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Isaías 40:9 - Biblia Version Moderna (1929)

9 ¡Súbete sobre un monte alto, oh Sión, anunciadora de buenas nuevas! ¡levanta con fuerza tu voz, oh Jerusalem, anunciadora de buenas nuevas! ¡levántala, no temas! ¡di a las ciudades de Judá: He ahí a vuestro Dios!

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Biblia Reina Valera 1960

9 Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 ¡Oh Sion, mensajera de buenas noticias, grita desde las cimas de los montes! Grítalo más fuerte, oh Jerusalén. Grita y no tengas miedo. Diles a las ciudades de Judá: «¡Aquí viene su Dios!».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Sube a un alto cerro tú que le llevas a Sión una buena nueva. ¡Haz resonar tu voz, grita sin miedo, tú que llevas a Jerusalén la noticia! Diles a las ciudades de Judá: '¡Aquí está su Dios!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¡Súbete a un monte alto, oh Sión, Anunciadora de buenas nuevas! ¡Alza fuerte tu voz, oh Jerusalem, Anunciadora de buenas nuevas! ¡Álzala, no temas! Di a las ciudades de Judá: ¡Aquí está vuestro Dios!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Sube a un monte elevado, mensajera de Sión. Alza con fuerza tu voz, mensajera de Jerusalén. Álzala sin miedo, di a las ciudades de Judá: mirad a vuestro Dios.

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Isaías 40:9
31 Tagairtí Cros  

¶Entonces Abías se puso en pie, encima del monte Zemaraim, que está en la serranía de Efraim, y dijo: ¡Oídme, Jeroboam, y todo Israel!


VISIÓN de Isaías hijo de Amoz, que éste vió concerniente a Judá y Jerusalem en los días de Uzías, de Jotam, de Acaz y de Ezequías, reyes de Judá.


He aquí que Dios es mi salvación; confiaré y no tendré temor; porque mi fortaleza y mi canción es Yah Jehová; el cual también se ha hecho mi salvación.


Y se dirá en aquel día: ¡He aquí, éste es nuestro Dios; le hemos esperado, y él nos salvará! ¡éste es Jehová, le hemos esperado; estaremos alegres, y nos regocijaremos en su salvación!


Florecerá abundantemente y se regocijará hasta con alborozo y con canciones. La gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón: los hombres verán la gloria de Jehová, y la hermosura de nuestro Dios.


Yo dije el primero a Sión: ¡He aquí mis profetas; he ahí están! y daré a Jerusalem anunciador de buenas nuevas.


el que confirma la palabra de su siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; el que dice de Jerusalem: ¡Ella será habitada! y de las ciudades de Judá: ¡Serán reedificadas, y yo volveré a levantar sus desolaciones!


Yo, yo soy el que os consuela; ¿quién eres tú, para que temas del hombre que ha de morir, y del hijo de Adam que debe reputarse como hierba;


¡Escuchadme, los que conocéis la justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley! no temáis el vituperio de los hombres, ni os acobardéis con motivo de sus ultrajes:


Por tanto conocerá mi pueblo la virtud de mi Nombre: por tanto en aquel día conocerán que yo soy aquel que dice: ¡Heme aquí!


He aquí que ayunáis para ira y contención, y para herir con el puso de maldad: no habéis de ayunar como el día de hoy, para hacer que en lo alto se oiga vuestra voz.


EL Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, por cuanto Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar a los cautivos libertad, y a los aprisionados abertura de la cárcel;


¡Sube, oh Jerusalem al Líbano y clama! ¡resuene tu voz en Basán, clama desde Abarim; porque todos tus amantes están  destruídos!


Porque yo conozco los pensamientos que pienso respecto de vosotros, dice Jehová; pensamientos de paz, y no de mal, para daros una feliz postrimería, y una esperanza buena.


He aquí sobre las montañas los pies de aquel que trae buenas nuevas, que publica la paz. Guarda, oh Judá, tus fiestas solemnes, cumple tus votos: porque no volverá más a pasar por ti aquel inicuo: él ha sido completamente destruido.


y que arrepentimiento y remisión de pecados fuesen predicados en su nombre a todas las naciones, comenzando desde Jerusalem.


¶Mas poniéndose Pedro en pie, juntamente con los once, alzó la voz, y se expresó para con ellos de esta manera: ¡Varones de Judea, y todas los que habitáis en Jerusalem, esto os sea notorio, y prestad oídos a mis palabras!


¶Y viendo ellos el denuedo de Pedro y de Juan, y percibiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y al fin los reconocían, que eran de los que habían estado con Jesús.


¡Ahora pues, Señor, mira las amenazas de ellos; y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,


Mas digo: ¿Acaso no oyeron? Sí, verdaderamente, su melodía ha salido por toda la tierra, y sus palabras hasta los extremos del mundo.


y por mí para que se me conceda libertad de palabra, en abrir mi boca con denuedo, para dar a conocer el misterio del evangelio;


Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.


Mas aun cuando padeciereis por causa de la justicia, bienaventurados seréis. No os amedrentéis a causa del temor que ellos inspiran, ni seáis turbados;


Y habiéndoselo dicho a Joatam, éste se fué y púsose sobre la cumbre del monte Gerizim; y alzando la voz, clamó, y les dijo: Oídme, señores de Siquem, para que os oiga Dios.


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