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Isaías 5:25 - Biblia Version Moderna (1929)

25 Por esta causa se ha encendido la ira de Jehová contra su pueblo, y él ha extendido su mano contra ellos, y los ha herido; de modo que tiemblan las montañas, y sus cadáveres son como basura en medio de las calles. ¡Con todo esto no se aparta su ira, sino que su mano está aún extendida!

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Biblia Reina Valera 1960

25 Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todavía su mano está extendida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Por eso el enojo del Señor arde contra su pueblo y ha levantado el puño para aplastarlo. Los montes tiemblan y los cadáveres de su pueblo están tirados por las calles como basura. Pero aun así, el enojo del Señor no está satisfecho. ¡Su puño todavía está listo para asestar el golpe!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Por esto Yavé se enojó con su pueblo y levantó su mano para pegarle; los cerros se estremecieron y los cadáveres quedaron tirados esparcidos como la basura en las calles. Pero no se le pasó el enojo, pues siguió con su mano levantada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Por eso la ira de YHVH se ha inflamado contra su pueblo, Y extiende su mano para herirlo. Los montes se estremecen y sus cadáveres° yacen como basura en la calle; Y con todo, no se aplaca su ira: Su mano sigue extendida.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Por eso se encendió la ira de Yahveh contra su pueblo, tendió su mano contra él y lo hirió. Temblaron las montañas. Los cadáveres fueron como basura en medio de las calles. Y ni aun así se calmó su ira, y su mano está todavía extendida.

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Isaías 5:25
60 Tagairtí Cros  

Al que de Jeroboam muriere en la ciudad, le comerán los perros, y al que muriere en el campo, le comerán las aves del cielo; porque Jehová lo ha dicho así.


Al que de Baasa muriere en la ciudad, le comerán los perros, y a aquel de los suyos que muriere en el campo, le comerán las aves del cielo.


¡Al que de Acab muriere en la ciudad, le comerán los perros, y al suyo que muriere en el campo, le comerán las aves del cielo!


Con lo cual se encendió la ira de Jehová contra Israel, y los entregó seguidamente en mano de Hazael rey de Siria, y en mano de Ben-hadad hijo de Hazael.


Y será el cadáver de Jezabel como estiércol sobre la haz del campo, en la porción de Jezreel; de suerte que nadie podrá decir: ¡Esta es Jezabel!


Mas ellos se mofaban de los mensajeros de Dios, y despreciaban las palabras de él, y hacían escarnio de sus profetas, en grado que subió de punto la ardiente indignación de Jehová contra su pueblo, hasta no haber remedio.


Dios no apartará por eso su ira; y debajo de él se abaten los ayudadores más soberbios.


Por tanto se encendió la ira de Jehová contra su pueblo, y abominó a su herencia.


¡A la presencia del Señor, tiembla, oh tierra, a la presencia del Dios de Jacob;


Entonces sacudióse la tierra y temblaba; los cimientos de los montes se iban conmoviendo y se sacudieron, porque él se indignó.


tembló la tierra; los cielos también vertieron aguas a la presencia de Dios, y aquel Sinaí conmovióse a la presencia de Dios, el Dios de Israel!


La voz de tu trueno oyóse en el torbellino; los relámpagos alumbraron al mundo; la tierra se estremeció, y tembló.


Empero él, el Misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruyó; y muchas veces apartó su indignación, y no quiso despertar toda su ira.


Perecieron en Endor; fueron hechos como estiércol para la tierra.


¶Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus corrientes, sobre sus ríos, y sobre sus lagunas, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre; y habrá sangre en toda la tierra de Egipto, así en las vasijas de madera como en las de piedra.


¡Privados de mi auxilio, se doblegan bajo el yugo de prisionero, o caen debajo de montones de muertos! ¡Con todo esto no se aparta su ira, sino que su mano está aún extendida!


Contra una nación impía le enviaré, y contra el pueblo de mi ira le daré comisión; para que se lleve los despojos, y arrebate la presa, y para hollarlos como el Iodo de las calles.


¡mas tú, arrojado estás fuera de tu sepulcro, como un retoño despreciado; cubierto de muertos traspasados a espada, que descienden a las piedras del hoyo; como un cadáver pisoteado!


El Señor ha extendido su mano sobre el mar, ha sacudido los reinos: Jehová ha dado mandamiento respecto de la nación mercante, para destruir sus plazas fuertes.


Y extenderá sus manos en medio de ella, como las extiende el nadador para nadar; pero Dios abatirá su orgullo, juntamente con las tretas de sus manos.


esto no obstante, pondré en estrecho a Ariel, y habrá duelo y dolor, y me será como Ariel.


Por tanto derramó sobre ellos el ardor de su ira, y la violencia de guerra; lo cual le ha incendiado todo en derredor, pero él no hace caso; y le consume, mas él no pone en ello su corazón.


Tus hijos han desfallecido; tendidos están en las encrucijadas de todas las calles, como antílope en una red, llenos de la ira de Jehová, de la reprensión de tu Dios.


Cuando hiciste cosas temerosas que no esperábamos, entonces descendiste; derritiéronse las montañas a tu presencia.


¡Pues he aquí que Jehová con fuego vendrá, y como torbellino, sus carros de guerra; para devolver su ira con ardiente indignación, y su reprensión con llamas de fuego!


