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Miqueas 7:3 - Biblia Version Moderna (1929)

3 sus dos manos están listas para hacer maldad; el príncipe pide regalos, y el juez decide por cohecho, también el grande habla sin reparo del deseo de su alma: y así entretejen las intrigas.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Para completar la maldad con sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompensa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo confirman.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 ¡Con ambas manos son hábiles para hacer el mal! Tanto los funcionarios como los jueces exigen sobornos. La gente con influencia obtiene lo que quiere y juntos traman para torcer la justicia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Sus manos son buenas para hacer el mal: el príncipe es exigente; el juez se deja comprar; el poderoso decide lo que le conviene.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Sus manos están adiestradas para el mal: El príncipe demanda retribución,° El juez juzga por retribución, El poderoso abriga malos deseos en su alma; Y entre ellos entretejen sus proyectos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 para hacer el mal están prontas sus manos, por hacer el bien el príncipe exige paga, el juez juzga por recompensa, el grande sigue su propio capricho: todos tejen sus tramas.

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Miqueas 7:3
26 Tagairtí Cros  

Cierra los ojos para maquinar cosas perversas, y apretando los labios, lleva a efecto la maldad.


El inicuo toma de su seno una dádiva para pervertir los trámites del juicio.


tus príncipes son rebeldes y camaradas de ladrones; cada uno de ellos ama el cohecho y corre tras las dádivas: al huérfano no hacen justicia, ni llega a ellos la querella de la viuda.


Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad; la tierra también descubrirá sus homicidios, y no encubrirá más sus muertos.


Y el pueblo mismo se hará vejámenes uno al otro, y cada cual contra su prójimo: el muchacho se portará con insolencia contra el anciano, y el vil contra el honorable.


Y en cuanto al tramposo, sus mañas son malas; él trama inicuas intrigas, para perder a los pobres con palabras mentirosas, aun cuando el necesitado sólo pide lo justo.


los que justifican al inicuo mediante una dádiva; y en cuanto al derecho del justo, se lo quitan!


¿reservará acaso la ira continuamente? ¿la guardará para siempre jamás? He aquí que así has dicho; y con todo has cometido maldades, según tu poder.


¡Ciertamente mi pueblo es necio, no me han conocido; hijos insensatos son, y no tienen inteligencia; sabios son para hacer el mal, pero nada saben de hacer el bien!


Por tanto daré sus mujeres a otros, y sus campos a los que los han de poseer; porque desde el menor hasta el mayor, cada uno de ellos es dado a ganancias injustas; desde el profeta hasta el sacerdote, cada uno practica el engaño.


Admiten cohecho en ti para derramar sangre: has tomado usura y ganancia, y has robado a tus vecinos por medio de extorsión; y te has olvidado de mí, dice Jehová el Señor.


Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan la presa, derramando sangre, y destruyendo almas, a fin de obtener ganancias injustas.


¶He aquí que los príncipes de Israel, cada cual según su poder, están  dentro de ti para derramar sangre.


Por cuanto rempujasteis con el costado y el hombro, y con vuestras astas acorneasteis a todas las enfermas, hasta que las habéis dispersado y echado fuera;


Entonces él me contestó: La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es sobremanera grande; de modo que la tierra se ha llenado de homicidios, y la ciudad está atestada de perversidad: porque ellos dicen: Ha abandonado la tierra Jehová; y, Jehová no lo ve.


Cuando termina su holgorio, se entregan desvergonzadamente a la fornicación; sus príncipes aman entrañablemente su mismo oprobio;


Alegran al rey con sus maldades, y a los príncipes con sus mentiras.


Porque yo sé cuán numerosas son vuestras transgresiones, y cuán agravados vuestros pecados, vosotros que sois adversarios al justo, y tomáis cohecho, y a los menesterosos los apartáis de su derecho ante los tribunales.


Pero ya ha mucho que mi pueblo se levanta contra mí como enemigo: despojáis la ropa juntamente con el manto de los que van pasando seguros, como hombres enemigos de guerra.


Sus cabezas juzgan por premios, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y con todo, se apoyan en Jehová, diciendo: ¿Acaso no está Jehová en medio de nosotros? ¡no vendrá pues sobre nosotros ningún mal!


a vosotros, que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo? ¿los que arrebatáis a los pobres hasta la piel, y la carne de sobre sus huesos;


y dijo:  ¿Qué queréis darme para que yo os le entregue? Y le pagaron treinta siclos de plata.


Así pues no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor; el cual sacará a luz las obras encubiertas de las tinieblas, y pondrá de manifiesto los propósitos de los corazones; y entonces cada cual tendrá su alabanza de Dios, y no del hombre.


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