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Isaías 59:3 - Biblia Version Moderna (1929)

3 Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos con iniquidad; vuestros labios hablan mentira, y vuestras lenguas profieren maldad.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, habla maldad vuestra lengua.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Las manos de ustedes son manos de asesinos, y tienen los dedos sucios de pecado. Sus labios están llenos de mentiras y su boca vomita corrupción.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Pues las manos de ustedes están manchadas de sangre, y sus dedos, de crímenes. Sus labios pronuncian la mentira y su lengua murmura la falsedad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, Y vuestros dedos de iniquidad; Vuestros labios dicen mentiras, Y vuestras lenguas murmuran perversidades.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Porque están manchadas de sangre vuestras manos, y vuestros dedos de iniquidad, vuestros labios dicen mentira, vuestra lengua profiere maldad.

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Isaías 59:3
31 Tagairtí Cros  

Los ojos altivos, la lengua mentirosa, y las manos que derraman la sangre inocente;


Y cuando extendáis vuestras manos, esconderé de vosotros mi rostro; y cuando hagáis muchas oraciones, no oiré: ¡vuestras manos están llenas de sangre!


¡Cómo se ha convertido en ramera la ciudad fiel! ¡llena estaba de rectitud; justicia moraba en ella, mas ahora, homicidas!


Por cuanto habéis dicho: Hemos hecho pacto con la muerte, y con el infierno tenemos hecho convenio; cuando pasare el azote, cual torrente, no nos alcanzará; porque hemos puesto las mentiras por nuestro refugio, y entre los embustes nos hemos escondido;


Así sucederá, porque Jerusalem se desmorona, y Judá se cae, por cuanto sus palabras y sus hechos están contra Jehová, para provocar los ojos de su gloria.


que pueblo rebelde es éste, hijos mentirosos; hijos que no quieren escuchar la ley de Jehová;


¡Apaciéntase de ceniza, un corazón engañado le extravía, de modo que no pueda libertar a su alma, ni decir: ¿No hay acaso una mentira en mi mano derecha?


traspasando la ley, y mintiendo contra Jehová, y volviendo atrás de en pos de nuestro Dios; hablando opresión y rebelión; concibiendo y profiriendo del corazón palabras de mentira.


Entonces yo dije: ¡Ay de mí, pues soy perdido! porque soy hombre de labios inmundos, y en medio de un pueblo de labios inmundos habito; por cuanto mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos.


El anciano y el hombre respetable son la cabeza, y el profeta que enseña mentiras es la cola;


En vano he castigado a vuestros hijos; pues no reciben la corrección: vuestra misma espada ha devorado a vuestros profetas, como un león asolador.


También en tus faldas ha sido hallada la sangre de la vida de los inocentes pobres; no porque los hallaste forzando entrada en tu casa, sino a causa de todas estas maldades tuyas.


Empero tus ojos y tu corazón están puestos solamente en tu ganancia injusta, y en la sangre inocente, para derramarla, y en la opresión y en la violencia, para practicarlas.


He aquí que estáis confiados en palabras mentirosas, que no os pueden aprovechar.


Ojalá tuviera en el desierto un albergue de viandantes; para que dejase a mi pueblo, para que me alejase de ellos: pues que todos son adúlteros, una asamblea de hombres desleales.


Por tanto, así dice Jehová de los Ejércitos: He aquí que a los derretiré, y los ensayaré; ¿pues qué otra cosa habré de hacer a causa de la hija de mi pueblo?


¶Por tanto así dice Jehová el Señor: Por cuanto habéis hablado vanidad, y habéis visto mentira, por tanto ¡heme aquí en contra de vosotros! dice Jehová el Señor.


Y tú, oh hijo del hombre, ¿juzgarás, juzgarás la ciudad sanguinaria y le harás conocer todas sus abominaciones?


por tanto, ¡vivo yo!  dice Jehová el Señor: Te convertiré en sangre, y sangre te perseguirá: como no has odiado la sangre, la sangre te perseguirá.


¡Apareja la cadena para los cautivos! porque la tierra llena está de delitos sanguinarios, y la ciudad está atestada de violencia.


Entonces él me contestó: La iniquidad de la casa de Israel y de Judá es sobremanera grande; de modo que la tierra se ha llenado de homicidios, y la ciudad está atestada de perversidad: porque ellos dicen: Ha abandonado la tierra Jehová; y, Jehová no lo ve.


¡No hay más que perjurio, y mala fe, y homicidio, y hurto y adulterio! ¡rompen por todo; y un charco de sangre toca a otro!


¡Ay de ellos porque andan errantes, alejándose de mí! ¡venga destrucción sobre ellos, porque se han rebelado contra mí! y cuando yo los iba a redimir del mal, entonces mismo decían mentiras respecto de mí.


Alegran al rey con sus maldades, y a los príncipes con sus mentiras.


Entonces clamarán a Jehová, mas no les responderá; y en ese tiempo esconderá él de ellos su rostro según han maleado sus obras.


Los ricos de ella están atestados de violencia, y los habitantes de ella hablan mentiras; y su lengua es la decepción misma en medio de su boca.


El hombre piadoso perecido ha de la tierra, y no hay ya recto entre los hombres; todos ellos ponen asechanzas para derramar la sangre, cazan cada cual a su hermano con una red;


diciendo:  ¡Pequé, entregando sangre inocente! Mas ellos dijeron:  ¿Qué se nos da a nosotros? ¡viéraslo tú!


de parte de los que hablan mentiras en hipocresía, teniendo cauterizada su misma conciencia;


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