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Jeremías 34:3 - Biblia Version Moderna (1929)

3 Y tú no escaparás de su mano, sino que serás ciertamente tomado preso, y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y él hablará contigo boca a boca; y tú irás a Babilonia.

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Biblia Reina Valera 1960

3 y no escaparás tú de su mano, sino que ciertamente serás apresado, y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y te hablará boca a boca, y en Babilonia entrarás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 No escaparás de sus garras, sino que te tomarán cautivo, te llevarán ante el rey de Babilonia y lo verás cara a cara. Después serás exiliado a Babilonia’.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Y tú no creas que te vas a escapar de él, sino que caerás prisionero y serás entregado en sus manos. Verás al rey de Babilonia cara a cara y le hablarás frente a frente. Luego partirás a Babilonia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Tú no escaparás de su mano, sino que serás apresado, y caerás en su mano. Tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia, y te hablará cara a cara, y en Babilonia entrarás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Y tú no te librarás de su mano, sino que ciertamente serás apresado y entregado a él: tus ojos verán los ojos del rey de Babilonia; su boca hablará con tu boca, y tú irás a Babilonia''.

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Jeremías 34:3
18 Tagairtí Cros  

Y después de esto, dice Jehová, entregaré a Sedequías rey de Judá, y a sus siervos y al pueblo, (es decir, a los que en esta ciudad fueren dejados de la peste y de la espada y del hambre), en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano de los demás enemigos de ellos, y en mano de los que buscan su vida; y él los herirá a filo de espada: no los perdonará, ni tendrá piedad, ni usará de compasión.


A Babilonia serán llevados, y allí se quedarán hasta el día que yo los visitare, dice Jehová; entonces los traeré, y los restauraré a este lugar.


Por tanto, así dice Jehová: He aquí que voy a entregar esta ciudad en mano de los Caldeos, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, el cual la tomará.


Porque le había encerrado Sedequías rey de Judá, diciendo: ¿Porqué profetizas tú y dices: Así dice Jehová: He aquí que voy a entregar esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y él se apoderará de ella;


Y Sedequías rey de Judá no escapará de mano de los Caldeos, sino que  ciertamente será entregado en mano  del rey de Babilonia; y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán los ojos de él:


y a Sedequías rey de Judá y a sus príncipes los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, es decir, en mano del ejército del rey de Babilonia, que se ha retirado de vosotros.


Empero oye el oráculo de Jehová, oh Sedequías rey de Judá. Así dice Jehová respecto de ti: No morirás a espada:


envió el rey Sedequías, y le trajo a sí; y el rey le preguntó secretamente en su casa, diciendo: ¿Acaso hay algo de parte de Jehová? Y respondió Jeremías: Sí, lo hay. Y dijo: Tu serás entregado en mano del rey de Babilonia.


Pero si no salieres a los príncipes del rey de Babilonia, entonces esta ciudad será entregada en mano de los Caldeos, y ellos la quemarán a fuego; y tú no escaparás de mano de ellos.


También sacarán a todas tus mujeres y a tus hijos a los Caldeos; y tú mismo no podrás escapar de su mano; porque serás tomado preso por mano del rey de Babilonia; y harás que esta ciudad sea quemada a fuego.


Mas yo extenderé sobre él mi red, y será tomado en mi lazo, y le haré llevar a Babilonia, tierra de los Caldeos; pero él no la verá, bien que allí morirá.


Esto no obstante, se rebeló contra él, enviando sus embajadores a Egipto para que éste le diese caballería y mucha gente. ¿Acaso prosperará? ¿acaso escapará el que tales cosas hace? ¿o romperá el pacto, y con todo escapará?


¡Vivo yo! dice Jehová el Señor, que ciertamente en el lugar donde habita el rey que le puso sobre el trono, cuyo juramento él despreció, y cuyo pacto quebrantó, allí mismo con él, en medio de Babilonia, morirá.


Y tú, ¡oh profano e impío príncipe de Israel! cuyo día ha llegado ya, el tiempo en que la iniquidad acarrea la destrucción;


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