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Marcos 14:41 - Biblia Version Moderna (1929)

41 Y viene la tercera vez, y les dice:  Dormid lo que resta del tiempo, y descansad. Ya basta, la hora ha llegado. He aquí, el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores.

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Biblia Reina Valera 1960

41 Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

41 Cuando volvió a ellos por tercera vez, les dijo: «Adelante, duerman, descansen; pero no, la hora ha llegado. El Hijo del Hombre es traicionado y entregado en manos de pecadores.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

41 Vino por tercera vez, y les dijo: 'Ahora ya pueden dormir y descansar. Está hecho, llegó la hora. El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

41 Y vuelve la tercera vez y les dice: Dormid lo que resta y descansad. ¡Basta! Llegó la hora. He aquí que el Hijo del Hombre es entregado en las manos de los pecadores.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

41 Vuelve por tercera vez y les dice: '¡Ya podéis dormir y descansar! ¡Se acabó! Llegó la hora; ya el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores.

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Marcos 14:41
23 Tagairtí Cros  

Y aconteció que al medio día se burlaba de ellos Elías, diciendo: ¡Gritad más recio! ya que es dios; porque estará meditando, o quizás se habrá retirado, o bien estará de viaje; ¡o tal vez duerme, y habrá que despertarle!


Vino pues al rey; y el rey le dijo: Micaya, ¿debemos ir a pelear contra Ramot-galaad, o debemos desistir? Y él le dijo irónicamente: ¡Sube, y tendrás feliz suceso; porque la entregará Jehová en mano del rey!


Entonces dijo Eliseo al rey de Israel: ¿Qué tengo yo que ver contigo? ¡Véte a los profetas de tu padre, y a los profetas de tu madre! Y le dijo el rey de Israel: ¡No tal; porque Jehová ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en manos del rey de Moab!


¡Regocíjate, oh mancebo, en tu juventud, y alégrete tu corazón en los días de tu mocedad; y anda en los caminos de tu corazón, y en la luz de tus ojos; mas sabe tú que por todas estas cosas Dios te traerá a juicio!


¶Mas en cuanto a vosotros, oh casa de Israel, así dice Jehová el Señor: ¡Id, servid cada uno a sus ídolos, y en lo venidero también, si no queréis obedecerme a mí: pero no contaminéis más mi santo nombre con vuestros dones y con vuestros ídolos!


Sabéis que después de dos días se celebra la Pascua, y el Hijo del hombre es entregado para ser crucificado.


¶Y Judas, que era uno de los doce, fué a los jefes de los sacerdotes, para entregarles a Jesús.


Y estando ellos reclinados, y comiendo, Jesús dijo: En verdad os digo que uno de vosotros que come conmigo, me va a entregar.


Y pasando un poco más adelante, cayó en tierra, y oró que, si fuese posible, pasase de él aquella hora.


Y vino otra vez, y los halló dormidos; porque sus ojos estaban sumamente cargados de sueño, y no sabían qué responderle.


Levantaos, vamos; he aquí, el que me entrega se acerca.


Y les dijo: Admirablemente desecháis el mandamiento de Dios, para guardar vuestra tradición.


Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres, y le matarán; y habiendo sido muerto, después de tres días resucitará.


Y Jesús les responde, diciendo: Ha llegado la hora en que sea glorificado el Hijo del hombre.


¡Ahora está turbada mi alma! ¿y qué diré? ¡Padre, sálvame de esta hora! mas por esto mismo vine a esta hora.


ESTAS cosas habló Jesús; y alzando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha venido; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo también te glorifique a ti;


Por esto procuraban prenderle; mas nadie le echó mano, porque su hora no había aún llegado.


Estas palabras dijo Jesús en la Tesorería, enseñando en el Templo; y nadie le prendió; porque todavía no había llegado su hora.


¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? ¡y ellos mataron a aquellos que anunciaban de antemano la venida del Justo, de quien ahora vosotros habéis venido a ser los entregadores y matadores!


¡Andad y clamad a los dioses que os habéis escogido! ¡que os salven ellos en el tiempo de vuestra angustia!


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