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Isaías 22:2 - Biblia Version Moderna (1929)

2 ¡Oh tú, que estabas llena de bulla, ciudad tumultuaria ciudad alegre! tus muertos no están muertos a cuchillo, ni murieron en guerra.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Tú, llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son muertos a espada, ni muertos en guerra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Toda la ciudad está en un terrible alboroto. ¿Qué veo en esta ciudad tan parrandera? Hay cadáveres por todas partes; no murieron en batalla, sino a causa del hambre y de la enfermedad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ciudad llena de bulla, ciudad ruidosa y de vida alegre? Si tu gente está muerta, no murieron a espada ni cayeron en el combate.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Oh tú, llena de bullicio, ciudad turbulenta, urbe desenfrenada! Tus caídos no cayeron a cuchillo ni murieron en combate.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 henchida de alborotos, ciudad estrepitosa, villa bullanguera? Tus caídos no cayeron a espada, no murieron en campaña.

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Isaías 22:2
16 Tagairtí Cros  

¡Privados de mi auxilio, se doblegan bajo el yugo de prisionero, o caen debajo de montones de muertos! ¡Con todo esto no se aparta su ira, sino que su mano está aún extendida!


¿Es esta vuestra ciudad alegre, cuya antigüedad es de tiempos muy remotos? sus mismos pies la conducirán lejos para morar temporalmente allí.


Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinos y zarzas, sí, sobre todas las casas de placer en la ciudad alegre;


porque el palacio está abandonado, la ciudad populosa dejada; Ofel y la torre son madrigueras para siempre regocijo de asnos monteses, pasturaje para rebaños,


Por tanto, así dice Jehová respecto del rey de Asiria: No vendrá a esta ciudad, ni disparará aquí flecha, ni presentará delante de ella escudo, ni levantará terraplén contra ella.


En efecto, salió el ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los Asirios ciento ochenta y cinco mil hombres; y cuando se levantaron por la mañana los que sobrevivieron, he aquí que todos ellos eran cuerpos muertos.


Si salgo al campo, ¡he aquí los muertos a cuchillo! y si entro en la ciudad, ¡he aquí los enfermos a causa del hambre! pues ya tanto el profeta como el sacerdote andan en torno de la tierra, sin saber a dónde van.


Así dice Jehová: El que se quedare en esta ciudad morirá a espada, de hambre y de peste; mas el que se saliere a los Caldeos vivirá; pues su vida le será como un despojo arrebatado, mas vivirá.


En el mes cuarto, a nueve del mes, cuando prevalecía ya el hambre en la ciudad, en términos que no había pan para el pueblo de la tierra,


ALEPH.- ¡Cómo se sienta solitaria la ciudad que estaba llena de gente! ¡cómo ha venido a ser semejante a una viuda! aquella que era grande entre las naciones y princesa entre las provincias, ¡cómo ha sido hecha tributaria!


RESH.- ¡Mira, oh Jehová, y considera! ¿A quién jamás has hecho así? ¿Acaso las mujeres han de comer el fruto de su seno, los chiquitos que acarician en sus manos? ¿Acaso el sacerdote y el profeta deben ser muertos en el Santuario de Jehová?


Las que están cerca de ti y las que están lejos, harán escarnio de ti, ¡ah, amancillada de nombre, y llena de confusión!


¡Ésta es la ciudad regocijada que habitaba descuidadamente, la que decía en su corazón: ¡Yo soy, y fuera de mí no hay ninguna! ¡Cómo ha venido a ser una desolación, una guarida de fieras! todo aquel que pasare junto a ella silbará, y meneará la mano.


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