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Isaías 14:4 - Biblia Version Moderna (1929)

4 que entonarás este cántico triunfal respecto del rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo ha cesado de sus vejaciones el opresor! ¡el exactor de oro ha cesado!

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Biblia Reina Valera 1960

4 pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa de oro!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 te mofarás del rey de Babilonia y dirás: «El hombre poderoso ha sido destruido. Sí, se acabó tu insolencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 te burlarás así del rey de Babilonia:

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Entonces pronunciarás mofa contra el rey de Babilonia, diciendo: ¡Cómo terminó el tirano! ¡Cómo acabó su prepotencia!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 entonarás esta canción contra el rey de Babel y dirás: '¡Cómo ha acabado el opresor, ha acabado la violencia!'.

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Isaías 14:4
35 Tagairtí Cros  

¶Y todos los vasos de la Casa de Dios, así grandes como pequeños, con los tesoros de la Casa de Jehová, y los tesoros del rey y de sus príncipes, lo hizo llevar todo a Babilonia.


CARGA de Babilonia, que vió Isaías hijo de Amoz.


Y Babilonia, la gloria de los reinos, la hermosura y el orgullo de los Caldeos, vendrá a ser como cuando destruyó Dios a Sodoma y Gomorra.


que convirtió el mundo en un desierto, y destruyó sus ciudades; y a sus prisioneros nunca los soltaba, para que volviesen a casa?


Jehová ha hecho pedazos la vara de los inicuos, el cetro de los que tenían el dominio;


el cual hería los pueblos en saña, con golpe incesante, y hollaba las naciones en ira, con persecución desenfrenada.


Habiten mis desterrados contigo, ¡oh Moab! séles como escondedero de la presencia del desolador, hasta que haya cesado el opresor, y haya acabado el desolador, y haya desaparecido de la tierra el hollador.


Visión dura me ha sido mostrada: El pérfido sigue obrando pérfidamente y el asolador sigue asolando. ¡Sube, Elam! ¡pon el sitio, oh Media! hice cesar todos los gemidos de los oprimidos de ella.


¡Siéntate silenciosa, y entra en tinieblas, oh hija de los Caldeos! porque no volverán más a llamarte Señora de los reinos.


Y haré que los que te oprimen coman sus mismas carnes; y serán embriagados con su propia sangre, como con vino nuevo; y conocerá toda carne, que yo, Jehová, soy tu Salvador y tu Redentor, el poderoso Dios de Jacob.


y te olvides de Jehová, tu Hacedor, que extendió los cielos, y cimentó la tierra, y te aterres continuamente, todos los días, a causa de la furia del opresor, cuando se apresta para destruir? ¿En dónde pues está ahora la furia del opresor?


sino que yo la pondré en manos de los que te afligen; los cuales han dicho a tu alma: ¡Póstrate, para que nosotros pasemos por encima! y en efecto tú has puesto tu cuerpo como el suelo, y como la calle, para los que pasaban por encima.


Por medio de la justicia serás hecha estable: estarás lejos de la opresión, porque no tendrás de qué temer; y del terror, pues no se acercará a ti.


Porque el yugo de su carga, y la vara de su hombro, y el palo del que le oprimía, los has quebrado, como en el día de Madián.


y los entregaré al maltratamiento y a la desventura entre todos los reinos de la tierra; para ser un vituperio y un proverbio, un ludibrio y una execración en todos los lugares adonde los voy a arrojar.


¡Lamentadle todos los que estáis a su rededor! y todos los que conocéis su nombre, decid: ¡Cómo se ha quebrado el cetro fuerte, la vara hermosa!


ALEPH.- ¡Cómo se ha empañado el oro! ¡cómo se ha demudado el oro finísimo! ¡derramadas están las piedras del Santuario por las encrucijadas de todas las calles!


Y tú serás un escarnio y un vituperio, un escarmiento y un asombro a las naciones que están en derredor de ti, cuando yo haya ejecutado juicios en ti, en ira y en indignación y con acaloradas reprensiones, (yo, Jehová, lo he dicho,)


de modo que dondequiera que habitan los hijos de los hombres, las bestias del campo y las aves del cielo, él lo ha dado todo en tu mano, y a ti te ha hecho señorear a todos ellos. Tú eres esa cabeza de oro.


Porque la violencia hecha al Líbano te cubrirá, y la destrucción de las bestias que aquella violencia aterraba; a causa de la derramada sangre humana, y de la violencia hecha a la tierra, a la ciudad y a todos los que habitan en ella.


¶Y ví a aquella mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús. Y cuando la ví, me maravillé con grande admiración.


diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad, que iba vestida de lino fino blanco y de púrpura, y de escarlata, y adornada de oro, y de piedras preciosas, y de perlas;


¶¡Regocíjate sobre ella, oh cielo, y vosotros, los santos y los apóstoles y los profetas; porque Dios ha vengado vuestra causa en ella!


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