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Isaías 50:2 - Biblia Version Moderna (1929)

2 ¿Por qué, cuando vine, no hubo quien me recibiera? ¿cuando llamé, no hubo quien me respondiera? ¿Se ha acortado acaso mi mano, de modo que no pueda redimir? ¿o no tengo yo poder para librar? He aquí que a mi reprensión seco la mar, y convierto los ríos en yermo; hieden sus peces por falta de agua, y mueren de sed.

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Biblia Reina Valera 1960

2 ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren de sed.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 ¿Por qué no había nadie cuando vine? ¿Por qué nadie respondió cuando llamé? ¿Se debe a que no tengo poder para rescatar? ¡No, no es esa la razón! ¡Pues yo puedo hablarle al mar y hacer que se seque! Puedo convertir los ríos en desiertos llenos de peces muertos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 O bien, ¿a quién debo yo dinero, y a quién los he vendido? Por culpa de sus pecados fueron vendidos y por sus infidelidades me divorcié de su madre. ¿Por qué, cuando llegué, no encontré a nadie, y cuando llamé, nadie me respondió? ¿Se me habrá acortado el brazo, que no alcanza a salvar, o será que ya no tengo fuerzas? Con un solo gesto dejo seco el mar y cambio los ríos en desiertos. Sus peces, sin agua, quedan en seco y mueren de sed.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¿Y por qué cuando Yo vengo no hay nadie, Y cuando llamó nadie responde? ¿Se ha acortado mi mano para redimir? ¿No tengo ya fuerza para salvar? He aquí, a mi reprensión se seca el mar, Convierto los ríos en desierto, Sus peces mueren de sed, Y hieden por la falta de agua.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 ¿Por qué, cuando vine, no había nadie; cuando llamé, nadie respondió? ¿Es demasiado corta mi mano para librar o no hay en mí fuerza para salvar? Mirad: con mi amenaza seco el mar, convierto los ríos en desierto; apestan sus peces por falta de agua y se mueren de sed.

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Isaías 50:2
46 Tagairtí Cros  

¿Hay cosa alguna demasiado difícil para Jehová? Al plazo fijo volveré a ti, el año entrante, y Sara tendrá un hijo.


Ahora pues, no os engañe Ezequías, ni os tenga alucinados así, ni le creáis vosotros; porque ningún dios de ninguna nación ni reino ha podido librar a su pueblo de mi mano, ni de mano de mis padres: ¡cuánto menos podrán vuestros dioses libraros a vosotros de mi mano!


Reprendió, pues, al mar Rojo, y éste se secó; e hízolos pasar por abismos, como por un desierto.


Él convierte ríos en un desierto, y manantiales de aguas en sequedales;


¶Extendió pues Moisés la mano sobre el mar, y Jehová hizo que el mar se retirase por un viento oriental muy fuerte que sopló toda aquella noche; de modo que se tornó el mar en seco, y fueron divididas las aguas.


Mas los hijos de Israel anduvieron en seco por en medio del mar, teniendo las aguas por muro a su diestra y a su siniestra.


Y los peces que están en el río morirán, y apestará el río, de modo que los Egipcios tendrán asco de beber las aguas del río.


Y los peces que había en el río murieron; y apestó el río, y no podían los Egipcios beber de las aguas del río; de manera que hubo sangre en toda la tierra de Egipto.


Por cuanto yo he llamado, y vosotros habéis rehusado, he extendido mi mano, y no hubo quien hiciera caso,


Y Jehová destruirá completamente la lengua del mar de Egipto: y levantará su mano sobre el río Eufrates, con su viento impetuoso, e hiriéndolo, lo partirá en siete arroyos; y hará que su pueblo lo pase a pie enjuto.


Y faltarán las aguas del Nilo, y el río se agotará y se secará;


El Señor ha extendido su mano sobre el mar, ha sacudido los reinos: Jehová ha dado mandamiento respecto de la nación mercante, para destruir sus plazas fuertes.


¿Quiénes de entre todos los dioses de las tierras son los que han librado su tierra de mi mano, para que pueda Jehová librar de mi mano a Jerusalem?


Otra vez miraré; mas no hay ninguno: sí, entre todos estos dioses consultaré; mas no hay quien aconseje; les sigo preguntando, mas no responden palabra.


Tornaré en soledad montañas y collados, y agostaré todas sus plantas, y tornaré los ríos en tierra firme, y secaré las lagunas.


Así dice Jehová, el que proveyó en el mar camino, y sendero en las poderosas aguas;


el que dice al profundo mar: ¡Sécate! ¡y yo secaré tus ríos!


¿No eres tú el mismo que secaste el mar, las aguas del grande abismo? ¿el que convertiste en camino las honduras del mar, para que pasaran los redimidos?


Porque Jehová te ha vuelto a llamar coma a una mujer dejada, y afligida de espíritu; y como a una mujer, casada joven, cuando haya sido desechada, dice tu Dios.


