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Jeremías 44:22 - Biblia Version Moderna (1929)

22 Sí; de modo que no pudo aguantarlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras obras, y a causa de las abominaciones que cometisteis; por lo cual vuestra tierra ha venido a ser un desierto y un asombro, y una maldición, sin habitante; como parece hoy:

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Biblia Reina Valera 1960

22 Y no pudo sufrirlo más Jehová, a causa de la maldad de vuestras obras, a causa de las abominaciones que habíais hecho; por tanto, vuestra tierra fue puesta en asolamiento, en espanto y en maldición, hasta quedar sin morador, como está hoy.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 El Señor no podía soportar más todas las cosas repugnantes que hacían; por eso convirtió la tierra de ustedes en objeto de maldición —una ruina desolada sin habitantes—, como sucede hasta hoy.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 Yavé no ha podido contenerse más al ver la mala conducta de ustedes y las cosas horribles que ustedes han hecho. Por eso, su país es ahora un desierto espantoso, maldito y abandonado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Por eso, ante la maldad de vuestras obras, de las abominaciones que habíais hecho, YHVH no lo pudo sufrir más, y vuestra tierra fue puesta en asolamiento, en espanto y en maldición, hasta quedar sin morador, como está hoy;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Yahveh no podía soportar más ante la maldad de vuestras obras, ante las abominaciones que cometíais, y por eso, vuestro país se ha convertido en desierto, horror y maldición, sin que haya un solo habitante, como sucede hoy.

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Jeremías 44:22
40 Tagairtí Cros  

porque vamos a destruir este lugar, por cuanto se ha hecho grande su clamor delante de Jehová; y Jehová nos ha enviado a destruirlo.


Y dijo Jehová: Mi Espíritu no contenderá para siempre con el hombre en su error; él es carne; sin embargo sus días serán ciento veinte años.


y desecharon sus estatutos, y su pacto que había hecho con sus padres, y sus testimonios que él les había prescrito; y anduvieron tras la vanidad y se hicieron vanos; siguiendo en pos de las naciones que estaban en derredor de ellos; respecto de quienes les había mandado Jehová que no hiciesen a la manera de ellas.


Por tanto, dice el Señor, Jehová de los Ejércitos, el Poderoso de Israel: ¡Ah! ¡tomaré satisfacción de mis adversarios y me vengaré de mis enemigos!


No has comprado para mí caña aromática por dinero, y con el sebo de tus sacrificios no me has saciado; mas tú me has causado molestia con tus pecados y me has cansado con tus iniquidades.


Y el profeta contestó: Oíd pues, casa de David: ¿Os es tan poca cosa cansar a los hombres, que querréis cansar también a mi Dios?


Tú me has rechazado, dice Jehová; te has vuelto hacia atrás: por tanto extenderé mi mano contra ti, y te destruiré: estoy cansado de dejarme ablandar.


para convertir su tierra en una desolación, y en un ludibrio perpetuo; todo aquel que pasare junto a ella quedará atónito y meneará la cabeza.


¡Oh casa de David, así dice Jehová! ¡Administrad la justicia prestamente, y librad al robado de mano del opresor, no sea que salga mi indignación como fuego, y arda de modo que no haya quien la apague, a causa de la maldad de vuestros hechos!


Por tanto, así dice Jehová, el Dios de Israel, acerca de los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros habéis dispersado mis ovejas, y las habéis echado fuera, y no las habéis cuidado. He aquí que yo os castigaré por la maldad de vuestros hechos, dice Jehová.


y los entregaré al maltratamiento y a la desventura entre todos los reinos de la tierra; para ser un vituperio y un proverbio, un ludibrio y una execración en todos los lugares adonde los voy a arrojar.


También toda esta tierra será una desolación y un asombro; y estas naciones servirán al rey de Babilonia setenta años.


a saber, a Jerusalem, y a las ciudades de Judá, y a los reyes de él y a sus príncipes, para hacerlos una desolación, y un asombro, y un silbido, y una execración; (como hoy se ve);


¡Él ha dejado su Tabernáculo, como el leoncillo su guarida: pues que la tierra de ellos ha venido a ser una desolación, a causa de la fiereza de la vengadora espada, y a causa del ardor de la ira de Jehová!


entonces yo pondré esta Casa como Silo, y haré que sea esta Casa una execración para todas las naciones de la tierra.


