Marcos 7:27 - Biblia Version Moderna (1929)

²⁷ Mas él le dijo: Deja que se sacien primero los hijos; porque no es justo tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perros.

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

²⁷ Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁷ Jesús le dijo: —Primero debo alimentar a los hijos, a mi propia familia, los judíos. No está bien tomar la comida de los hijos y arrojársela a los perros.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁷ Jesús le dijo: 'Espera que se sacien los hijos primero, pues no está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perritos.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁷ Pero le decía: Deja que primero se sacien° los hijos, porque no está bien quitar el pan de los hijos y echarlo a los perros.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁷ Jesús le decía: 'Deja que primero se sacien los hijos; porque no está bien tomar el pan de los hijos para echárselo a los perrillos'.

Marcos 7:27 Tagairtí Cros

Mateo 10:5

¶A estos doce envió Jesús, después de haberles dado encargo, diciendo: No vayáis en camino de gentiles, ni entréis en ciudad de Samaritanos;

Mateo 7:6

¶No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos; no sea que las rehuellen con sus pies, y volviéndose sobre vosotros, os despedacen.

Marcos 7:26

La mujer era griega, sirofenicia de raza, y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.

Marcos 7:28

Ella empero respondió y le dijo: ¡Así es, Señor; pero los perros también, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos!

Hechos 22:21

Y él me dijo: Parte; porque yo te enviaré lejos de aquí a los gentiles.

Romanos 15:8

Pues digo que Cristo fué hecho ministro de la circuncisión, a causa de la fidelidad de Dios, para confirmar las promesas dadas a los padres,

Efesios 2:12

acordaos, digo, que en aquel tiempo estabais sin Cristo, estando extrañados de la ciudadanía de Israel, y siendo extranjeros con respecto a los pactos de la promesa; no teniendo esperanza, y sin Dios en el mundo.