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Mateo 18:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 ¶Mirad que no tengáis en poco a uno de estos pequeñitos; porque yo os digo, que sus ángeles en los cielos ven de continuo el rostro de mi Padre que está en los cielos.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 »Cuidado con despreciar a cualquiera de estos pequeños. Les digo que, en el cielo, sus ángeles siempre están en la presencia de mi Padre celestial.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Cuídense, no desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues yo se lo digo: sus ángeles en el Cielo contemplan sin cesar la cara de mi Padre del Cielo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10-11 Cuidado con despreciar a uno solo de estos pequeños; porque os aseguro que sus ángeles en el cielo están viendo constantemente el rostro de mi Padre celestial.

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Mateo 18:10
45 Tagairtí Cros  

¶Y Absalom habitó en Jerusalem dos años enteros sin ver la cara del rey.


Con lo cual dijo Micaya: Por lo mismo, oye tú el oráculo de Jehová: Yo ví a Jehová sentado sobre su trono, y a todos los ejércitos celestiales que estaban al rededor de él, a su diestra y a su siniestra.


de quienes los más validos eran Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y Memucán, los siete príncipes de Persia y Media, que veían la cara del rey, y se sentaban preeminentes en el reino);


en cuyos ojos el vil es despreciado: mas honra a los que temen a Jehová; el que jura en perjuicio suyo, y no vacila en cumplir;


En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia: estaré satisfecho, cuando despertare a tu semejanza.


Asienta campamento el Ángel de Jehová en derredor de los que le temen, y los defiende.


Porque dará encargo a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos;


¡Despierta, oh espada, contra mi Pastor, y contra el Varón que es mi socio, dice Jehová de los Ejércitos! ¡hiere al Pastor, y serán dispersadas las ovejas, y yo tornaré mi mano contra los pequeñitos!


Porque ¿quién es aquel que desprecia el día de las cosas pequeñas? Pues los tales se regocijarán, viendo la plomada en la mano de Zorobabel, con aquellos siete que son los ojos de Jehová que recorren toda la tierra.


Pero mientras él pensaba en esto, he aquí, un ángel del Señor le apareció en sueños, diciendo: José, hijo de David, no tengas recelo en recibir a María tu mujer; porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.


no quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo que humea, hasta que saque a victoria el juicio:


De la misma manera, no es la voluntad de vuestro Padre celestial que perezca uno de estos pequeñitos.


Mas al que hiciere tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que fuese sumergido en lo profundo del mar.


¶Y cuando ellos hubieron partido, he aquí que un ángel del Señor aparece en sueños a José, diciendo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto; y estáte allí hasta que yo te lo diga; porque Herodes buscará al niño para destruirle.


¶Empero, habiendo muerto Herodes, he aquí que un ángel de Señor aparece en sueños a José en Egipto,


Y enviará sus ángeles con grande estruendo de trompeta, los cuales juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, del un cabo del cielo hasta el otro.


Y respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que asisto en la presencia de Dios; y he sido enviado para hablar contigo, y para darte estas buenas nuevas.


El que oye a vosotros, a mí me oye; y el que a vosotros os desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí desecha al que me envió.


Mas aconteció que murió el mendigo, y fué llevado por los ángeles al seno de Abraham: el rico también murió, y fué sepultado.


vió éste claramente, en visión, como a la hora nona del día, a un ángel de Dios, que entraba a donde él estaba, y le decía: Cornelio.


Y ellos le decían: ¡Estás loca! Mas ella afirmaba confiadamente que era así. Entonces dijeron: ¡Es pues su ángel!


Y al punto el ángel del Señor le hirió, por cuanto no dió la gloria a Dios: y, comido de gusanos, expiró.


Porque estuvo junto a mí esta noche un ángel de Dios, de quien soy, y a quien sirvo,


Mas un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel, y sacándolos fuera, dijo:


¶Tú pues ¿por qué juzgas a tu hermano? y tú, ¿por qué desprecias a tu hermano? porque todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo;


Es bueno no comer carne, ni beber vino, ni hacer cosa alguna en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.


NOSOTROS pues que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los que son débiles, y no complacemos a nosotros mismos.


Qué, ¿no tenéis casas en donde comer y beber? ¿O es que despreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que nada tienen? ¿Qué os diré? ¿os alabaré en esto? No os alabo.


nadie pues le desprecie; mas encaminadle en paz, para que venga a mí; porque le espero con los hermanos.


A los débiles me hice como débil, para ganar a los débiles: me hacía todo para con todos, para que de todos modos yo salve a algunos.


YO Pablo os ruego, por la mansedumbre y la dulzura de Cristo, yo que en persona soy humilde entre vosotros, mas estando ausente, soy osado para con vosotros;


Porque dice alguno: Sus cartas son de peso y fuertes; mas su presencia corporal es débil, y su palabra despreciable.


HERMANOS, si alguno fuere sobrecogido en cualquiera transgresión, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal en espíritu de   mansedumbre, mirándote  a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.


Por tanto, el que rechaza mis palabras, no rechaza al hombre, sino a Dios, que os da su Espíritu Santo.


Nadie tenga en poco tu juventud; al contrario, sé tú el dechado de los creyentes en palabra, en manera de vivir, en amor, en fe, en pureza.


¿no son todos ellos espíritus ministradores, enviados para hacer servicio a favor de los que han de heredar la salvación?


Porque no entró Cristo en un lugar santo hecho de mano, que es una mera representación del verdadero, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora delante de Dios por nosotros.


Y ví a los siete ángeles que están en pie delante de Dios; y les fueron dadas siete trompetas.


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