Y los perseguiré con la espada y con el hambre y con la peste, y los entregaré al maltratamiento entre todos los reinos de la tierra; para que sean una execración, y un asombro, y un silbido y un vituperio entre todas las naciones adonde los habré echado;


por lo mismo que no escuchan mis palabras, dice Jehová, que yo les envié por medio de mis siervos los profetas, madrugando y enviando; mas vosotros no quisisteis oír, dice Jehová.


Todos tus amantes te han olvidado, no se curan ya de ti; porque con golpe de enemigo te he herido, con el castigo de adversario cruel; a causa de la grandeza de tu iniquidad, y por haberse aumentado tus pecados.


He aquí que voy a mandar, dice Jehová, y ellos volverán a esta ciudad, y pelearán contra ella, y la tomarán, y la quemarán a fuego: también a las ciudades de Judá convertiré en una desolación sin habitante.


Circuncidaos para Jehová, quitando los prepucios de vuestros corazones, oh hombres de Judá y moradores de Jerusalem; no sea que salga, como fuego, mi ira, y arda de modo que no haya quien la apague, a causa de la maldad de vuestros hechos.


Porque así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: A la manera que fué derramada mi ira y mi indignación sobre los habitantes de Jerusalem, así será derramada mi indignación sobre vosotros, cuando entréis en Egipto; y vendréis a ser una execración, y un asombro, y una maldición, y un oprobio; y no veréis más este lugar.


Y tomaré el resto de Judá, los que fijaron su rostro resueltamente para entrar en la tierra de Egipto a habitar temporalmente allí, y haré que sean todos consumidos, y que caigan en la tierra de Egipto; a espada y de hambre serán consumidos; desde el menor hasta el mayor morirán a espada y de hambre; y vendrán a ser una execración, y un asombro, y una maldición, y un oprobio.


Así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: Vosotros habéis visto todo el mal que he traído sobre Jerusalem y sobre todas las ciudades de Judá; pues he aquí que el día de hoy ellas son una desolación, y nadie  habita en ellas;


Por tanto fué derramada mi indignación y mi ira, la cual ardió en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalem; de modo que han venido a ser un desierto y una desolación, como hoy se ve.


¡Dad alas a Moab, para que vuele a escape! puesto que sus ciudades serán hechas una desolación, sin que haya quien habite en ellas.


¿No tengo yo de visitar por estas cosas? dice Jehová; ¿y en una nación como ésta no ha de vengarse mi alma?


Y sabrán las naciones que a causa de sus iniquidades fué llevada en cautiverio la casa de Israel; por cuanto se habían portado deslealmente contra mí; por lo cual les escondí mi rostro, y los entregué en mano de sus adversarios, y cayeron todos a filo de espada.


De esta suerte desahogaré mi ira y saciaré mi indignación en ellos, y quedaré satisfecho: y ellos conocerán que yo Jehová lo he dicho en mis celos, cuando haya desahogado mi ardiente indignación en ellos.


También todo Israel ha traspasado tu ley, apartando el oído para no escuchar tu voz; por lo cual se ha derramado sobre nosotros la maldición y la execración que está escrita en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque hemos pecado contra él.


Y él ha dado efecto a su palabra que habló contra nosotros, y contra nuestros jueces que nos han gobernado, trayendo sobre nosotros un mal tan grande; pues nunca se ha hecho debajo de todos los cielos como se ha hecho contra Jerusalem.


He aquí que me he dejado oprimir bajo de vosotros, como se oprime el carro que está lleno de gavillas.


¡Habéis cansado a Jehová con vuestras palabras! mas decís: ¿En qué le hemos cansado? En que decís: Todo aquel que obra mal es bueno a los ojos de Jehová, y él se complace en los tales; o si no, ¿dónde está el Dios de juicio?


¿Y qué hay si Dios, queriendo manifestar su ira, y dar a conocer su poder, sufriera con mucha y larga paciencia vasos de ira, dispuestos ya para perdición,


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