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Salmos 146:4 - Biblia Version Moderna (1929)

4 pues sale su espíritu, y él se torna en su tierra: en ese mismo día perecen sus pensamientos.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día perecen sus pensamientos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Ellos, al dar su último suspiro, vuelven al polvo, y todos sus planes mueren con ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 no bien se le va el alma, vuelve al polvo, y ese día se acaban sus proyectos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Sale su espíritu y vuelve al polvo; Ese día perecen sus planes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 El aliento perdido, retornan a su tierra, y en ese mismo día sus miras se malogran.

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Salmos 146:4
17 Tagairtí Cros  

Y Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en sus narices aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.


Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra de donde fuiste tomado; porque polvo eres, y al polvo tornarás.


Pues yo, he aquí que yo voy a traer un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir de debajo del cielo toda carne que tiene en sí aliento de vida; todo lo que está en la tierra, morirá.


Pero el hombre muere, y yace postrado; sí, expira el hombre, ¿y dónde está?


Sus hijos adquieren honores, mas él no lo sabe; o son abatidos, pero él nada entiende de ello.


¡MI aliento se agota, mis días se acaban, los sepulcros me están aguardando!


Mis días se pasaron ya, mis propósitos están desbaratados, los tesoros más preciosos de mi corazón;


que mientras tanto que mi espíritu esté dentro de mí, y haya hálito de Dios en mis narices,


Escondes tu rostro, se turban; les quitas el aliento, expiran, y vuelven a su polvo.


Jehová anula el consejo de las naciones: desbarata los propósitos de los pueblos:


Tornas al hombre en polvo, y dices: ¡Volveos a la tierra, hijos de Adam!


y el polvo torne al polvo como antes era, y el espíritu se vuelva a Dios, que lo dió.


También su amor, así como su odio y su envidia, ya ha mucho que perecieron, ni vuelven ellos a tener parte jamás en nada de lo que sucede debajo del sol.


¡Dejaos pues del hombre, cuyo aliento está en su nariz! pues ¿en qué debe ser él estimado?


RESH.- El aliento de nuestra vida, el ungido de Jehová, fué tomado en sus hoyos; de quien pensábamos que bajo su sombra hubiésemos de vivir entre los gentiles.


Antes bien, contra el Señor del cielo te has ensalzado; de tal modo que han traído los vasos de su Casa delante de ti, y tú, y tus grandes, y tus mujeres, y tus concubinas estáis bebiendo en ellos; también a dioses de plata y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que no ven ni oyen, y que nada saben, los has alabado; mas al Dios en cuya mano está tu aliento, y cuyos son todos tus caminos, no le has glorificado.


¶Mas en verdad hablamos sabiduría entre los perfectos; bien que no la sabiduría de este siglo, ni de los jefes de este siglo, los cuales van llegando a su fin:


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