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Isaías 22:12 - Biblia Version Moderna (1929)

12 Y el Señor, Jehová de los Ejércitos, llamó en aquel día a llanto y a lamentación, y a calvez y a ceñimiento de saco;

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Biblia Reina Valera 1960

12 Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 En ese día, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, los llamó a llorar y a lamentarse. Les dijo que se raparan la cabeza en señal de dolor por sus pecados y que usaran ropa de tela áspera para expresar su remordimiento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 El Señor Yavé de los Ejércitos los invitaba aquel día a llorar y lamentar sus pecados, a cortarse el pelo y a vestirse con un saco.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Aquel día Adonay YHVH Sebaot os convocó al llanto y al lamento, A raparse el cabello° y a vestirse de saco.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Os invitaba el Señor, Yahveh Sebaot, aquel día, al llanto y al lamento, a raparos la cabeza y ceñir sayal.

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Isaías 22:12
31 Tagairtí Cros  

Jeremías también lamentó la muerte de Josías: y todos los cantores y las cantoras en sus lamentaciones hablan de Josías hasta el día de hoy; y estableciéronlo como costumbre en Israel: y he aquí que están escritas en las Lamentaciones.


¶Y cuando oí esto, rasgué mis vestidos y mi manto, y arranqué los cabellos de mí cabeza y de mi barba, y sentéme atónito.


¶Y miraste compadecido la aflicción de nuestros padres en Egipto, y escuchaste su clamor junto al Mar Rojo;


¶Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y rapóse la cabeza, y cayó en tierra, y adoró:


Lo ha hecho todo hermoso en su tiempo; y ha puesto en el corazón de ellos el anhelo por la eternidad; por cuanto el género humano no puede entender la obra que ha hecho Dios, desde su principio hasta su fin.


tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y tiempo de regocijarse;


Moab sube a la casa de ídolos, y Dibón a los altos, para llorar allí. Moab se lamenta sobre Nebo y sobre Medeba: en toda cabeza hay calvez, y toda barba está cortada.


Pues aun cuando se mostrare favor al inicuo, no aprenderá justicia; en la tierra de justicia seguirá haciendo injusticias, y no mirará la majestad de Jehová.


¡AY de Ariel, de Ariel, ciudad donde habitó David! ¡Añadid año sobre año; las fiestas sigan en turno!


Y acontecerá que en lugar de perfume habrá hedor; y en lugar de cinturón, una soga; y en lugar de cabellos rizados, calvez; y en lugar de ropa ancha, ceñimiento de saco; y quemadura en lugar de hermosura.


¡Temblad, las que estáis descuidadas! ¡turbaos, las que vivís sin recelo! ¡despojaos, desnudaos, ceñid los lomos de saco!


Y ACONTECIÓ que como lo oyese el rey Ezequías, rasgó sus vestidos, y cubriéndose de saco, entró en la Casa de Jehová.


Y envió a Eliaquim, mayordomo de palacio, y a Sebna secretario, y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de saco, a Isaías profeta, hijo de Amoz.


¿Por qué, dicen ellos, hemos ayunado, y tú no ves? ¿por qué hemos afligido nuestra alma, y tú nos desatiendes? he aquí, en vuestro día de ayuno halláis vuestro propio gusto, y exigís todos vuestros trabajos.


Así grandes como pequeños morirán en esta tierra: no serán sepultados; y nadie los lamentará, ni se sajará por ellos; ni por ellos se hará calvez:


Ni tampoco entres en la casa del festín, para sentarte con ellos a comer y beber.


Por tanto ceñíos de saco, lamentaos y aullad; porque no se aparta de nosotros la ardiente ira de Jehová.


¡Rapa, oh Sión, las guedejas de tu nazareato, y arrójalas de ti; y alza sobre los cerros pelados una lamentación! porque Jehová ha despreciado y desechado la generación de su ira:


y por ti se harán calvez, y se ceñirán de saco, y te llorarán con amargura de alma, con amarguísimos plañidos;


EL rey Belsasar hizo un gran banquete para mil de sus príncipes; y bebió vino en presencia de los mil.


NO tienes que alegrarte, oh Israel, como los demás pueblos: porque te has apartado traidoramente de tu Dios: amas la paga de ramera en todas las eras llenas de trigo.


¡Ceñíos de saco y plañid, oh sacerdotes! ¡aullad, vosotros ministros del altar! ¡venid, yaced toda la noche en sacos, vosotros los ministros de mi Dios! ¡porque la ofrenda vegetal y las libaciones han sido apartadas de la Casa de Jehová!


¡Laméntate, oh tierra, cual joven esposa, que, ceñida de saco, llora al marido de su mocedad!


Mas aun ahora, dice Jehová, volveos a mí de todo vuestro corazón; con ayuno también, y con llanto, y con lamentos;


Entre el pórtico y el altar, lloren los sacerdotes, ministros de Jehová, y digan: ¡Compadécete, oh Jehová, de tu pueblo, y no entregues al oprobio tu herencia, para que los gentiles tengan dominio sobre ellos! ¿Por qué han de decir entre las naciones: Dónde está el Dios de ellos?


Convertiré también vuestros fiestas en llanto, y todos vuestras cantares en endechas; y haré subir cilicio sobre todos los lomos, y peladura sobre todas las cabezas; y pondré la tierra de duelo, como por un hijo único, y su fin será como un día de amargura.


Y llegó la noticia al rey de Nínive; el cual se levantó de su trono, y quitando de sobre sí su vestidura real, se vistió de saco, y sentóse en ceniza.


¡Hazte calvez, y ráete la cabeza, a causa de los hijos de tu deleite; ensancha tu calvez como el buitre; porque se te han ido en cautiverio!


¡EA ahora, oh ricos! ¡llorad y aullad a causa de las miserias que están para venir sobre vosotros!


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