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Marcos 2:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 Y luego, conociendo Jesús en su espíritu que discurrían entre sí de esta manera, les dice: ¿Por qué discurrís tales cosas en vuestros corazones?

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Biblia Reina Valera 1960

8 Y conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué caviláis así en vuestros corazones?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 En ese mismo instante, Jesús supo lo que pensaban, así que les preguntó: «¿Por qué cuestionan eso en su corazón?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pero Jesús supo en su espíritu lo que ellos estaban pensando, y les dijo: '¿Por qué piensan así?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Al instante, percibiendo Jesús en su espíritu que cavilaban de este modo, les dice: ¿Por qué caviláis estas cosas en vuestros corazones?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero, conociendo al momento Jesús en su espíritu que pensaban así en su interior les dice: '¿Por qué pensáis tales cosas en vuestro corazón?

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Marcos 2:8
23 Tagairtí Cros  

Yo sabía también, Dios mío, que tú pruebas los corazones, y te complaces en la rectitud: yo pues en la rectitud de mi corazón te he ofrecido voluntariamente todo esto; y ahora veo con regocijo a tu pueblo, los que se hallan aquí, ofrecerte espontáneamente sus dones.


tú conoces mi sentarme y mi levantarme; entiendes de lejos mis pensamientos.


Abominación son a Jehová los propósitos de los inicuos; pero son puras las palabras de dulzura.


El propósito de los necios es pecado; y una abominación para los hombres es el escarnecedor.


¡deje el malo su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá compasión de él, y a nuestro Dios, porque es grande en perdonar!


¶Así dice Jehová el Señor: Sucederá que en aquel día subirán proyectos en tu corazón, y tramarás un designio perverso;


¶Pero Jesús lo supo, y se apartó de allí; y le seguían grandes multitudes, y él sanó a todos los enfermos,


Mas ellos discurrían entre sí, diciendo: Es porque no tomamos pan.


Mas Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo:  ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?


¿Por qué habla este hombre así? ¡Blasfema! ¿quién puede perdonar pecados sino solo Dios?


¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados son perdonados; o decirle: Levántate, y alza tu camilla y anda?


Porque de dentro, del corazón de los hombres, proceden los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios,


Él entonces les dijo: ¿Por qué estáis turbados? ¿y por qué se suscitan cavilaciones en vuestros corazones?


Mas Jesús, que conocía los pensamientos de ellos, respondióles, diciendo: ¿Qué discurrís en vuestros corazones?


Mas él conocía sus pensamientos, y dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, poniéndose en pie, se estuvo esperando.


Le dice por tercera vez: ¿Simón, hijo de Jonás, me quieres? Contristóse Pedro de que le hubiera dicho la tercera vez: ¿Me quieres? y le dijo: ¡Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que yo te quiero! Dícele Jesús: Apacienta mis ovejas.


Mas hay algunos de vosotros que no creen. Pues desde el principio sabía Jesús quiénes eran los que no creían, y quién era aquel que le había de entregar.


Pedro entonces le dijo: Ananías, ¿por qué ha llenado Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrayeses parte del valor del campo?


Arrepiéntete pues de esta tu maldad, y ruega al Señor, si por acaso se te perdone el pensamiento de tu corazón;


Y no hay criatura alguna que no esté manifiesta delante de la presencia de él; sino antes, todas las cosas están desnudas y patentes a los ojos de aquel con quien tenemos que ver.


Y mataré a sus hijos de peste; y conocerán todas las iglesias que yo soy Aquel que escudriña los íntimos pensamientos y los corazones; y daré a cada uno de vosotros conforme a vuestras obras.


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