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Jeremías 37:20 - Biblia Version Moderna (1929)

20 Ahora bien, óyeme te lo ruego, oh rey, señor mío; ruégote te sea acepta mi súplica, y no me hagas volver a la casa de Jonatán secretario, no sea que muera allí.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Ahora pues, oye, te ruego, oh rey mi señor; caiga ahora mi súplica delante de ti, y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán, para que no muera allí.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Escucha, mi señor y rey, te suplico que no me mandes de regreso al calabozo en la casa del secretario Jonatán, porque allí me moriré.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Ahora bien, escucha por favor, mi señor; acoge mi súplica y no me vuelvas a enviar a la casa del secretario Jonatán, pues tengo miedo de morir allí.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Y ahora, oh rey, señor mío, te ruego me escuches. Acoge mi súplica y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán, no sea que muera allí.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Ahora escucha, por favor, rey, mi señor. Por favor, que llegue mi súplica ante ti: no me hagas volver a la casa de Jonatán, el secretario, no sea que yo muera allí'.

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Jeremías 37:20
10 Tagairtí Cros  

¡Venga mi súplica delante de ti! ¡líbrame conforme a tu promesa!


Sabed empero con toda seguridad que si me hiciereis morir, traeréis la sangre inocente sobre vosotros, y sobre esta ciudad, y sobre sus habitantes; porque en verdad Jehová me ha enviado a vosotros para hablar en vuestros oídos todas estas palabras.


puede ser que hagan suplicación delante de Jehová, y se vuelvan cada cual de su mal camino; porque grande es la ira y la indignación que Jehová ha denunciado contra este pueblo.


entonces les responderás: Yo presentaba mi petición delante del rey, para que no me hiciese volver a casa de Jonatán, para morir allí.


Jeremías pues permaneció en el patio de la cárcel hasta el día que fué  tomada Jerusalem; y estaba aún allí cuando Jerusalem fué tomada.


y dijeron al profeta Jeremías: Rogámoste séate acepta nuestra petición, y ora por nosotros a Jehová nuestro Dios, es a saber, por todo este resto del pueblo; porque pocos hemos quedado de muchos que éramos, así como nos están viendo tus ojos;


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