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Isaías 59:4 - Biblia Version Moderna (1929)

4 No hay quien pleitee con justicia, ni quien litigue de buena fe: confían en vanidad y hablan embustes; conciben vejación y paren iniquidad.

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Biblia Reina Valera 1960

4 No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 A nadie le importa ser justo y honrado; las demandas legales de la gente se basan en mentiras. Conciben malas acciones y después dan a luz el pecado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Nadie acusa con justa razón, ni reclama con sinceridad. Toman pie de un pretexto, y andan con mentiras, conciben un mal proyecto y dan a luz la maldad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Nadie pleitea con justicia, Nadie juzga con rectitud; Se apoyan en la mentira, afirman la falsedad, Conciben engaños y dan a luz la maldad.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 No hay nadie que acuse con justicia, nadie que juzgue con sinceridad; se confía en la nada, se dice lo vano, se concibe la pena, se da a luz la maldad.

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Isaías 59:4
36 Tagairtí Cros  

No se fíe pues en la vanidad, engañándose a sí mismo; porque la vanidad será su recompensa.


Ellos conciben el agravio, y paren la iniquidad, y su vientre prepara el engaño.


Jehová destruirá a todos los labios lisonjeros, y a la lengua que habla jactancias:


No pongáis, pues, vuestra confianza en la violencia, y no os envanezcáis en la rapiña: cuando se aumenten las riquezas, no pongáis en ellas vuestro corazón.


Solamente consultan para arrojarle de su grandeza: se complacen en la mentira: con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón. (Pausa.)


¡Hoyo ha cavado, y lo ha ahondado! mas en el foso que hizo, él mismo cayó!


Porque ellos no duermen si no han hecho algún mal, y se les quita el sueño si no han hecho caer a alguno:


¡AY de los que ordenan leyes inicuas; y de los que ponen por escrito la sinrazón que decretan;


Hemos estado como preñados, hemos tenido dolores de parto; mas hemos al parecer dado a luz viento: ningún salvamento hemos efectuado en la tierra, ni han caído los habitantes del mundo.


Por cuanto habéis dicho: Hemos hecho pacto con la muerte, y con el infierno tenemos hecho convenio; cuando pasare el azote, cual torrente, no nos alcanzará; porque hemos puesto las mentiras por nuestro refugio, y entre los embustes nos hemos escondido;


Porque los violentos ya han dejado de existir, y se han acabado los escarnecedores, y están exterminados todos los que se desvelan por hacer iniquidad;


Por tanto, así dice el Santo de Israel: Por cuanto despreciáis esta palabra, y os confiáis en opresión y perversidad, apoyándoos en ellas;


que pueblo rebelde es éste, hijos mentirosos; hijos que no quieren escuchar la ley de Jehová;


¡Ah enemigos, concebiréis hojarasca, pariréis paja; vuestro mismo resoplido enciende el fuego que os consumirá!


¡Apaciéntase de ceniza, un corazón engañado le extravía, de modo que no pueda libertar a su alma, ni decir: ¿No hay acaso una mentira en mi mano derecha?


Pues confiaste en tu maldad; dijiste: ¡Nadie me ve! Tu sabiduría y tu ciencia misma te han pervertido, de modo que dijiste en tu corazón: ¡Yo soy, y fuera de mi no hay otra!


¡Ay de aquellos que arrastran la iniquidad con cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta;


Porque la viña de Jehová de los Ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son la planta de su deleite; y él esperaba la equidad, ¡mas he aquí derramamiento de sangre! y justicia, ¡mas he aquí el clamor de los oprimidos!


Más aún, la verdad no se puede hallar, y el que se aparte del mal a sí mismo se hace presa. Y Jehová lo vió, y lo llevó a mal que no hubiese justicia.


Vió también que no había hombre, y asombróse que no hubiera quien se pusiese de por medio; por tanto salvóle su propio brazo, y su justicia misma le sostuvo.


Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos con iniquidad; vuestros labios hablan mentira, y vuestras lenguas profieren maldad.


Y no hay quien invoque tu nombre, ni quien se despierte para echar mano de ti; porque has escondido tu rostro de nosotros, y nos has dejado perecer a causa de nuestras iniquidades.


El anciano y el hombre respetable son la cabeza, y el profeta que enseña mentiras es la cola;


Por cuanto has puesto tu confianza en tus haciendas y en tus tesoros, tú también serás tomada; y Cemos irá en cautiverio, juntamente con sus sacerdotes y sus príncipes.


¡RECORRED las calles de Jerusalem, y mirad, y reconoced, y buscad por sus plazas, a ver si podéis encontrar un hombre; si hay uno solo que obre justicia, que busque la verdad; y yo la perdonaré!


No confiéis en las palabras mentirosas, de aquellos que dicen: ¡El Templo de Jehová, el Templo de Jehová, el Templo de Jehová son estos edificios!


He aquí que estáis confiados en palabras mentirosas, que no os pueden aprovechar.


¡OÍD el oráculo de Jehová, oh hijos de Israel! porque Jehová tiene una contienda con los habitantes del país, por cuanto no hay verdad, y no hay misericordia, y no hay conocimiento de Dios en la tierra.


¡AY de aquellos que traman la iniquidad y obran la maldad sobre sus camas! Al aclararse la mañana, la ponen por obra, porque está en el poder de su mano.


Y los judíos también tomaron parte en la acusación, afirmando que estas cosas eran así.


Entonces la concupiscencia, habiendo concebido, pare el pecado; y el pecado cuando ha llegado a su colmo, da a luz la muerte.


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