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Marcos 10:14 - Biblia Version Moderna (1929)

14 Y viendo esto Jesús, llenóse de indignación, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo estorbéis; porque de los tales es el reino de Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Cuando Jesús vio lo que sucedía, se enojó con sus discípulos y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí. ¡No los detengan! Pues el reino de Dios pertenece a los que son como estos niños.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Jesús, al ver esto, se indignó y les dijo: 'Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Cuando Jesús lo vio, se indignó y les dijo: Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales° es el reino de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Cuando Jesús lo vio, lo llevó muy a mal y les dijo: 'Dejad que los niños vengan a mí, no se lo impidáis; pues el reino de Dios es de los que son como ellos.

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Marcos 10:14
36 Tagairtí Cros  

Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu simiente después de ti en sus generaciones sucesivas, por pacto eterno, de ser yo tu Dios, y el de tu simiente después de ti.


No las encubriremos a sus hijos, sino contaremos a la generación venidera las alabanzas de Jehová, y su fortaleza, y las maravillas que él ha hecho.


No se fatigarán en vano, y no darán a luz para perturbación; porque son simiente de los benditos de Jehová, y su descendencia juntamente con ellos.


Mas en cuanto a vuestros pequeñitos, de los cuales dijisteis que iban a ser una presa, a éstos introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros habéis rechazado con desprecio.


¶Mirad que no tengáis en poco a uno de estos pequeñitos; porque yo os digo, que sus ángeles en los cielos ven de continuo el rostro de mi Padre que está en los cielos.


Cualquiera, pues, que se humillare como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.


Jesús entonces dijo:  Dejad que los niñitos vengan a mí, y no se lo estorbéis, porque de los tales es el reino de los cielos.


Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia; porque de ellos es el reino de los cielos.


Bienaventurados los pobres en espíritu; porque de ellos es el reino de los cielos.


Y mirándolos en torno suyo con indignación, entristecido a causa de la dureza de su corazón, dice al hombre: Extiende tu mano.  Y él la extendió; y la mano le fue restituída.


Mas él volvióse, y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: Apártate de mi vista, Satanás; porque no piensas en las cosas que son de Dios, sino en las que son de los hombres.


Respondió Jesús y le dijo: En verdad, en verdad te digo: A menos que el hombre naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.


Jesús respondió: En verdad, en verdad te digo: A menos que el hombre naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.


Pues para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos de él, a cuantos llamare a sí el Señor Dios nuestro.


Vosotros sois hijos de los profetas, y del pacto que hizo Dios con vuestros padres, diciendo a Abraham: Y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.


Y si las primicias son santas, también lo es el conjunto; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.


Respecto del evangelio, son enemigos por causa de vosotros; mas respecto de la elección, son amados por causa de los padres.


¶Hermanos, no seáis niños en inteligencia: en la malicia, sin embargo, sed niños, mas en la inteligencia sed hombres.


Porque el marido no creyente es santificado en su mujer, y la mujer no creyente es santificada en su marido: de otra suerte vuestros hijos serían inmundos; mas ahora son santos.


Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo;


También por cuanto amó a tus padres, por tanto escogió su simiente después de ellos, y te sacó de Egipto  con su presencia, con gran poder;


trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice; y estoy persuadido que habita en ti también.


y que desde la niñez has conocido las Santas Escrituras, que pueden hacerte sabio para la salvación, por medio de la fe que es en Cristo Jesús.


No hubo palabra de cuanto había mandado Moisés que no leyese Josué delante de toda la Congregación de Israel, juntamente con las mujeres y los niños, y el extranjero que habitaba en medio de ellos.


como niños recién nacidos, apeteced la leche espiritual pura, a fin de que con ella crezcáis para salvación;


Y en su boca no fué hallada mentira; están sin mancha.


E hizo un voto, diciendo: Jehová de los Ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo le daré a Jehová todos los días de su vida; y navaja no pasará jamás por su cabeza.


Mas Ana no subió; pues dijo a su marido: Esperaré hasta que fuere destetado el niño; entonces yo misma le llevaré para que se presente ante Jehová, y permanezca allí para siempre.


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