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Proverbios 8:36 - Biblia Version Moderna (1929)

36 Mas aquel que peca contra mí hace agravio a su propia alma: ¡todos los que me odian, aman la muerte!

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Biblia Reina Valera 1960

36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma; Todos los que me aborrecen aman la muerte.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 Pero el que no me encuentra se perjudica a sí mismo. Todos los que me odian aman la muerte».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

36 pero el que me ofende atenta contra su vida, todos los que me odian eligieron la muerte.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Pero el que peca contra mí, defrauda su propia alma; Todos los que me aborrecen aman la Muerte.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 Mas quien peca contra mí, a sí mismo se daña; todos los que me odian, aman la muerte.

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Proverbios 8:36
20 Tagairtí Cros  

Si has pecado, ¿qué efectúas contra él? y si han sido muchas tus transgresiones, ¿qué daño le haces?


por tanto comerán del fruto de su mismo camino, y se hartarán de sus propios consejos.


Porque la apostasía de los simples los matará, y la prosperidad de los insensatos causará su perdición.


QUIEN ama la corrección ama la ciencia; mas el que aborrece la reprensión es estúpido.


Aquel que rehusa la corrección, desprecia su misma alma; mas el que escucha la reprensión adquiere entendimiento.


Como rugido de león es el pavor de un rey; quien hace desbordar su ira peca contra su misma alma.


Allegar tesoros con lengua mentirosa, es como el fugaz aliento de los que buscan la muerte.


El aspecto de su semblante testifica contra ellos; pues que publican su pecado como Sodoma; no lo encubren. ¡Ay de ellos! porque han allegado el mal para sí mismos.


¿Por qué querréis morir, tú y tu pueblo, a espada y por hambre y por peste; según lo ha dicho Jehová, respecto de la nación que no quisiere servir al rey de Babilonia?


¡Echad lejos de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un nuevo espíritu; pues ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?


Diles: ¡Vivo yo! dice Jehová el Señor, que no me complazco en la muerte del inicuo, sino antes en que se vuelva el inicuo de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros caminos malos, pues ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?


Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: Era necesario que la palabra de Dios fuese predicada primero a vosotros; pero ya que la desecháis, y os juzgáis indignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.


Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: ¡No te hagas ningún daño; porque todos estamos aquí!


Si alguno no ama al Señor Jesucristo, ¡sea anatema! ¡Maran-atha!


¿de cuánto más severo castigo, pensáis, que será tenido por digno aquel que ha hollado bajo sus pies al Hijo de Dios, y ha estimado como inmunda la sangre del pacto con que había sido consagrado al servicio de Dios, y ha hecho ultraje al Espíritu de gracia?


¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? la cual, habiendo sido anunciada al principio por el Señor, nos ha sido confirmada por los que le oyeron a él;


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