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Isaías 2:22 - Biblia Version Moderna (1929)

22 ¡Dejaos pues del hombre, cuyo aliento está en su nariz! pues ¿en qué debe ser él estimado?

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Biblia Reina Valera 1960

22 Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 No pongan su confianza en los simples humanos; son tan frágiles como el aliento. ¿Qué valor tienen?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

22 No confíen más en el hombre, pues no dura más que el soplo de sus narices: ¿para qué estimarlo tanto?

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Desentendeos° del hombre, cuyo hálito° está en su nariz, Porque, ¿qué vale realmente?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Dejaos del hombre en cuya nariz apenas hay un soplo; pues, ¿en qué puede estimársele?

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Isaías 2:22
14 Tagairtí Cros  

Y Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en sus narices aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente.


Todo lo que tenía en sus narices soplo de aliento de vida, de cuanto había en la tierra seca, murió.


que mientras tanto que mi espíritu esté dentro de mí, y haya hálito de Dios en mis narices,


No confiéis en príncipes, ni en hijo de hombre, que no puede salvar:


Solamente vanidad son los hombres de humilde condición, mentira son los grandes; puestos en la balanza tienen que subir; ¡todos ellos juntos son menos que la vanidad!


¿qué viene a ser el mísero hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que le visites?


He aquí que las naciones le son como una gota de agua, que cae del cubo; y como el menudo polvo las balanzas le son estimadas; he aquí, él alza las islas como cosa menudísima.


Todas las naciones son una nada delante de él; menos que la nonada y la vacuidad misma le son reputadas.


Yo, yo soy el que os consuela; ¿quién eres tú, para que temas del hombre que ha de morir, y del hijo de Adam que debe reputarse como hierba;


Así dice Jehová: Maldito aquel que confía en el hombre, y se apoya en un brazo de carne, y cuyo corazón se aparta de Jehová.


Por eso, nosotros ahora llamamos dichosos a los soberbios; decimos también que medran los que obran maldad, y también que los que tientan a Dios son librados de mal.


(¡vosotros que no sabéis lo que sucederá el día de mañana! Pues ¿qué cosa es vuestra vida? es ciertamente como un vapor, que aparece por un poco de tiempo; y luego desaparece;)


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