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Jeremías 44:7 - Biblia Version Moderna (1929)

7 ¶Y ahora, así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: ¿Por qué hacéis vosotros tan grande mal contra vuestras mismas almas, para cortar de los vuestros hombres y mujeres, muchachos y niños de pecho, de en medio de Judá; a fin de que no os quede resto alguno;

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Biblia Reina Valera 1960

7 Ahora, pues, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis tan grande mal contra vosotros mismos, para ser destruidos el hombre y la mujer, el muchacho y el niño de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 »Ahora, el Señor Dios de los Ejércitos Celestiales, Dios de Israel, les pregunta: ¿por qué se destruyen ustedes mismos? Pues ninguno de ustedes sobrevivirá: ningún hombre, mujer o niño de entre ustedes que haya venido aquí desde Judá, ni siquiera los bebés que llevan en brazos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Y ahora, Yavé, Dios de los Ejércitos, Dios de Israel, les pregunta: '¿Por qué se hacen tanto mal ustedes mismos? Ustedes van a hacer que se acaben los hombres, las mujeres y los niños de la raza de Judá, hasta que no quede nadie,

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Y ahora, dice YHVH Sebaot, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis vosotros un mal tan grande contra vuestras propias almas, para cortar de los vuestros a hombres y mujeres, jóvenes y niños de pecho de en medio de Judá, sin que os quede remanente alguno;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Ahora, así dice Yahveh, el Dios Sebaot, el Dios de Israel: '¿Por qué os hacéis tan grave daño a vosotros mismos, exterminando de en medio de Judá a hombres y mujeres, a niños y lactantes, de forma que no os quede ni un resto,

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Jeremías 44:7
28 Tagairtí Cros  

y ellos a su misma sangre asechan, y esconden lazos para su propia vida.


Aquel que rehusa la corrección, desprecia su misma alma; mas el que escucha la reprensión adquiere entendimiento.


Al hombre malo le prenderán sus mismas iniquidades, y será tenido en los lazos de sus pecados.


Mas aquel que peca contra mí hace agravio a su propia alma: ¡todos los que me odian, aman la muerte!


y no andéis tras otros dioses para servirles y para adorarlos, y no me provoquéis a ira con las obras de vuestras manos; y yo no os haré mal alguno.


Pero vosotros no me habéis escuchado, dice Jehová; a fin de provocarme a ira con las obras de vuestras manos, para vuestro propio daño.


¿Acaso Ezequías rey de Judá y todo Judá trataron siquiera de darle muerte? Al contrario ¿no temió el rey a Jehová, y suplicó el favor de Jehová, de modo que Jehová se arrepintió del mal que había pronunciado contra ellos? ¿Y nosotros por ventura hemos de hacer tan grande mal contra nosotros mismos?


Mas, aquella cosa vergonzosa ha devorado las labores de nuestros padres desde nuestra mocedad; sus rebaños y sus vacadas, sus hijos y sus hijas.


Jeremías pues dijo a Sedequías: Así dice Jehová, el Dios de los Ejércitos, el Dios de Israel: Si tú salieres a los príncipes del rey de Babilonia, entonces vivirá tu alma, y esta ciudad no será quemada a fuego; y vivirás tú y tu casa.


Porque habéis disimulado en vuestros corazones; puesto que me enviasteis a Jehová vuestro Dios, diciendo: Ora por nosotros a Jehová nuestro Dios; y conforme a todo cuanto dijere Jehová nuestro Dios, dínoslo así, y nosotros lo haremos:


de modo que del resto de Judá que ha venido a la tierra de Egipto para habitar temporalmente allí, no habrá quien escape o se quede para volver a la tierra de Judá, adonde desean ardientemente volver para morar allí: porque no tornarán allá sino algunos pocos fugitivos.


provocándome a ira con la obra de vuestras manos, quemando incienso a otros dioses aquí en la tierra de Egipto, adonde habéis venido a habitar temporalmente, para que seáis destruídos, y para que llegueis a ser una execración y un oprobio entre todas las naciones de la tierra?


y contigo he hecho pedazos al hombre y a la mujer, y contigo he hecho pedazos al viejo y al niño, y contigo he hecho pedazos al mancebo y a la doncella;


¿Por ventura a mí me provocan a ira? dice Jehová: ¿antes bien, no se provocan a sí mismos, para confusión de sus propios rostros?


Porque la muerte sube por nuestras ventanas, se entra en nuestros palacios; para exterminar de las calles los niños, y de las plazas los mancebos.


KAPH.- Mis ojos se deshacen en lágrimas; hierven mis entrañas; derrámase a tierra mi hígado a causa del quebranto de la hija de mi pueblo; en tanto que se desmayan los pequeñitos y los niños de pecho por las calles de la ciudad.


TAV.- Tú has proclamado, cual se proclama día de fiesta solemne, mi anuncio de ¡Terrores hay por todos lados! y no hubo en el día de la ira de Jehová quien escapase o fuese dejado. ¡A los que he acariciado en mis manos y los he criado, el enemigo los ha hecho perecer!


Diles: ¡Vivo yo! dice Jehová el Señor, que no me complazco en la muerte del inicuo, sino antes en que se vuelva el inicuo de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros caminos malos, pues ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?


¡Al anciano, al joven, y a la doncella, y a los niños, y a las mujeres, matadlos, hasta exterminarlos! mas no os lleguéis a ninguno en quien esté la marca; ¡y comenzad desde mi Santuario! Comenzaron pues por los ancianos que estaban delante de la Casa.


Tú has tramado la afrenta para tu misma casa, destruyendo a muchos pueblos, y pecando así contra tu misma alma:


En cuanto a los incensarios de aquellos pecadores contra sus mismas almas, háganse de ellos láminas extendidas, para cubierta del altar, (porque los han presentado delante de Jehová, por tanto son santificados), para que sirvan de escarmiento a los hijos de Israel.


Por fuera desolará la espada, y dentro de las cámaras, el espanto: así el mancebo como la doncella perecerán, el niño de pecho como el hombre cano.


Y destruyeron totalmente a filo de espada cuanto había en la ciudad, hombres y mujeres, mozos y viejos, y hasta los bueyes y las ovejas y los asnos.


Esto pues es lo que habéis de hacer: Destruiréis completamente a todo varón, y también a toda mujer que haya tenido conocimiento carnal de varón.


Ahora pues, anda y hiere a Amalec; y destruíd completamente todo lo suyo, sin tenerle compasión alguna; antes harás morir hombres y mujeres, niños y mamantes, vacas y ovejas, camellos y asnos.


En seguida hirió a Nob, ciudad de los sacerdotes, a filo de espada; a hombres y mujeres, a muchachos y niños de pecho, bueyes y asnos, y ovejas, a todos los mató a filo de espada.


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