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Job 4:4 - Biblia Version Moderna (1929)

4 al que tropezaba tus palabras le sostenían,y las rodillas trémulas tú fortalecías.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Al que tropezaba enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Tus palabras daban apoyo a los que caían; animabas a los de rodillas temblorosas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Con tu palabra sostenías a aquel que vacilaba, robustecías las piernas de los endebles;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Tus palabras sostenían al que tambaleaba, Y afirmabas las rodillas decaídas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 que con tus palabras sostenías a los vacilantes, robustecías las rodillas que se rinden.

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Job 4:4
15 Tagairtí Cros  

Cuando el oído me escuchaba, me bendecía; y al verme el ojo, me daba testimonio:


Yo escogía su camino, y me sentaba entre ellos como el jefe; y habitaba como rey en medio de ejército, y como quien consuela a los afligidos.


He aquí, tú has corregido a muchos, y a las manos débiles solías dar vigor;


Mas ahora te llega a ti la calamidad, y te desalientas; te toca, y estás desesperado.


Jehová sostiene a todos los que caen, y levanta a todos los agobiados.


Gente hay que charla como quien da estocadas de espada; mas la lengua de los sabios es saludable.


Como manzanas de oro en canastillos de plata, es la palabra que se dice oportunamente.


Jehová el Señor me ha dado la lengua de los instruídos, para que sepa sustentar con palabras al cansado; despierta mañana tras mañana, despierta mi oído para oír como los instruídos.


Entonces se le mudaron al rey los colores, y sus pensamientos le aterraron, en términos que las coyunturas de sus lomos se le desencajaban, y sus rodillas se batían la una con la otra.


de manera que, al contrario, debéis perdonarle y consolarle, no sea que quizás el tal sea sumido en una tristeza excesiva.


Sin embargo, el que consuela a los humildes, es a saber Dios, nos consoló con la venida de Tito


¶Mas os exhortamos, hermanos, que amonestéis a los turbulentos, que alentéis a los de poco ánimo, que sustentéis a los débiles, y que seáis sufridos para con todos.


¶Por lo cual, alzad las manos que están caídas, y fortaleced las rodillas que titubean;


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