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Mateo 20:30 - Biblia Version Moderna (1929)

30 Y he aquí que dos ciegos, sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo:  ¡Ten piedad de nosotros, oh Señor, Hijo de David!

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Biblia Reina Valera 1960

30 Y dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que Jesús pasaba, clamaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 Dos hombres ciegos estaban sentados junto al camino. Cuando oyeron que Jesús venía en dirección a ellos, comenzaron a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 En algún momento, dos ciegos estaban sentados a la orilla del camino, y al enterarse de que pasaba Jesús, comenzaron a gritar: '¡Señor, hijo de David, ten compasión de nosotros!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 y he aquí dos° ciegos, sentados junto al camino, al oír que Jesús estaba° pasando, gritaron, diciendo: ¡Señor,° ten misericordia de nosotros, Hijo de David!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 En esto, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, cuando oyeron que pasaba Jesús, se pusieron a gritar: '¡Señor! ¡Hijo de David! ¡Ten compasión de nosotros!'

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Mateo 20:30
21 Tagairtí Cros  

Jehová abre los ojos de los ciegos; Jehová levanta a los agobiados; Jehová ama a los justos;


Y los sordos oirán en aquel día las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán de en medio de obscuridad y de tinieblas.


Y conduciré a los ciegos por un camino que no conocen; por senderos que no han conocido los guiaré; tornaré tinieblas en luz delante de ellos, y los caminos torcidos en vías rectas. Estas son mis promesas; las he cumplido, y no las he dejado sin efecto.


¡Oíd, oh sordos, y mirad, vosotros ciegos, para que veáis!


Palpamos la pared como ciegos; sí, palpamos como los que no tienen ojos; tropezamos al mediodía, como en el crepúsculo, estamos en obscuridades como los ya muertos.


Y como iba sembrando, parte de la semilla cayó a lo largo del camino; y vinieron las aves, y se la comieron.


Y he aquí que una mujer cananea, de aquellasregiones, saliendo al camino, clamaba, diciendo: ¡Señor, Hijo de David, ten piedad de mí; mi hija está gravemente atormentada de un demonio!


Y la gente los reprendía para que callasen. Mas ellos clamaban con mayor vehemencia:  ¡Ten piedad de nosotros, oh Señor, Hijo de David!


Y acudieron a él ciegos y cojos en el Templo; y los sanó.


Y las multitudes que iban delante, y las que seguían detrás, le aclamaban, diciendo:  ¡Hosanna al Hijo de David!  ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!


diciendo:  ¿Qué os parece del Cristo? ¿de quién es hijo? Ellos le dicen:  De David.


¶Llegaron entonces a Jericó: y al salir de Jericó con sus discípulos y gran tropel de gentes, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.


El Espíritu del Señor está sobre mí; por cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y a los ciegos recobro de la vista; para poner en libertad a los oprimidos;


En aquella hora sanó a muchos de dolencias, y de plagas, y de espíritus malignos; y a muchos que eran ciegos les dió vista.


Empero siendo él profeta, y conociendo que con juramento le había jurado Dios, que del fruto de sus lomos, se sentaría Uno sobre su trono,


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