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Salmos 10:9 - Biblia Version Moderna (1929)

9 Asecha de encubierto, como el león desde su cueva; asecha para arrebatar al pobre: arrebata al pobre, trayéndole en su red.

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Biblia Reina Valera 1960

9 Acecha en oculto, como el león desde su cueva; Acecha para arrebatar al pobre; Arrebata al pobre trayéndolo a su red.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Como leones agazapados en sus escondites, esperan para lanzarse sobre los débiles. Como cazadores capturan a los indefensos y los arrastran envueltos en redes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 sus ojos espían al indigente, acecha como león en la espesura, listo para atrapar al desdichado, lo atrapa y luego lo arrastra con su red.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Acecha en lo encubierto, como el león desde su guarida, Acecha para arrebatar al pobre, Arrebata al pobre, atrayéndolo a su red.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 A escondidas pone trampas, cual león en madriguera, tiende insidias para cazar al afligido, le aprisiona, arrastrándole en sus redes.

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Salmos 10:9
28 Tagairtí Cros  

cuando se agachan en sus guaridas, y se echan en la espesura, para estar de acecho?


Porque él se pondrá a la diestra del pobre, para librarle de los que condenan su alma.


Por la opresión de los pobres, por el gemido de los menesterosos, ahora me levantaré, dice Jehová: pondré en salvo al que suspira por ello.


Hombres soberbios han escondido para mí lazos y cuerdas; han tendido una red junto al camino; me han puesto trampas. (Pausa.)


Son semejantes al león que desea hacer presa, y como leoncillo que se agacha en sus escondrijos.


Todos mis huesos dirán: ¡Jehová! ¿quién hay como tú, que libras al afligido de aquel que es más fuerte que él, y al afligido y menesteroso del que le despoja?


Los malos han desenvainado la espada, y han entesado su arco, para derribar al afligido y al menesteroso, y para matar a los que son rectos en su manera de vivir:


Pues he aquí que ponen asechanzas a mi vida; hanse juntado contra mí poderosos; no por mi transgresión, ni por mi pecado ¡oh Jehová!


El que oprime al pobre vitupera a su Hacedor; mas le honra aquel que se compadece del menesteroso.


Quien oprime a los desvalidos para acrecentar sus ganancias, y el que da a los ricos, caminan seguramente a la indigencia.


Cual león rugiente y oso hambriento, es el inicuo que gobierna a un pueblo pobre.


¿Qué tenéis, para que majéis a mi pueblo, y moláis las caras de los pobres? dice el Señor, Jehová de la Ejércitos.


Y en cuanto al tramposo, sus mañas son malas; él trama inicuas intrigas, para perder a los pobres con palabras mentirosas, aun cuando el necesitado sólo pide lo justo.


Porque entre mi pueblo se hallan  hombres inicuos: están a la mira, como asechan, los cazadores de aves; ponen trampas, prenden a hombres.


DALETH.- Se ha hecho para conmigo como oso en acecho, y como león en sus escondrijos.


El pueblo de la tierra practica la extorsión, y despoja fraudulentamente; y oprimen al pobre y al menesteroso, y al extranjero le saquean sin derecho.


¿Rugirá el león en el bosque, si no diere con presa? ¿dará voces desde su guarida el leoncillo, sin que haya apresado algo?


El hombre piadoso perecido ha de la tierra, y no hay ya recto entre los hombres; todos ellos ponen asechanzas para derramar la sangre, cazan cada cual a su hermano con una red;


A todos ellos los toma con su anzuelo, los arrastra con su red, y los junta en su barredera: por lo cual se regocija y está alegre.


Traspasas con sus mismas lanzas a los jefes de sus guerreros; los que se precipitaban cual torbellino para dispersarnos; los que saltaban de gozo, como para devorar al pobre en lugar secreto.


óyese el estruendo de los aullidos de los pastores, porque ha sido destruida su gloría; se oye el estruendo de los rugidos de los leoncillos, porque las espesuras del Jordán han sido destruídas.


Pero el que es asalariado, el que no es pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo, y deja las ovejas, y huye; y el lobo arrebata y dispersa las ovejas.


Tú pues no te dejes persuadir de ellos; porque le están armando asechanzas más de cuarenta de ellos, los cuales se han obligado bajo maldición, a no comer ni beber hasta que le hayan muerto: y ahora están listos, esperando tu promesa.


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