Biblia Todo Logo
Bíobla ar líne

- Fógraí -





Salmos 4:1 - Biblia Version Moderna (1929)

1 ¡CUANDO clamo, respóndeme, oh Dios de mi justicia! En la angustia, tú me has dado ensanche; ten misericordia de mí, y oye mi oración.

Féach an chaibidil Cóip


Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

1 Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia de mí, y oye mi oración.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Respóndeme cuando clamo a ti, oh Dios, tú que me declaras inocente. Libérame de mis problemas; ten misericordia de mí y escucha mi oración.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Cuando llamo, respóndeme, Dios mi defensor! En la angustia tú me has dado sosiego: ten compasión de mí y escucha mi oración.

Féach an chaibidil Cóip

La Biblia Textual 3a Edicion

1 Al director del coro, con neguinot.° Salmo de David. ¡Oh Dios de mi justicia,° respóndeme cuando clamo!° Tú, que en la estrechez me diste holgura,° Ten misericordia de mí y escucha mi oración.

Féach an chaibidil Cóip

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Del director; con instrumentos de cuerda. Salmo. De David.

Féach an chaibidil Cóip




Salmos 4:1
35 Tagairtí Cros  

Y a ti también te hubiera sacado de las fauces de la angustia, a un lugar espacioso, donde no hay estrechez; y la provisión de tu mesa hubiera estado llena de grosura.


Porque justo es Jehová, y ama la justicia; el hombre recto mirará su rostro.


¡Ah Jehová! te lo ruego, porque yo soy tu siervo; siervo tuyo soy, hijo de tu sierva; tú has roto mis prisiones.


Jehová guarda a los sencillos de corazón: yo fuí abatido, y él me salvó.


¡Vuelve tu rostro hacia mí, y ten misericordia de mí, según es tu uso para con los que aman tu nombre!


¡y no entres en juicio con tu siervo; porque ningún viviente podrá ser justo delante de ti!


Yo te he invocado, porque tú me responderás, oh Dios: inclina hacia mí tu oído, escucha mis palabras.


¡DIOS mío, Dios mío! ¿por qué me has desamparado? ¿por qué estás tan lejos de ayudarme, y de escuchar las palabras de mi gemido?


éste alcanzará bendición de parte de Jehová, y justicia del Dios de su salvación.


¡Vuelve tu rostro hacia mí, y ten misericordia de mí, porque estoy solitario y afligido!


Y no me has entregado en manos del enemigo; antes has plantado mis pies en campo espacioso.


Y en cuanto a mí, tú me sustentas en mi integridad, y me has hecho estar delante de tu rostro para siempre.


¡COMO el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti el alma mía, oh Dios!


REBOSA mi corazón un tema excelente: yo digo: Mis obras son para el Rey; mi lengua es la pluma de escribiente muy ligero.


¡APIÁDATE de mí, oh Dios, porque quisiera tragarme el hombre; peleando cada día me pone en aprieto!


¡APIÁDATE de mí, oh Dios, apiádate de mí; porque en ti se ha refugiado mi alma! ¡y bajo la sombra de tus alas me ampararé, hasta que pasen estas calamidades!


¡JEHOVÁ no me reprendas en tu ira, ni me castigues en tu ardiente indignación!


¡DIOS tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga, y haga resplandecer su rostro sobre nosotros; (pausa);


DIOS es conocido en Judá, su nombre es grande en Israel;


Dice uno: ¡Solamente en Jehová tengo justicia y fuerza! a él vendrán los hombres, y serán avergonzados todos los que se enojan contra él.


En sus días Judá será salvo, e Israel habitará seguro; y éste es su nombre con el cual será apellidado: JEHOVA, JUSTICIA NUESTRA.


¡Jehová el Señor es mi fuerza, y pone mis pies como los de las gacelas, y me hará andar sobre mis alturas! ¶Al Director del canto; sobre mis instrumentos de cuerdas.


Mas de él procede el que seáis vosotros en Cristo Jesús; el cual por parte de Dios nos ha sido hecho sabiduría, y justicia, y santificación, y redención;


El cual nos libró de tan terrible muerte, y aun nos libra; en quien confiamos que aun todavía nos seguirá librando;


Pues no queremos que estéis en ignorancia, hermanos, respecto de nuestra aflicción, que nos sucedió en la provincia de Asia, en grado tal, que estábamos excesivamente abrumados, sobre nuestras fuerzas, de manera que desesperábamos aun de la vida.


Dijo además David: ¡Jehová que me libró de las garras del león, y de las garras del oso, él también me librará de la mano de ese filisteo! Dijo pues Saúl a David: ¡Anda, y Jehová sea contigo!


Lean orainn:

Fógraí


Fógraí