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Jeremías 36:24 - Biblia Version Moderna (1929)

24 Así no tuvieron temor, y no rasgaron sus vestidos, ni el rey, ni ninguno de sus siervos que habían oído todas aquellas palabras:

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Biblia Reina Valera 1960

24 Y no tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos el rey y todos sus siervos que oyeron todas estas palabras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Ni el rey ni sus asistentes mostraron ninguna señal de temor o arrepentimiento ante lo que habían oído.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Ni el rey, ni ninguno de sus servidores se asustaron o se rasgaron las vestiduras al escuchar estas palabras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Así no tuvieron temor, y ni el rey ni ninguno de sus siervos que habían oído aquellas palabras rasgaron sus vestidos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 El rey y todos sus servidores, que habían oído todas aquellas palabras, no se asustaron ni rasgaron sus vestiduras.

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Jeremías 36:24
20 Tagairtí Cros  

Y cuando volvió Rubén a la cisterna, he aquí que José no estaba en la cisterna; y él rasgó sus vestidos;


Y rasgó Jacob sus vestidos, y puso saco sobre sus lomos, y lamentóse a causa de su hijo muchos días.


Entonces asiendo David de sus vestidos, los rasgó; e hicieron lo mismo todos los hombres que con él estaban.


Y sucedió que cuando oyó Acab estas palabras, rasgó sus vestidos, y puso saco sobre su carne, y ayunó, y se acostó en cilicio, y andaba callado.


Más aún, tú desechas el temor, y detienes la oración, delante de Dios.


LA vida depravada del inicuo dice en medio de mi corazón, que no hay temor de Dios delante de sus ojos.


Porque se lisonjea en sus propios ojos, de que su iniquidad no será hallada y aborrecida.


Anímanse mutuamente en una empresa mala; tratan de esconder lazos; dicen: ¿Quién los verá?


Y apartando Faraón el rostro, se volvió a su casa; mas ni aun en esto puso su corazón.


Jehová, tu mano está alzada, mas ellos no ven: verán empero con vergüenza tu celo por tu pueblo; y el fuego devorará a tus contrarios.


¶Entonces Eliaquim hijo de Helcías, mayordomo de palacio, y Sebna secretario, y Joah hijo de Asaf, cronista, volvieron a Ezequías, rasgados los vestidos, y le refirieron las palabras de Rabsaces.


Y ACONTECIÓ que como lo oyese el rey Ezequías, rasgó sus vestidos, y cubriéndose de saco, entró en la Casa de Jehová.


Y aconteció que cuando oyeron todas las palabras, se miraron espantados unos a otros; y dijeron a Baruc: Seguramente hemos de dar parte al rey de todas estas palabras.


¡Oh Jehová! ¿no están tus ojos dirigidos hacia la verdad? tú los castigaste, mas no se dolieron; los consumiste, mas se negaron a recibir la corrección; han hecho sus rostros más duros que la roca; rehusan volverse a ti.


Y llegó la noticia al rey de Nínive; el cual se levantó de su trono, y quitando de sobre sí su vestidura real, se vistió de saco, y sentóse en ceniza.


Los hombres de Nínive se levantarán en el juicio con esta generación, y la condenarán;  porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; y he aquí uno mayor que Jonás en este lugar.


no hay temor de Dios delante de sus ojos.


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