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Levítico 8:35 - Biblia Version Moderna (1929)

35 Y a la entrada del Tabernáculo de Reunión os quedaréis día y noche; por siete días habéis de guardar el precepto de Jehová, para que no muráis; porque así fuí mandado.

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Biblia Reina Valera 1960

35 A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

35 Ahora permanezcan a la entrada del tabernáculo día y noche durante siete días y hagan todo lo que el Señor exige. Si no lo hacen, morirán, porque esto es lo que el Señor ha ordenado».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

35 Ustedes quedarán día y noche a la entrada de la Tienda de las Citas durante siete días. Ustedes deberán observar estas normas no sea que mueran, pues él mismo lo ordenó así.

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La Biblia Textual 3a Edicion

35 En la entrada de la Tienda de Reunión permaneceréis día y noche por siete días, vigilando la ordenanza de YHVH para que no muráis, pues así me fue ordenado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

35 Permaneceréis siete días, día y noche, a la entrada de la tienda del encuentro, y guardaréis lo que ha mandado Yahveh, para que no muráis, porque así me ha sido ordenado'.

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Levítico 8:35
24 Tagairtí Cros  

Guarda también el precepto de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y cumpliendo sus estatutos, sus mandamientos, y sus leyes, y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés; a fin de que te vaya bien en todo lo que hicieres, y a dondequiera que vuelvas la cara;


Harás pues con Aarón y con sus hijos de esta manera, según todo lo que te he mandado; por siete días los consagrarás.


Por siete días ofrecerás cada día un macho cabrío como ofrenda por el pecado, y un novillo joven, y un carnero del rebaño, ambos a dos sin tacha.


Esta porción santificada será para los sacerdotes, los hijos de Sadoc, que me guardaron fidelidad, los cuales no se descaminaron como se descaminaron los levitas, al tiempo que los hijos de Israel se descaminaron.


EMPERO Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada cual su incensario, y echando en ellos fuego, pusieron sobre él incienso, y ofrecieron ante la presencia de Jehová un fuego extraño, que a ellos no les había mandado hacer.


Entonces aquel que se purifica lavará sus vestidos, y se raerá todo el pelo, y se lavará con agua, y quedará limpio: y después de esto podrá entrar en el campamento; mas habitará fuera de su tienda siete días.


¶Entonces Moisés tomó del aceite de la unción, y de la sangre que había puesto sobre el altar, y roció sobre Aarón y sobre sus vestiduras, y sobre sus hijos y sobre las vestiduras de sus hijos juntamente con él; así santificó a Aarón y sus vestiduras, y a sus hijos y a las vestiduras de sus hijos juntamente con él.


De acuerdo con lo que se ha hecho hoy, ha mandado Jehová que se haga los demás días, para hacer expiación por vosotros.


E hicieron Aarón y sus hijos todo cuanto había mandado Jehová por conducto de Moisés.


El tal se purificará del pecado con aquellas cenizas el día tercero, y el día séptimo estará limpio. Mas si no se purificare en el día tercero, entonces en el día séptimo no estará limpio.


Y se ocuparán en el servicio de él, y en el servicio de toda la Congregación, delante del Tabernáculo de Reunión, haciendo en lugar de ella el servicio de la Habitación.


Y cuando la nube se detenía sobre la Habitación muchos días, los hijos de Israel guardaban lo dispuesto por Jehová, y no se movían.


TENIENDO pues tales promesas, amados míos, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.


AMARÁS pues a Jehová tu Dios, y guardarás su precepto, y sus estatutos, y sus leyes y sus mandamientos, en todo tiempo.


¶Este mandamiento te encomiendo, hijo mío, Timoteo, conforme a las profecías que pasaron antes respecto de ti, a fin de que, en conformidad con ellas, milites la buena milicia,


Te requiero solemnemente, en presencia de Dios, y de Cristo Jesús, y de los ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin preocupación, no haciendo nada por parcialidad.


Requiérote, en presencia de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, el cual delante de Poncio Pilato testificó la buena confesión,


¶A los que son ricos en este siglo, requiéreles que no sean altivos, ni pongan su esperanza en las riquezas inciertas, sino en Dios, el cual nos da ricamente todas las cosas para gozarlas,


¶Oh Timoteo, guarda el depósito que te fué confiado, apartándote de los profanos y vacíos discursos, y de las contradicciones de la ciencia falsamente llamada así.


REQUIÉROTE solemnemente en  presencia de Dios y de Cristo Jesús, el cual juzgará a vivos y muertos, al tiempo de su aparecimiento y de su reino,


Porque la ley constituye sumos sacerdotes  a hombres sujetos  a enfermedad; pero la palabra del juramento, que es después de la ley, constituye al Hijo, el cual es ya hecho perfecto para siempre.


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