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Isaías 47:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 Ahora pues, escucha esto, oh mujer voluptuosa. tú que habitas descuidada, tú que dices en tu corazón: ¡Yo soy, y fuera de mí no hay otra; nunca me sentaré como viuda, ni conoceré pérdida de hijos!

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Biblia Reina Valera 1960

8 Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Escucha esto, nación amante de los placeres, que vives cómodamente y te sientes segura. Tú dices: “Yo soy la única, y no hay otra. Nunca seré viuda ni perderé a mis hijos”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ahora, escucha esto, delicada, tú que te sientes tan segura y dices: 'Yo, y nadie más; no quedaré viuda, ni perderé mis hijos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Ahora pues, escucha esto, oh mujer° lasciva, Tú, que reinabas confiadamente, y te decías: Yo y nadie más que yo. No me quedaré viuda, ni perderé a mis hijos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Ahora, escucha esto, voluptuosa, que te sientes tranquila en tu morada y dices en tu corazón: 'Yo, y nadie más; no me quedaré viuda, no conoceré la orfandad'.

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Isaías 47:8
36 Tagairtí Cros  

me remontaré sobre las alturas de las nubes; seré semejante al Altísimo!


¡Temblad, las que estáis descuidadas! ¡turbaos, las que vivís sin recelo! ¡despojaos, desnudaos, ceñid los lomos de saco!


¡Mujeres descuidadas, levantaos! ¡oíd mi voz! ¡hijas confiadas, escuchad mi dicho!


Porque así dice Jehová, Creador de los cielos (él solo es Dios), el que formó la tierra y la hizo, el cual la estableció;(no en vano la creó, sino que para ser habitada la formó): ¡Yo soy Jehová, y no hay otro Dios!


Yo soy Jehová, y no hay otro; fuera de mí no hay Dios: yo te ciño, aunque no me has conocido;


a fin de que sepan los hombres, desde el nacimiento del sol, y desde el occidente, que no hay otro sino yo: ¡yo soy Jehová, y no hay otro!


Pues confiaste en tu maldad; dijiste: ¡Nadie me ve! Tu sabiduría y tu ciencia misma te han pervertido, de modo que dijiste en tu corazón: ¡Yo soy, y fuera de mi no hay otra!


¡Levantaos, oh Caldeos, subid contra una nación descuidada, que habita sin recelo! Dice Jehová; nación que no usa puertas ni cerrojos; a solas habita.


Por cuanto os alegráis, por cuanto os regocijáis desdeñosamente, oh saqueadores de mi herencia; por cuanto retozáis como novilla en la hierba, y relincháis como poderosos corceles;


Aun cuando se remontare Babilonia hasta los cielos, y por mucho que fortalezca la elevación de su poderío, de mi parte le vendrán quienes la despojen, dice Jehová.


He aquí que fué esta la iniquidad de tu hermana Sodoma: La soberbia, la hartura de pan y el reposo próspero, que tenía ella y sus hijas; y no apoyaba la mano del pobre y del menesteroso.


Hijo del hombre, di al príncipe de Tiro: Así dice Jehová el Señor: Por lo mismo que se ha engreído tu corazón, y has dicho: Dios soy yo; en el asiento de Dios estoy sentado, en medio de los mares; por tanto te digo que eres hombre y no Dios, aunque has puesto tu corazón como corazón de Dios.


En aquel día saldrán mensajeros de delante de mí, en naves, para aterrar a los confiados Etíopes; y vendrá la angustia sobre ellos, como en el día de Egipto; pues he aquí que viene su día.


¶Aquel rey pues hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios: y contra el Dios de los dioses hablará cosas espantosas; y saldrá con lo suyo, hasta que se concluya la indignación; porque lo decretado ha de ser hecho.


tú mismo eres, oh rey, que has crecido y te has hecho grande: pues tu grandeza ha crecido hasta llegar al cielo, y tu dominio hastalos fines de la tierra.


Por tanto, oh rey, séate mi consejo acepto, y rompe con tus pecados, por medio de justicia, y con tus iniquidades, usando de misericordia para con los pobres; si por acaso pueda haber alguna prolongación de tu tranquilidad.


El rey habló y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado para metrópoli del reino, con la fuerza de mi poder, y para la gloria de mi grandeza?


¶Yo Nabucodonosor estaba quieto en mi casa, y floreciendo en mi palacio.


Antes bien, contra el Señor del cielo te has ensalzado; de tal modo que han traído los vasos de su Casa delante de ti, y tú, y tus grandes, y tus mujeres, y tus concubinas estáis bebiendo en ellos; también a dioses de plata y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que no ven ni oyen, y que nada saben, los has alabado; mas al Dios en cuya mano está tu aliento, y cuyos son todos tus caminos, no le has glorificado.


¶En aquella misma noche fué muerto Belsasar rey de los Caldeos.


Pues mientras están como espinos entretejidos, como los que están empapados en su bebida, serán devorados, como hojarasca completamente seca.


A causa es esto de la muchedumbre de las fornicaciones de la ramera, la hermosa y agraciada; maestra en hechizos; la cual esclaviza a las naciones con sus fornicaciones, y a las parentelas de la tierra con sus hechizos.


Formidable y terrible es; y de ella misma procede su juicio y su dignidad.


¡Ésta es la ciudad regocijada que habitaba descuidadamente, la que decía en su corazón: ¡Yo soy, y fuera de mí no hay ninguna! ¡Cómo ha venido a ser una desolación, una guarida de fieras! todo aquel que pasare junto a ella silbará, y meneará la mano.


el cual se opone a Dios, y se ensalza sobre todo lo que se llama Dios, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo de Dios, ostentando que él es Dios.


¶Ellos pues tomaron lo que había hecho Mica, juntamente con el sacerdote que tenía, y se fueron contra Laís; contra un pueblo descansado y seguro; y los hirieron a filo de espada, y pusieron a fuego la ciudad.


¶Anduvieron pues aquellos cinco hombres, y llegaron a Laís, y vieron la gente que había en medio de ella, como habitaban sin recelo, a manera de los Sidonios, descansados y confiados; porque no había en aquella tierra quien tuviese autoridad para hacerlos avergonzar por cualquiera cosa; y estaban lejos de los Sidonios, y no tenían trato con nadie.


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