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Isaías 40:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 ¡He aquí que Jehová, el Señor, viene con poder, y su mismo brazo enseñoreará para él; he aquí, su premio está con él, y su recompensa delante de él!

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Biblia Reina Valera 1960

10 He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Sí, el Señor Soberano viene con poder y reinará con brazo poderoso. Miren, él trae consigo su recompensa.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Sí, aquí viene el Señor Yavé, el fuerte, el que pega duro y se impone. Trae todo lo que ganó con sus victorias, delante de él van sus trofeos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¡Mirad: Adonay YHVH viene con poder, y su brazo manda! ¡He aquí su galardón con Él y su recompensa lo precede!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Mirad al Señor Yahveh que viene con poder y su brazo gobierna. Mirad: con Él viene su recompensa y le precede su paga.

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Isaías 40:10
32 Tagairtí Cros  

DESPUÉS de estas cosas Abram tuvo en visión una revelación de Jehová, que decía: No temas Abram; yo soy tu escudo, tu galardón sobremanera grande.


Juzgará entre las naciones; las llenará de cadáveres; magullará la cabeza que domina sobre la ancha tierra.


Decid a Dios: ¡cuán temibles son tus hechos! Por la grandeza de tu poder, se te humillarán fingidamente tus enemigos.


He aquí que tiene Jehová un azote fuerte y alerta, el cual como tempestad de granizo, y torbellino destructor, y como tempestad de aguas poderosas que todo lo arrebatan, echará por tierra con violencia.


¡Jehová, ten misericordia de nosotros! a ti te hemos esperado; ¡sé tú el sostén de los oprimidos cada mañana, la salvación nuestra también en el tiempo de apretura!


Mas yo dije: ¡En balde me he fatigado, y para nada y en vano he gastado mis fuerzas! pero ciertamente mi causa está con Jehová, y mi obra con mi Dios.


Cercana está mi justicia, y ha salido ya mi salvación, y mi brazo juzgará los pueblos; las tierras lejanas me esperarán, y en mi brazo confiarán.


Por tanto yo le daré porción con los grandes, y con los poderosos repartirá los despojos; por cuanto derramó su alma hasta la muerte, y con los transgresores fué contado: y él mismo llevó el pecado de muchos, y por los transgresores intercedió.


Más aún, la verdad no se puede hallar, y el que se aparte del mal a sí mismo se hace presa. Y Jehová lo vió, y lo llevó a mal que no hubiese justicia.


Vió también que no había hombre, y asombróse que no hubiera quien se pusiese de por medio; por tanto salvóle su propio brazo, y su justicia misma le sostuvo.


Conforme a sus fechorías, conformemente recompensará ira a sus adversarios, retribución a sus enemigos; a tierras lejanas dará la retribución.


He aquí que Jehová ha hecho proclamación hasta los fines de la tierra: ¡Decid a la hija de Sión: He aquí que viene tu Salvador! ¡he aquí que su premio está con él, y su recompensa delante de él!


Y miré en derredor, mas no hubo quien ayudase, y quedé asombrado por no haber quien sostuviese; por tanto mi propio brazo me salvó, y mi indignación misma me sostuvo:


Así dice Jehová: Detén tu voz, para que no siga en los lamentos, y tus ojos, para que no lloren más; porque será premiado, tu trabajo, dice Jehová; pues ellos volverán de la tierra del enemigo:


HE aquí pues que voy a enviar mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y repentinamente vendrá a su Templo el Señor a quien buscáis; es decir, el Ángel del Pacto, en quien os deleitéis; he aquí que vendrá, dice Jehová de los Ejércitos.


Acercándose entonces Jesús, les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y sobre la tierra.


tomaron ramos de palmas, y salieron a su encuentro, aclamando: ¡Hosanna! ¡Bendito el rey de Israel, que viene en el nombre del Señor!


No temas, hija de Sión: he aquí que viene tu rey, sentado sobre un pollino de asna.


Así que, por cuanto los hijos participan en común de carne y sangre, él también de la misma manera tomó parte en ellas, para que, por medio de la muerte, destruyese a aquel que tiene el imperio de la muerte, esto es, al diablo,


quien obra el pecado, del diablo es;  porque desde el principio el diablo peca.  A este intento fué manifestado el Hijo de Dios, es decir, para destruir las obras del diablo.


Éstos harán guerra contra el Cordero; y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de los señores, y Rey de los reyes, y los que con él están, son llamados y escogidos y fieles.


¶Y ví un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él, de cuya presencia huyó la tierra y el cielo; y no fué hallado lugar para ellos.


He aquí, yo vengo presto, y mi galardón está conmigo, para dar la recompensa a cada uno según sea su obra.


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