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Miqueas 7:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 Y esto lo verá mi enemiga, y el baldón la cubrirá; aquella misma que me dice ¿Dónde está Jehová tu Dios? ¡Mis ojos la han de mirar; ahora será ella hollada como el lodo de las calles!

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y mi enemiga lo verá, y la cubrirá vergüenza; la que me decía: ¿Dónde está Jehová tu Dios? Mis ojos la verán; ahora será hollada como lodo de las calles.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Entonces mis enemigos verán que el Señor está de mi lado. Serán avergonzados los que se mofaban de mí diciendo: «Entonces, ¿dónde está el Señor, ese Dios tuyo?». Con mis propios ojos veré su ruina; como lodo en las calles serán pisoteados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Mi enemiga, al verlo se sentirá avergonzada, pues decía: ¿Dónde se metió tu Dios? Mis ojos se recrearán viendo cómo es pisoteada, igual que el barro de las calles.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Mi enemiga al verlo se cubrirá de vergüenza, La que me decía: ¿Dónde está YHVH tu Dios? Mis ojos pronto la han de mirar, Siendo pisoteada como el lodo de las calles.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Cuando mi enemiga lo vea, se cubrirá de vergüenza, ella, que me decía: '¿Dónde está Yahveh, tu Dios?'. Mis ojos se gozarán al verla toda pisoteada como el barro de las calles.

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Miqueas 7:10
42 Tagairtí Cros  

Yo pues los molía como polvo de la tierra; cual barro de las calles los hollaba y los aplastaba.


Serán vestidos mis adversarios de vergüenza, y cubiertos de su misma confusión, como de un manto.


¿Por qué han de decir los paganos: Pues, dónde está el Dios de ellos?


Yo, pues, los molía como polvo delante del viento; cual basura de las calles los echaba fuera.


¡Sean avergonzados y abochornados a una los que se alegran de mi calamidad! ¡Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí!


Como quien me hiere en los huesos, mis enemigos se mofan de mí, diciéndome todos los días: ¿dónde está tu Dios?


Mis lágrimas han sido mi alimento de día y de noche, mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?


Se alegrará el justo cuando vea la venganza; bañará sus pies en la sangre del inicuo.


¿Por qué han de decir los gentiles: Dónde está el Dios de ellos? ¡Sea conocida entre las naciones, a nuestra vista, la venganza de la derramada sangre de tus siervos!


El justo florecerá como la palma; crecerá como cedro en el Líbano.


Jehová, tu mano está alzada, mas ellos no ven: verán empero con vergüenza tu celo por tu pueblo; y el fuego devorará a tus contrarios.


Yo he levantado a uno desde el norte, y ya viene, desde el nacimiento del sol invocará mi nombre; y vendrá sobre príncipes como sobre lodo, y de la manera que el alfarero pisa el barro.


Pues he aquí que yo te he hecho pequeña, oh Idumea, entre las naciones, despreciada entre los pueblos.


mas ahora voy a recompensar a Babilonia y a todos los habitantes de Caldea, todo el mal que hicieron a Sión delante de vuestros ojos, dice Jehová.


Avergonzados estamos, por que hemos escuchado nuestra afrenta; la confusión ha cubierto nuestro rostro; porque entraron los extraños en los santuarios de la Casa de Jehová.


Y ellos se ceñirán de saco; el horror también les cubrirá; y en todas las caras habrá vergüenza, y en todas sus cabezas peladura.


Ahora pues si estáis dispuestos para que al tiempo que oyereis el sonido de la corneta, de la flauta, del arpa, del sambuco, del salterio, y de la gaita y de toda suerte de música, caigáis y adoréis la imagen que yo he hecho, bien; mas si no la adorareis, en aquella misma hora seréis echados en medio de un homo ardiendo en fuego: y ¿quién es el Dios que os librará de mi mano?


Entre el pórtico y el altar, lloren los sacerdotes, ministros de Jehová, y digan: ¡Compadécete, oh Jehová, de tu pueblo, y no entregues al oprobio tu herencia, para que los gentiles tengan dominio sobre ellos! ¿Por qué han de decir entre las naciones: Dónde está el Dios de ellos?


A causa de la violencia hecha a tu hermano Jacob, te cubre la vergüenza; y tú serás para siempre destruído.


No estés pues a la mira en el día de tu hermano, en el día de su desastre; ni te regocijes de los hijos de Judá, en el día de su destrucción; y no hables desdeñosamente en el día de su angustia.


Ahora empero se juntan contra ti muchas naciones, que dicen: ¡Sea ella contaminada! ¡Vean nuestros ojos la afrenta de Sión!


¡No te regocijes sobre mí, oh enemigo mío! ¡aunque caiga, me levantaré; aunque me siente en tinieblas, Jehová será mi luz!


¡Jehová ha apartado tus juicios, ha echado fuera a tu enemigo! ¡El rey de Israel, Jehová, está en medio de ti; no tienes que temer jamás mal alguno!


Y serán como valientes que huellan a sus enemigos en el barro de las calles, en la batalla: y pelearán, por cuanto Jehová está con ellos; y serán avergonzados los que montan en caballos.


Y vuestros mismos ojos lo verán; y diréis: ¡Sea engrandecido Jehová por todo el país de Israel!


Y hollaréis a los inicuos; porque serán como cenizas debajo de las plantas de vuestros pies, en aquel día que yo preparo, dice Jehová de los Ejércitos.


Confió en Dios; líbrele ahora, si le quiere; porque ha dicho:  De Dios soy Hijo.


Porque lo oirán los Cananeos, y todos los demás habitantes del país, y nos cercarán en derredor, y cortarán nuestro nombre de sobre la tierra; entonces tú ¿qué harás por tu gran nombre?


¶¡Regocíjate sobre ella, oh cielo, y vosotros, los santos y los apóstoles y los profetas; porque Dios ha vengado vuestra causa en ella!


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