su suerte, ha alejado de ti a tus enemigos. No tendrás que temer desgracia alguna, pues en medio de ti está Yavé, rey de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 YHVH ha apartado tus juicios,° Ha echado fuera tu enemigo. YHVH, el Rey de Israel está en medio de ti. ¡Nunca más temerás el mal!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Yahveh ha retirado la sentencia contra ti, ha expulsado a tus enemigos. Yahveh, rey de Israel, está contigo, ya no tienes que temer mal alguno.

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Sofonías 3:15
48 Tagairtí Cros  

de manera que concibió y parió un hijo; y dijo: ¡Quitado ha Dios mi oprobio!


¡Alégrese Israel en Aquel que le hizo: los hijos de Sión regocíjense en su Rey!


el temor de Jehová es limpio, que dura para siempre; los juicios de Jehová son verdad, y a una justos.


Depusiste toda tu indignación; te apartaste del calor de tu ira.


¡Alza el grito y canta de gozo, oh moradora de Sión; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel!


¡Tragado ha a la muerte para siempre; y Jehová el Señor enjugará las lágrimas de sobre todas las caras, y quitará el oprobio de su pueblo de sobre toda la tierra! porque Jehová así lo ha dicho.


Porque Jehová es nuestro Juez, Jehová es nuestra Legislador, Jehová es nuestro Rey; el nos salvará.


Y los rescatados de Jehová volverán, y vendrán a Sión con canciones; y regocijo eterno estará sobre sus cabezas; ¡alegría y regocijo recibirán, y huirán el dolor y el gemido!


Así dice Jehová, el Señor tuyo, y tu Dios que defiende la causa de su pueblo: He aquí que he quitado de tu mano la copa de vértigo, la honda y anchurosa copa de mi ardiente ira; tú no la volverás más a beber;


¡Prorrumpid en regocijos, cantad juntas, oh ruinas de Jerusalem! porque Jehová tiente compasión de su pueblo, y ha redimido a Jerusalem.


Por medio de la justicia serás hecha estable: estarás lejos de la opresión, porque no tendrás de qué temer; y del terror, pues no se acercará a ti.


No se oirá más la violencia en tu tierra, la desolación ni la destrucción dentro de tus términos; sino que llamarás a tus muros Salvación, y a tus puertas Alabanza.


También yo me regocijaré en Jerusalem, y gozaréme en mi pueblo; y no se oirá más en ella voz de lloro ni voz de clamor.


He aquí, la voz del grito de la hija de mi pueblo suena desde una tierra muy remota: ¿Acaso no está Jehová en Sión? ¿no está en ella su Rey? Antes bien, ¿por qué me han provocado a ira con sus esculturas, y con sus vanidades traídas de una tierra extraña?


Por cuanto has dicho: Estas dos naciones y estas dos tierras han de ser mías, y nosotros las poseeremos, aunque Jehová ha estado allí;


ni dejaré oír contra ti en adelante el oprobio de las naciones, ni llevarás más el vituperio de los pueblos; pues que no destruirás más a tu nación, dice Jehová el Señor.


Y no volveré más a esconder mi rostro de ellos; porque habré derramado mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová el Señor.


Habrá alrededor de ella diez y ocho mil cañas; y el nombre de la ciudad, desde aquel día en adelante, será JEHOVA-SAMMA.


Entonces conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios. que habito en Sión, mi santo monte: y Jerusalem será santa; y los extraños no pasarán más por ella.


Y yo los plantaré en su propio suelo; y a nunca jamás volverán a ser arrancados de su tierra, que yo les he dado, dice Jehová, el Dios tuyo.


Y esto lo verá mi enemiga, y el baldón la cubrirá; aquella misma que me dice ¿Dónde está Jehová tu Dios? ¡Mis ojos la han de mirar; ahora será ella hollada como el lodo de las calles!


Porque la violencia hecha al Líbano te cubrirá, y la destrucción de las bestias que aquella violencia aterraba; a causa de la derramada sangre humana, y de la violencia hecha a la tierra, a la ciudad y a todos los que habitan en ella.


Por cuanto tú has saqueado a muchas naciones, todo el residuo de los pueblos te saquearán a ti; a causa de la derramada sangre humana, y de la violencia hecha a la tierra, a la ciudad, y a los que habitan en ella.


¡Jehová tu Dios está en medio de ti; el que es poderoso te salvará: se regocijará sobre ti con alegría, descansará en su amor, y saltará de gozo sobre ti, cantando!


Jehová empero en medio de ella es justo; no hará iniquidad: mañana tras mañana trae a luz su justicia; no faltará: pero el inicuo no conoce la vergüenza.


Y sucederá que en aquel día haré que sea Jerusalem una piedra pesada a todos los pueblos: todos los que cargaren con ella serán malamente lastimados; aunque se juntaren contra ella todas las naciones de la tierra.


Y se habitará tranquilamente en ella; y no habrá más maldición; sino que Jerusalem habitará confiada.


¡Regocíjate en gran manera, oh hija de Sión! ¡rompe en aclamaciones, oh hija de Jerusalem! he aquí que viene a tí tu rey, justo y victorioso, humilde, y cabalgando sobre un asno, es decir, sobre un pollino, hijo de asna.


Natanael le respondió: ¡Rabbí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel!


No temas, hija de Sión: he aquí que viene tu rey, sentado sobre un pollino de asna.


Y escribió Pilato un título, y lo puso sobre la cruz; y era el escrito: JESÚS EL NAZARENO, REY DE LOS JUDÏOS.


¶De mí mismo no puedo hacer nada: según oigo, juzgo; y mi juicio es justo; porque no procuro mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.


¶Y oí una gran voz en el cielo, que decía: ¡Ahora han venido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios, y la soberanía de su Cristo; porque ha sido derribado el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche!


¶¡Regocíjate sobre ella, oh cielo, y vosotros, los santos y los apóstoles y los profetas; porque Dios ha vengado vuestra causa en ella!


Y en su vestidura y sobre su muslo tiene este nombre escrito: REY DE LOS REYES, Y SEÑOR DE LOS SEÑORES.


Por esto están delante del trono de Dios, y le  sirven día y noche en su templo: y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos.


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