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Miqueas 1:12 - Biblia Version Moderna (1929)

12 Porque la habitadora de Marot espera con ansia el bien; puesto que por parte de Jehová el mal ha descendido a la puerta misma de Jerusalem.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Porque los moradores de Marot anhelaron ansiosamente el bien; pues de parte de Jehová el mal había descendido hasta la puerta de Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 El pueblo de Marot con ansias espera la ayuda. Sin embargo, solo le espera amargura, porque el juicio del Señor llega a las puertas de Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 ¿Cómo podría ser feliz la que habita en Marot, cuando la desgracia que viene de Yavé golpea la puerta de Jerusalén?

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 ¿Cómo espera el bien la que habita en Marot, Si de parte de YHVH ha bajado el mal hasta la puerta de Jerusalem?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Ansiosamente esperan el bien los habitantes de Marot, cuando Yahveh ha hecho bajar la desdicha hasta la puerta de Jerusalén.

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Miqueas 1:12
9 Tagairtí Cros  

Sin embargo, cuando yo esperaba el bien, me vino el mal; cuando aguardaba la luz, me vinieron profundas tinieblas.


Yo formo la luz, y creo las tinieblas; yo hago la paz, y creo la calamidad; yo, Jehová, hago todas estas cosas.


¿Has rechazado del todo a Judá? ¿o tiene tu alma aborrecida a Sión? ¿por qué pues nos has herido de modo que no hay para nosotros cura? ¡Esperábamos la paz, pero no vino ningún bien; tiempo de sanidad, mas he aquí desmayo!


¡Esperábamos la paz, pero no vino ningún bien; tiempo de sanidad, mas he aquí el desmayo!


¿Sonará trompeta en la ciudad, sin que se atemorice el pueblo? ¿o habrá calamidad en alguna ciudad, que no la haya causado Jehová?


¡Porque están ya desahuciadas las llagas de ella; pues que llega el mal hasta Judá; alcanza el castigo hasta las puertas de mi pueblo, hasta Jerusalem!


Pero ella les contestó: No me digáis Noemí; llamadme antes Mara, porque muy amargamente se ha portado el Todopoderoso conmigo.


Llegó pues, y he aquí que Elí estaba sentado sobre una silla al lado del camino, atalayando; porque temblaba su corazón por el Arca de Dios. Y cuando aquel hombre vino a dar las nuevas en la ciudad, toda la ciudad dió gritos.


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