Job 3:4 - Biblia Version Moderna (1929)

⁴ ¡Sea aquel día tinieblas!¡no pregunte por él Dios allá en las alturas, ni resplandezca sobre él la luz!

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Biblia Reina Valera 1960

⁴ Sea aquel día sombrío, Y no cuide de él Dios desde arriba, Ni claridad sobre él resplandezca.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁴ Que ese día se convierta en oscuridad; que se pierda aun para Dios en las alturas, y que ninguna luz brille en él.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁴ Conviértase ese día en tinieblas, y Yavé allá arriba lo ignore para siempre; que ningún rayo de luz resplandezca sobre él.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁴ Sea aquel día tinieblas. No pregunte Dios por él desde lo alto Ni lo alumbre la luz.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁴ ¡Sea tinieblas ese día, no lo recuerde Dios desde los cielos, no brille sobre él la luz!

Job 3:4 Tagairtí Cros

Job 3:3

¡Perezca el día en que nací, y la noche que dijo: Hase concebido varón!

Job 3:5

¡Tomen posesión de él tinieblas y sombra de muerte; permanezca sobre él nublado, y atérrenlo eclipses de la luz del día!

Joel 2:2

día de tinieblas y de sombras espesas, día de nubes y de densas tinieblas. Como la aurora extendida sobre las montañas, así viene un pueblo numeroso y fuerte; nunca jamás ha habido otro como éste, ni después de él lo volverá a haber, en los años de muchas generaciones.

Amós 5:18

¡Ay de aquellos que desean que venga el día de Jehová! ¿Para qué deseáis para vosotros el día de Jehová? Día de tinieblas será, y no de luz:

Mateo 27:45

¶Y desde la hora de sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora de nona.

Hechos 27:20

Y no pareciendo ni el sol, ni las estrellas, por muchos días, y estando sobre nosotros una tempestad no pequeña, se nos quitó toda esperanza que nos quedaba de salvarnos.

Deuteronomio 11:12

tierra de la cual Jehová tu Dios tiene especial cuidado; los ojos de Jehová tu Dios están siempre sobre ella, desde el principio hasta el fin del año.

Apocalipsis 16:10

¶Y el quinto derramó su tazón sobre el trono de la bestia; y quedó su reino entenebrecido; y los hombres roían de dolor sus lenguas,