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Juan 11:33 - Biblia Version Moderna (1929)

33 Por tanto, Jesús, cuando la vió a ella sollozando, y sollozando también a los judíos que habían venido con ella, fué profundamente conmovido en su espíritu, y se turbó;

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Biblia Reina Valera 1960

33 Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

33 Cuando Jesús la vio llorando y vio a la gente lamentándose con ella, se enojó en su interior y se conmovió profundamente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

33 Al ver Jesús el llanto de María y de todos los judíos que estaban con ella, su espíritu se conmovió profundamente y se turbó.

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La Biblia Textual 3a Edicion

33 Jesús entonces, cuando la vio llorando, y a los judíos que habían llegado con ella, se conmovió profundamente en su espíritu, y se turbó,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

33 Jesús, al ver que ella lloraba y que también lloraban los judíos que habían venido con ella, se estremeció profundamente y se conmovió.

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Juan 11:33
15 Tagairtí Cros  

Y mirándolos en torno suyo con indignación, entristecido a causa de la dureza de su corazón, dice al hombre: Extiende tu mano.  Y él la extendió; y la mano le fue restituída.


Mas él, respondiendo, les dice: ¡Oh generación incrédula! ¿hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿hasta cuándo os tengo que sufrir? Traédmele.


y muchos de los judíos habían venido a Marta y a María, para consolarlas de su hermano.


Entonces los judíos que estaban con ella en la casa, y la consolaban, viendo que María se levantó prestamente y salió, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro, para llorar allí.


y dijo: ¿Dónde le habéis puesto? Dijéronle: Señor, ven y verás.


Jesús, por tanto, profundamente conmovido otra vez en sí mismo, viene al sepulcro. Era una cueva, y una piedra estaba recostada contra ella.


¡Ahora está turbada mi alma! ¿y qué diré? ¡Padre, sálvame de esta hora! mas por esto mismo vine a esta hora.


¶Cuando Jesús hubo dicho esto, fué turbado en su espíritu, y testificó, diciendo: En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me va a entregar.


Regocijaos con los que se regocijan; llorad con los que lloran.


Porque no tenemos un sumo sacerdote que sea incapaz de compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo punto, así como nosotros, mas sin pecado.


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