He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová, de modo que no puede salvar, ni es sordo su oído, de modo que no puede oír;


Vió también que no había hombre, y asombróse que no hubiera quien se pusiese de por medio; por tanto salvóle su propio brazo, y su justicia misma le sostuvo.


el que los condujo por entre los abismos, como se guía un caballo por el desierto sin tropezar?


Pues nosotros todos somos como cosa inmunda; y como trapos asquerosos son todas nuestras justicias; y todos nosotros nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos han arrebatado.


yo os numeraré a la espada, y todos vosotros os doblaréis para el degüello; por lo mismo que cuando yo llamé, no respondisteis, cuando hablé, no escuchasteis; sino que hicisteis lo que fué malo en mi vista, y escogisteis aquello en que no me complacía.


Yo también pues escogeré sus calamidades, y traeré sobre ellos las cosas que temen; por lo mismo que cuando yo llamé, no hubo quien respondiese, cuando hablé, ellos no escucharon; sino que hicieron lo que fué malo a mis ojos, y escogieron aquello en que no me complacía.


¿Por qué has de ser como hombre atónito, como un valiente que no puede  salvar? ¡Mas tú, oh Jehová, estás en medio de nosotros, y de tu nombre somos llamados! ¡no nos dejes!


Se cumplen las palabras de Jonadab  hijo de Recab, las que él prescribió a sus hijos respecto de no beber  vino; y ellos no beben vino hasta el  día de hoy, porque obedecen el mandamiento de su padre; pero a vosotros os he hablado yo, madrugando y  hablando, y no me habéis obedecido.


También os he enviado a todos mis siervos los profetas, madrugando y enviando, diciendo: Volveos cada cual de su mal camino, y enmendad vuestras obras, y no vayáis tras otros dioses para servirles, y habitaréis en la tierra que he dado a vosotros y a vuestros padres pero no inclinasteis el oído, ni me habéis escuchado.


¡RECORRED las calles de Jerusalem, y mirad, y reconoced, y buscad por sus plazas, a ver si podéis encontrar un hombre; si hay uno solo que obre justicia, que busque la verdad; y yo la perdonaré!


Ahora por cuanto habéis hecho todas estas obras malas, dice Jehová, y yo os he hablado, madrugando y hablando, mas no quisisteis escuchar; y os he llamado, mas no quisisteis responder;


Tú también les hablarás todas estas palabras; pero no te escucharán; y les llamarás, mas no te responderán.


Estuve atento y escuché; mas no hablaban lo que es recto; no hubo quien se arrepintiese de su maldad, diciendo: ¿Qué he hecho yo? Cada uno de ellos se ha vuelto a su carrera, como el caballo se lanza arrebatadamente a la batalla.


Ahora pues si estáis dispuestos para que al tiempo que oyereis el sonido de la corneta, de la flauta, del arpa, del sambuco, del salterio, y de la gaita y de toda suerte de música, caigáis y adoréis la imagen que yo he hecho, bien; mas si no la adorareis, en aquella misma hora seréis echados en medio de un homo ardiendo en fuego: y ¿quién es el Dios que os librará de mi mano?


Por mí pues se establece decreto, que cualquier pueblo, nación o lengua que hablare en mengua del Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea hecho trozos, y sus casas sean convertidas en muladar; por cuanto no hay otro Dios alguno que pueda librar de esta manera.


y al llegar cerca del foso, llamó a Daniel con voz lastimera; y hablando el rey, dijo a Daniel: ¡Oh Daniel, siervo del Dios vivo, ha podido tu Dios, a quien tú sirves de continuo, librarte de los leones?


Él salva y él libra; él también hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; el cual ha librado a Daniel del poder de los leones.


Pero mientras más los llamaron mis profetas, ellos se alejaron más de éstos; sacrificando a los Baales, y quemando incienso a las esculturas.


Mi pueblo también es propenso a apostatar de mí: aunque los profetas los llaman hacia arriba; todos juntos no quieren elevarse.


Reprende a la mar, y la hace secar, y reseca todos los ríos: están marchitos Basán y el Carmelo; se marchita también la flor del Líbano.


¿Está enojado Jehová contra los ríos? ¿o se enciende contra los ríos tu indignación, o contra el mar el desborde de tu ira, para que cabalgues sobre tus caballos, sobre tus carros de salvación?


Y Jehová respondió a Moisés:  ¿Hase acortado la mano de Jehová? Ahora verás tú si mi palabra se cumple o no.


Y habiendo despertado, reprendió al viento, y dijo a la mar: ¡Calla! ¡sosiégate! Y calmó el viento, y sucedió una grande bonanza.


A lo suyo vino; y los suyos no le recibieron.


Y ésta es la condenación, que la luz ha venido al mundo, y los hombres amaron más bien las tinieblas que la luz, por cuanto sus obras eran malas.


se detuvieron las aguas que venían bajando de la parte de arriba, y se elevaron en un montón, muy lejos de ellos, junto a Adam, ciudad que está al lado de Sartán; en tanto que las aguas que iban bajando al Mar del Arabá, el Mar Salado, acabáronse, siendo cortadas; y el pueblo pasó frente a Jericó.


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