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Salmos 99:1 - Biblia Version Moderna (1929)

1 ¡JEHOVÁ reina! ¡tiemblen los pueblos! se sienta entronizado sobre los querubines; ¡conmuévase la tierra!

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Biblia Reina Valera 1960

1 Jehová reina; temblarán los pueblos. Él está sentado sobre los querubines, se conmoverá la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡El Señor es rey! ¡Que tiemblen las naciones! Está sentado en su trono, entre los querubines. ¡Que se estremezca toda la tierra!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El Señor reina, tiemblan los pueblos; monta en querubines, la tierra se estremece.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡YHVH reina! ¡Tiemblen los pueblos! Se sienta sobre los querubines, ¡Conmuévase la tierra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Reina el Señor, los pueblos se conmueven, está sentado sobre querubines, la tierra se estremece.

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Salmos 99:1
30 Tagairtí Cros  

Entonces levantándose David, se puso en marcha, y todo el pueblo que consigo tenía, desde Baale-judá, para hacer subir de allí el Arca de Dios, la cual es llamada del NOMBRE, nombre de Jehová de los Ejércitos, que habita entre los querubines.


¡Temblad delante de él, moradores de toda la tierra! el mundo también será hecho estable, para que nunca sea removido.


Montó también sobre un querubín, y voló; y voló con impetuoso vuelo sobre las alas del viento.


Dirá: ¡Empero yo he constituído mi Rey sobre Sión, mi santo monte!


ESCUCHA, oh Pastor de Israel, tú que conduces, como rebaño, a José! ¡resplandece, tú que habitas entre los querubines!


¡Delante de Efraim y Benjamín y Manasés despierta tu poder, y ven a salvarnos!


No saben, ni quieren entender; siguen andando en tinieblas: vacilan todos los cimientos de la tierra.


JEHOVÁ reina; se viste de majestad; se viste y se ciñe Jehová de fortaleza; también el mundo está afirmado; no será movido.


Decid entre las naciones: ¡Jehová reina! también el mundo será establecido; no será movido: él juzgará a las naciones con justicia.


¡Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad! ¡temblad delante de él, moradores de toda la tierra!


¡JEHOVÁ reina! ¡regocíjese la tierra! ¡alégrese la muchedumbre de las islas!


¡Sus relámpagos alumbran el mundo; la tierra ve, y se estremece!


Y allí tendré entrevistas contigo a tiempos señalados, y hablaré contigo desde encima del Propiciatorio, de en medio de los dos querubines (que estarán sobre el Arca del Testimonio), respecto de todo lo que te ordenare en cuanto a los hijos de Israel.


Jehová ha mezclado en medio de ella espíritu de vértigo; de modo que sus guías han hecho errar a Egipto en todo cuanto hace; a la manera que un borracho tambalea en su vómito.


Miro las montañas, y he aquí que están temblando, y todas las colinas se conmueven.


Al estruendo de su caída se estremece la tierra; hay un clamoreo, cuyas voces se oyen hasta el Mar Rojo.


¿No me temeréis a mí? dice Jehová; ¿no temblaréis delante de mí, que pongo la arena como límite a la mar, por estatuto perpetuo que ella no puede traspasar? y aunque se agiten sus ondas, no pueden prevalecer; y por grande que sea su conmoción, no lo podrán traspasar.


Al grito ¡tomada ha sido Babilonia! se estremece la tierra, y el clamoreo se oye entre las naciones.


Y Aquél me dijo: Hijo del hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar de las plantas de mis pies, donde habitaré en medio de los hijos de Israel para siempre; y la casa de Israel no profanará más mi santo Nombre, ni ellos ni sus reyes, con sus idolatrías, ni con los cadáveres de sus reyes en sus altos;


Dijo pues: Cierto hombre de ilustre nacimiento partió para un país lejano, a recibir para sí un reino, y volver.


Sus conciudadanos empero le odiaban: y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros.


Empero en cuanto a aquellos mis enemigos, que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos delante de mí.


¶De manera que, amados míos, conforme habéis obedecido siempre, no sólo como en mi presencia, sino antes mucho más ahora en mi ausencia, llevad a cabo la obra de vuestra misma salvación, con temor y temblor;


diciendo: Te damos gracias, oh Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras, por cuanto has tomado tu gran poder y has reinado.


¶Y ví un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él, de cuya presencia huyó la tierra y el cielo; y no fué hallado lugar para ellos.


Y el cielo fué removido como el rollo de un libro cuando es arrollado; y cada monte e isla fueron traspasados de sus lugares.


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