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Proverbios 30:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 ¡Aleja de mí la vanidad y las mentiras; no me des ni pobreza ni riqueza; aliméntame del pan señalado para mi:

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Biblia Reina Valera 1960

8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Primero, ayúdame a no mentir jamás. Segundo, ¡no me des pobreza ni riqueza! Dame solo lo suficiente para satisfacer mis necesidades.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 aleja de mí la falsedad y la mentira, no me des ni pobreza ni riqueza. Dame sólo mi ración de pan.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Aparta de mí la falsedad y la mentira, Y no me des pobreza ni riquezas. Manténme del pan necesario,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 aleja de mí mentira y engaño, no me des pobreza ni riqueza, concédeme el pan de cada día,

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Proverbios 30:8
28 Tagairtí Cros  

Y Jacob hizo voto, diciendo: Si estuviere Dios conmigo, y me guardare en este camino en que ando, y me diere pan que comer y ropa que vestir,


Y en cuanto a su manutención, le fué dada de parte del rey una manutención continua, a razón de un tanto por día, todos los días de su vida.


Del mandamiento de sus labios no me apartaré: más que mi porción diaria he apreciado los dichos de su boca.


¡Aleja de mí el camino de mentira, y de tu gracia dame a conocer tu ley!


¡Aparta mis ojos para que no vean la vanidad, y vivifícame en tu camino!


Y al verla los hijos de Israel, decían el uno al otro: ¿Qué es esto? pues no sabían qué cosa era. Entonces les dijo Moisés: Este es el pan que Jehová os da a comer.


Y cuando lo midieron en el omer, nada tenía demás el que recogió mucho, y al que recogió poco nada le faltaba; cada uno había recogido según lo que podía comer.


He aquí, Jehová os ha dado el día del descanso, por tanto en el sexto día os da el pan de dos días. Estése cada hombre en su estancia; no salga nadie de su lugar en el día séptimo.


Y los hijos de Israel comieron el maná cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada; maná comieron hasta que entraron en los confines de la tierra de Canaán.


El justo aborrece la palabra mentirosa; pero el inicuo causa vergüenza y acarrea oprobio.


Allegar tesoros con lengua mentirosa, es como el fugaz aliento de los que buscan la muerte.


Quien siembra la iniquidad segará la calamidad; y la vara de su ira se acabará.


¿Acaso fijarás tu vista con avidez en aquello que no tiene existencia? porque las riquezas ciertamente toman para sí alas, cual águila que vuela hacia el cielo.


Dos cosas te pido, oh Señor, ¡no me las niegues, antes que muera!


¡Vanidad de vanidades! dice el Predicador, ¡vanidad de vanidades, todo es vanidad!


¡Ay de aquellos que arrastran la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta;


No hay quien pleitee con justicia, ni quien litigue de buena fe: confían en vanidad y hablan embustes; conciben vejación y paren iniquidad.


Entonces mandó el rey Sedequías, y pusieron preso a Jeremías en el patio de la cárcel, y le dieron diariamente un bollo de pan, de la calle de los panaderos, hasta que se consumió todo el pan en la ciudad. Y así se quedó Jeremías en el patio de la cárcel.


Y en cuanto a su manutención, le fué dada de parte del rey de Babilonia una manutención continua, a razón de un tanto por día, hasta el día de su muerte, todos los días de su vida.


Danos hoy nuestro pan de cada día.


Mas buscad primeramente el reino de Dios, y su justicia; y todas estas cosas os serán dadas por añadidura.


Danos día por día nuestro pan cotidiano.


Díceles entonces: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.


¡Señores! ¿por qué hacéis esto? ¡Nosotros también somos hombres como vosotros, sujetos a enfermedad, y os predicamos el evangelio, para que de estas vanidades os volváis al Dios vivo, que hizo el cielo, y la tierra, y el mar, y cuanto hay en ellos!


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