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Nehemías 2:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 ¶Mas cuando oyeron de ello Sanbalat horonita, y Tobías el siervo, ammonita, lo llevaron muy a mal que hubiese venido un hombre para procurar el bien de los hijos de Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Ahora bien, cuando Sanbalat, el horonita, y Tobías, el oficial amonita, se enteraron de mi llegada, se molestaron mucho porque alguien había venido para ayudar al pueblo de Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Pero cuando Sambalat el horonita, y Tobías, el funcionario amonita se enteraron de mi misión, se sintieron muy molestos: ¡cómo era posible que viniera alguien a preocuparse de los problemas de los israelitas!

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero cuando Sanbalat horonita y Tobías, el siervo amonita, lo oyeron, se disgustaron en gran manera de que alguien llegara a procurar el bien de los hijos de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Al enterarse de ello Sanbalat, el joronita, y Tobías, el siervo amonita, les pareció muy mal que hubiera llegado alguien para procurar el bien a los israelitas.

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Nehemías 2:10
26 Tagairtí Cros  

EN aquel día, leyendo en el Libro de Moisés a oídos del pueblo, se halló escrito en él que el Ammonita y el Moabita no habían de entrar jamás en la Congregación de Dios;


Y uno de los hijos de Joiada, hijo de Eliasib sumo sacerdote, era yerno de Sanbalat horonita; por tanto le ahuyenté de mí.


¶Mas antes de esto, Eliasib sumo sacerdote, teniendo el mando de los almacenes de la Casa de Dios, y siendo pariente cercano de Tobías,


¶Y oyeron de ello Sanbalat horonita, y Tobías el siervo, ammonita, y Gesem árabe; e hicieron escarnio de nosotros, y nos tuvieron en desprecio, y dijeron: ¿Qué obra es ésta que vosotros estáis haciendo? ¿Queréis rebelaros contra el rey?


¶Y fué así que cuando oyó Sanbalat, y Tobías, y los Árabes, y los Ammonitas, y los Asdoditas, cómo se estaba reparando el muro de Jerusalem, cuando ya comenzaron a cerrarse las partes derribadas, se encendió su cólera en gran manera;


Y ACONTECIÓ que cuando supieron Sanbalat, y Tobías, y Gesem árabe, y el resto de nuestros enemigos, que había yo edificado el muro, y que ya no quedaba en él rotura (bien que hasta entonces las hojas de las puertas no se habían asentado),


Y sucedió que cuando oyeron esto todos nuestros enemigos, y lo vieron todas las naciones que estaban en nuestros alrededores, decayeron mucho a sus propios ojos; y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.


Porque Mardoqueo el judío era segundo después del rey Asuero, y grande entre los Judíos, y acepto a la muchedumbre de sus hermanos; procurando el bienestar de su pueblo, y hablando paz a toda su descendencia.


El inicuo lo verá, y se enojará; crujirá los dientes, y desfallecerá; ¡el deseo de los inicuos perecerá!


Cruel es la cólera, y diluvio destructor es la ira; mas ¿quién podrá estar en pie delante de la envidia?


Por un esclavo cuando se hace rey, por el necio cuando se harta de alimento,


He visto a siervos andar a caballo como príncipes, y a príncipes andar sobre la tierra, como siervos.


Mi corazón da alaridos por Moab, cuyos fugitivos huyen hasta Zoar, como una novilla de tres años: porque por la cuesta de Luhit van subiendo con lloro; porque en el camino de Horonaim alzan el grito de quebranto:


Entonces Ismael llevó cautivo a todo el resto del pueblo que había en Mizpa, es a saber, las hijas del rey y todo el pueblo que quedaba en Mizpa; a quienes Nebuzaradán, capitán de la guardia, había encomendado a Gedalías hijo de Ahicam; los llevó pues cautivos Ismael hijo de Netanías, y se puso en camino para pasar a los hijos de Ammón.


Desde donde clama Hesbón hasta Eleale, y hasta Jahaz, dieron su voz; desde Zoar hasta Horonaim, cual novilla de tres años; porque las aguas de Nimrim vendrán a ser desolaciones.


Porque en la cuesta de Luhit con lloro incesante subirán; porque a la bajada de Horonaim  se oyen los lastimeros gritos de quebranto.


indignados de que enseñasen al pueblo, y proclamasen en nombre de Jesús la resurrección de entre los muertos.


Cuando oyeron estas palabras el capitán del Templo y los jefes de los sacerdotes estaban muy perplejos con respecto a ellos, dudando en qué vendría a parar aquello.


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