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Marcos 13:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 Porque nación se levantará contra nación, y reino contra reino; habrá terremotos por diversos lugares; y habrá hambres y alborotos: estas cosas principio son de dolores.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá terremotos en muchos lugares, y habrá hambres y alborotos; principios de dolores son estos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Una nación entrará en guerra con otra, y un reino con otro reino. Habrá terremotos en muchas partes del mundo, y también hambres; pero eso es solo el comienzo de los dolores del parto, luego vendrán más.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Habrá conflictos: nación contra nación, y reino contra reino. Habrá terremotos y hambre en diversos lugares. Estos serán los primeros dolores del parto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino, y habrá terremotos en todas partes y habrá hambres.° Éstos son principios de dolores de parto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Efectivamente, se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá terremotos en diversos lugares, habrá hambres. Eso será comienzo del doloroso alumbramiento.

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Marcos 13:8
21 Tagairtí Cros  

Y se estrellaba nación contra nación, y ciudad contra ciudad; porque Dios los conturbaba con toda suerte de adversidad.


Temblor los sobrecogió allí, dolor, como a mujer que da a luz.


Y yo incitaré a egipcios contra egipcios, y pelearán cada uno contra su hermano, y cada cual contra su compañero; ciudad contra ciudad, reino contra reino.


Desde la presencia de Jehová de los Ejércitos será visitado el enemigo con truenos y terremoto y grande estrépito, con torbellino y tempestad, y llamas de fuego devorador.


Y ellos le dijeron: Así dice Ezequías: Día de angustia y de reconvención y de ultraje es este día; porque los hijos han llegado al punto de nacer, mas la que pare no tiene fuerzas.


¿Qué dirás cuando él ponga sobre ti, por cabeza tuya, a los que tú mismo has enseñado a ser tus íntimos amigos? ¿No se apoderarán de ti dolores, como de mujer que da a luz?


¡Oh habitadora del Líbano, que haces tu nido entre los cedros, cuán lastimosa serás cuando te acometan angustias, dolores, como a mujer que da a luz!


Así dice Jehová de los Ejércitos: He aquí que la calamidad irá de nación en nación, y una gran tempestad se despertará desde las partes más lejanas de la tierra.


Porque he oído una voz como de mujer que está de parto; congojas como de la que da a luz su hijo primogénito: es la voz de la hija de Sión, que está agonizando; que extiende sus manos, diciendo: ¡Ay de mí; porque desmaya mi alma a causa de los homicidas!


Damasco ha venido a ser endeble; ¡vuelve su rostro para huir! mas temblor se apodera de ella, angustia y dolores se asen de ella, como de mujer que está de parto.


El rey de Babilonia oye la fama de ellos, y se le debilitan las manos; la angustia se apodera de él, dolores como de mujer que da a luz.


¡Hemos oído la fama de ellos, y se debilitan nuestras manos! la angustia se apodera de nosotros, y dolores como de la que da a luz.


y trastornaré el trono de los reinos, y destruiré la potencia de los reinos de las naciones, y volcaré los carros de guerra y los que van en ellos; y caerán los caballos y sus jinetes, cada uno bajo la espada de su hermano.


Y sucederá en aquel día que habrá entre ellos una grande consternación procedente de Jehová, y trabará cada cual la mano de su prójimo; y la mano de éste se levantará contra la mano de su compañero.


Todas estas cosas principio son de dolores.


Mas cuando oyereis hablar de guerras y rumores de guerras, no os turbéis: es menester que sucedan estas cosas; mas aun no es el fin.


Mirad empero por vosotros mismos; porque os entregarán a los concilios, y en las sinagogas seréis azotados; y seréis presentados ante gobernadores y reyes, por mi causa, para testimonio a ellos.


Y poniéndose en pie uno de ellos, llamado Agabo, dió a conocer, por el Espíritu, que había de haber una grande hambre por todo el mundo habitado, la cual sucedió en días de Claudio César.


Cuando los hombres estén diciendo: ¡Paz y seguridad! entonces mismo vendrá sobre ellos repentina destrucción, como dolores de parto sobre la que está encinta; y no podrán escaparse.


Y salió otro caballo, rojo: y al que estaba sentado sobre éste, le fué dado quitar de la tierra la paz, y hacer que los hombres se matasen unos a otros; y le fué dada una grande espada.


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