Y saldrán, y mirarán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí; cuyo gusano no morirá, y su fuego nunca se apagará; y serán un objeto de horror para toda carne.


Por tanto, Jehová levantará contra él los adversarios de Rezín, y a sus propios enemigos incitará;


pues son los guías de este pueblo los que le extravían; y los guiados por ellos caen en destrucción.


Por tanto el Señor no se regocijará en sus mancebos, ni tendrá compasión de sus huérfanos y de sus viudas; porque cada uno de ellos es un impío y un malhechor, y cada boca habla insensatez. ¡Con todo esto no se aparta su ira, sino que su mano está aún extendida!


sino que arremete a la derecha, mas tiene hambre, y devora a la izquierda, pero no se harta: comerán cada cual la carne de su mismo brazo.


Manasés devorará a Efraim, y Efraim a Manasés; y ellos juntos estarán contra Judá. ¡Con todo esto no se aparta su ira, sino que su mano está aún extendida!


Y señalaré sobre ellos cuatro linajes de azotes, dice Jehová: La espada para matar, y los perros para arrastrar, y las aves del cielo y las bestias de la tierra para devorar y para destruir.


De muertes dolorosas morirán; no serán llorados, ni serán sepultados: serán como estiércol sobre la haz del campo; porque serán consumidos con la espada y con el hambre; y sus cadáveres servirán de pasto para las aves del cielo y para las bestias de la tierra.


Y tú, por tu misma culpa, serás privada de tu herencia que te dí; y te haré servir a tus enemigos en una tierra que nunca conociste: porque habéis encendido un fuego en mi ira que arderá para siempre.


Miro las montañas, y he aquí que están temblando, y todas las colinas se conmueven.


Por tanto ceñíos de saco, lamentaos y aullad; porque no se aparta de nosotros la ardiente ira de Jehová.


Y sus casas serán transferidas a otros, juntamente con sus campos y sus mujeres; pues voy a extender mi mano contra los habitantes del país dice Jehová.


y los extenderán delante del sol, y delante de la luna, y delante de todo el ejército del cielo, objetos que ellos amaron, y sirvieron, y en pos de los cuales anduvieron, y a quienes consultaron, y ante los cuales se postraron; y no serán recogidos, ni serán enterrados, sino que serán como estiércol sobre la haz del campo.


Diles: Así dice Jehová: Los cadáveres de hombres caerán como estiércol sobre la haz del campo, y como el manojo tras el segador, que ninguno recoje.


si no es así que nos has rechazado totalmente con desprecio; si no es así que te has airado contra nosotros hasta lo sumo!


Por tanto, así dice Jehová el Señor: Según el ejemplo de la madera de la vid entre las maderas del bosque, la cual yo he dado como cebo al fuego, asimismo daré a los habitantes de Jerusalem.


Sí, fortaleceré los brazos del rey de Babilonia, mas los brazos de Faraón caerán: y conocerán los Egipcios que yo soy Jehová, cuando pusiere mi espada en mano del rey de Babilonia, y él la extendiere contra la tierra de Egipto.


Y extenderé mi mano contra ellos, y pondré la tierra más desolada y devastada que el desierto hacia Diblat, por todos los lugares de su habitación; y conocerán que yo soy Jehová.


¡Oh Señor, conforme a todas tus justicias, apártese, te ruego, tu ceño y tu ardiente indignación de sobre tu ciudad de Jerusalem, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y de las iniquidades de nuestros padres Jerusalem y tu pueblo han venido a ser el oprobio de todos los que están en derredor nuestro.


Yo sanaré sus apostasías; los amaré de pura gracia: porque mi ira se ha apartado ya de ellos.


A causa de esto ¿no ha de estremecerse la tierra, y no debe prorrumpir en lamentos cada uno de los que habitan en ella? pues ella, toda ella se elevará como el Nilo; y surgirá, y después se bajará, como el Nilo de Egipto.


Y se derretirán las montañas debajo de él, y los valles se henderán; como la cera delante del fuego serán, y como las aguas que se precipitan por un despeñadero.


Las montañas se estremecen delante de él, y los collados se derriten; asimismo la tierra se conmueve ante su presencia, el mundo también, y cuantos habitan en él.


¡Te ven las montañas, y se retuercen en angustia, pasa una inundación de aguas: el abismo da su voz levanta en alto sus manos.


Y traeré apretura sobre los hombres, tal que andarán como ciegos; por cuanto han pecado contra Jehová: y será derramada su sangre como polvo, y sus carnes como estiércol:


Por lo cual se encenderá mi ira contra él en aquel día, y le dejaré, y esconderé mi rostro de él; de manera que será consumido, y le alcanzarán muchos males y angustias. Y él dirá en aquel día: ¿No es por cuanto no está mi Dios en medio de mí, que me han alcanzado estos males?


Pues yo indudablemente habré escondido mi rostro en aquel día, por motivo de todas las maldades que él habrá hecho, por haberse vuelto a otros dioses.


vedándonos hablar a los gentiles, para que se salven; para ir siempre llenando la medida de sus pecados: la ira empero les ha sobrevenido para acabar con ellos.


¶Y ví un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él, de cuya presencia huyó la tierra y el cielo; y no fué hallado lugar para ellos.


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