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Sofonías 2:15 - Biblia Version Moderna (1929)

15 ¡Ésta es la ciudad regocijada que habitaba descuidadamente, la que decía en su corazón: ¡Yo soy, y fuera de mí no hay ninguna! ¡Cómo ha venido a ser una desolación, una guarida de fieras! todo aquel que pasare junto a ella silbará, y meneará la mano.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Esta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que decía en su corazón: Yo, y no más. ¡Cómo fue asolada, hecha guarida de fieras! Cualquiera que pasare junto a ella, se burlará y sacudirá su mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Esta es la ruidosa ciudad que un día fue tan segura. «¡Yo soy la más grande! —se jactaba—. ¡No hay otra ciudad que se compare conmigo!». Sin embargo, ahora, miren la ruina en la que se convirtió, un refugio de animales salvajes. Todo el que pase por allí se reirá con desdén y sacudirá su puño en señal de desafío.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Ese será el fin de la ciudad alegre, que se sentía segura y que decía en su interior: 'Yo y nadie más que yo. ¿Y por qué, ahora no es más que un montón de ruinas donde se guarecen los animales? Todos los que pasan por allí silban, haciendo señas con la mano.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Esta es la ciudad alegre que vivía despreocupada; que decía en su corazón: Nadie más que yo. ¡Cómo se ha tornado en horror, en madriguera de fieras! Cualquiera que pase junto a ella silbará meneando la mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Ésta es la ciudad alegre, que vivía confiada y decía en su corazón: '¡Yo, y nadie más que yo!'. ¡Cómo ha sido devastada! ¡Es una guarida de fieras! Todo el que pase por ella silbará y agitará su mano.

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Sofonías 2:15
27 Tagairtí Cros  

Yo también podría hablar como vosotros: si vuestra alma estuviera en el lugar de mi alma, yo podría ensartar contra vosotros palabras, y menear contra vosotros la cabeza.


Los hombres batirán sobre él las manos, y le silbarán, huyendo él de su lugar.


¡Oh tú, que estabas llena de bulla, ciudad tumultuaria ciudad alegre! tus muertos no están muertos a cuchillo, ni murieron en guerra.


¡Temblad, las que estáis descuidadas! ¡turbaos, las que vivís sin recelo! ¡despojaos, desnudaos, ceñid los lomos de saco!


porque el palacio está abandonado, la ciudad populosa dejada; Ofel y la torre son madrigueras para siempre regocijo de asnos monteses, pasturaje para rebaños,


¡Mujeres descuidadas, levantaos! ¡oíd mi voz! ¡hijas confiadas, escuchad mi dicho!


Pues confiaste en tu maldad; dijiste: ¡Nadie me ve! Tu sabiduría y tu ciencia misma te han pervertido, de modo que dijiste en tu corazón: ¡Yo soy, y fuera de mi no hay otra!


para convertir su tierra en una desolación, y en un ludibrio perpetuo; todo aquel que pasare junto a ella quedará atónito y meneará la cabeza.


Y haré que sea esta ciudad objeto de asombro y de silbido; todo aquel que pasare junto a ella quedará asombrado y silbará, a causa de todas sus plagas.


A causa de la ira de Jehová, no será habitada, sino que toda ella será una desolación; cuantos pasaren junto a Babilonia quedarán asombrados, y silbarán a causa de todas sus plagas.


ALEPH.- ¡Cómo se sienta solitaria la ciudad que estaba llena de gente! ¡cómo ha venido a ser semejante a una viuda! aquella que era grande entre las naciones y princesa entre las provincias, ¡cómo ha sido hecha tributaria!


ALEPH.- ¡Cómo ha cubierto el Señor a la hija de Sión con una nube en su ira! ¡ha arrojado del cielo a la tierra la hermosura de Israel, y no se acuerda del estrado de sus pies en el día de su ira!


SAMEC.- Baten las manos contra ti todos los que pasan por el camino; silban, y menean la cabeza contra la hija de Jerusalem; dicen: ¿Es ésta la ciudad que apellidaban la perfección de hermosura, el regocijo de toda la tierra?


Los comerciantes entre los demás pueblos te silban; has venido a ser ruinas, y no existirás más para siempre.


Hijo del hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice Jehová el Señor: Por lo mismo que se ha engreído tu corazón, y has dicho: Dios soy yo; en el asiento de Dios estoy sentado, en medio de los mares; por tanto te digo que eres hombre y no Dios, aunque has puesto tu corazón como corazón de Dios.


¿Porfiarás en decir: Dios soy yo, en presencia de quien te mata? Mas tú eres hombre y no Dios, en la mano de aquel que te traspasa.


Habla y di: Así dice Jehová el Señor: He aquí que estoy yo contra ti, Faraón rey de Egipto; gran cocodrilo que yace en medio de sus aguas, el cual dice: ¡Mío propio es mi río, pues yo me lo hice!


Por tanto, oh rey, séate mi consejo acepto, y rompe con tus pecados, por medio de justicia, y con tus iniquidades, usando de misericordia para con los pobres; si por acaso pueda haber alguna prolongación de tu tranquilidad.


No hay cura para tu quebranto; gravísima es tu herida; todos los que oyeren el rumor de ti, darán palmadas sobre ti; porque ¿sobre quien no ha pasado continuamente tu maldad?


Formidable y terrible es; y de ella misma procede su juicio y su dignidad.


¶Y los que pasaban le decían injurias, meneando sus cabezas,


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