Mateo 9:24 - Biblia Version Moderna (1929)

²⁴ dijo: Dad paso; pues no murió la doncella,  sino que duerme.  Mas ellos se reían de él.

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Biblia Reina Valera 1960

²⁴ les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁴ «¡Salgan de aquí! —les dijo—. La niña no está muerta; solo duerme»; pero la gente se rio de él.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁴ Entonces les dijo: 'Váyanse, la niña no ha muerto sino que está dormida. Ellos se burlaban de él.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁴ Jesús les dijo: Retiraos, porque la muchacha no ha muerto, sino que duerme. Pero se burlaban de Él.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁴ dijo: 'Retiraos; que la niña no ha muerto, sino que está durmiendo'. Y se burlaban de él.

Mateo 9:24 Tagairtí Cros

Job 12:4

Soy como quien es el ludibrio de su amigo; ¡yo, hombre que clamaba a Dios, y él le respondía! ¡objeto de ludibrio es el justo y el perfecto!

Isaías 49:7

Así dice Jehová, el Redentor de Israel y su Santo, al despreciado de los hombres, al abominado de la nación, al siervo de los gobernantes: Reyes te verán y se levantarán; príncipes, y se postrarán; a causa de Jehová, que es fiel, es a saber, el Santo de Israel, que te ha escogido.

Isaías 53:3

¡Despreciado y desechado de los hombres; varón de dolores y que sabe de padecimientos! y como uno de quien se aparta la vista, despreciado fué, y no hicimos aprecio de él.

Marcos 5:40

Y ellos se reían de él. Mas habiendo echado fuera a todos, toma al padre y a la madre de la niña y a los que con él estaban, y pasa adentro, donde estaba la niña.

Lucas 8:53

Y ellos se reían de él, sabiendo que estaba muerta.

Juan 11:4

Empero Jesús, al oír esto, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para gloria de Dios, para que sea glorificado el Hijo de Dios por medio de ella.

Hechos 20:10

Pablo entonces descendió, y derribóse sobre él, y abrazándole, dijo: No os aflijáis; porque su vida está en él.

Hechos 9:40

Mas Pedro, habiéndolas hecho salir a todas, se puso de rodillas y oró; luego, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos; y viendo a Pedro, se incorporó.