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Mateo 28:2 - Biblia Version Moderna (1929)

2 Y he aquí que fué hecho un gran terremoto; porque un ángel del Señor descendió del cielo, y llegándose, rodó la piedra de la puerta, y sentóse sobre ella.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 ¡De repente, se produjo un gran terremoto! Pues un ángel del Señor descendió del cielo, corrió la piedra a un lado y se sentó sobre ella.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 De repente se produjo un violento temblor: el Angel del Señor bajó del cielo, se dirigió al sepulcro, hizo rodar la piedra de la entrada y se sentó sobre ella.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y hubo un gran terremoto, porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo, se acercó e hizo rodar la piedra, y se sentó encima de ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 De pronto se produjo un gran terremoto; porque un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.

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Mateo 28:2
12 Tagairtí Cros  

y lo colocó en un sepulcro suyo nuevo, que él había labrado a pico en la peña:  y habiendo rodado una piedra grande a la puerta del sepulcro, sefué.


Ellos pues se fueron, y sellando la piedra, aseguraron el sepulcro por medio de la guardia.


EL PRIMER día de la semana viene María Magdalena temprano, estando aún obscuro, al sepulcro, y vió la piedra quitada del sepulcro.


cuando de repente sucedió un gran terremoto, tal, que sacudiéronse los cimientos de la cárcel; y al instante se abrieron todas las puertas de la cárcel, y se les soltaron a todos las prisiones.


Mas un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos fuera, dijo:


Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.


A quienes fué revelado que no para sí mismos, sino para nosotros, ministraban estas cosas, que ahora os han sido anunciadas, por medio de los que os han predicado el evangelio, acompañado del Espíritu Santo enviado del cielo: cosas en las que los ángeles, con mirada fija, desean penetrar.


¶Y fué abierto el templo de Dios en el cielo, y fué vista en su templo el arca de su pacto: y hubo relámpagos, y voces, y truenos, y un terremoto, y grande pedrisco.


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