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Isaías 13:11 - Biblia Version Moderna (1929)

11 Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y acabaré con la arrogancia de los presumidos, y humillaré la altivez de los terribles.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 «Yo, el Señor, castigaré al mundo por su maldad y a los perversos por su pecado. Aplastaré la arrogancia de los soberbios y humillaré el orgullo de los poderosos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Voy a castigar a todo el mundo por su maldad y a los impíos por sus crímenes; acabaré con el orgullo de la clase alta y humillaré la soberbia de los dictadores.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Castigaré al mundo por su maldad, A los inicuos por su iniquidad. Haré cesar la arrogancia de los soberbios Y humillaré la altivez de los tiranos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Castigaré en el mundo el mal, en los malvados su culpa, truncaré la soberbia de los insolentes, el orgullo de los tiranos humillaré.

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Isaías 13:11
30 Tagairtí Cros  

¡Sí, mira a todo soberbio, y póstrale; y quebranta a los inicuos en donde mismo están!


He aquí que el justo será recompensado en la tierra; cuánto más el inicuo y el pecador.


El temor de Jehová es aborrecer la maldad; el orgullo la soberbia y el camino, y la boca engañosa yo aborrezco.


sino que con justicia juzgará a los desvalidos, y fallará con rectitud por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el resuello de sus labios matará al inicuo.


Preparad el degüello para sus hijos, por la iniquidad de sus padres; no se levanten y posean la tierra, ni llenen la haz del mundo con ciudades.


Jehová ha hecho pedazos la vara de los inicuos, el cetro de los que tenían el dominio;


Los ojos altivos del hombre serán abatidos, y la soberbia de los hombres será humillada, y Jehová solo será ensalzado en aquel día.


Porque Jehová de los Ejércitos tiene señalado un día contra todo lo elevado y lo soberbio, y contra todo lo ensalzado, para que sea abatido;


Y la altivez del hombre será postrada, y la soberbia da los hombres será abatida, y Jehová solo será ensalzado en aquel día.


Por tanto Jehová de los Ejércitos ha revelado a mis oídos esto: De cierto que esta iniquidad no os será nunca perdonada, hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los Ejércitos.


Jehová de los Ejércitos lo ha decretado, para profanar la soberbia de toda gloria humana, y para degradar a todos los honorables de la tierra.


Y acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército de lo alto en el alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra;


Por tanto, te dará honra el pueblo fuerte, la ciudad de las naciones tiranas tendrán temor de ti:


¡Como el calor en lugar de sequía se mitiga, así abates la algazara de los extraños; como se reduce el calor con la sombra de una nube; así se humilla la canción triunfal de los tiranos!


Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad; la tierra también descubrirá sus homicidios, y no encubrirá más sus muertos.


Porque los violentos ya han dejado de existir, y se han acabado los escarnecedores, y están exterminados todos los que se desvelan por hacer iniquidad;


Empero la muchedumbre de tus enemigos será como el menudo polvo, y como el tamo volante, la multitud de los terribles: y esto sucederá en un momento, repentinamente.


¡Ay del malo! pues mal le irá; porque la recompensa de lo que han hecho sus manos le será dada!


Y así el hombre bajo es humillado, y el grande es abatido, y los ojos altaneros son abatidos:


vuestras iniquidades y las iniquidades de vuestros padres juntamente, dice Jehová; los cuales quemaron incienso sobre las montañas, y sobre los collados me blasfemaron: por tanto derramaré la plena recompensa de sus obras antiguas en su mismo seno.


Hemos oído hablar de la soberbia de Moab; él es muy orgulloso. ¡Ah su altanería, y su soberbia, y su arrogancia, y la altivez de su corazón!


¶Mas al cabo de los días, yo Nabucodonosor alcé mis ojos hacia el cielo, y mi juicio me fué restituído; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive eternamente, cuyo dominio es dominio sempiterno, y su reino de siglo en siglo.


¡Pero he aquí al ensoberbecido! su alma no es recta en él: el justo empero por su fe vivirá.


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