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Isaías 1:26 - Biblia Version Moderna (1929)

26 y restituiré tus jueces como fueron al principio, y tus consejeros como de primero: después de lo cual serás llamada Ciudad de Justicia, Ciudad Fiel.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Otra vez te daré buenos jueces, y consejeros sabios como los que antes tenías. Entonces Jerusalén volverá a ser llamada Centro de Justicia y Ciudad Fiel».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Haré a tus gobernantes como eran antes, y a tus consejeros como en otros tiempos. Entonces te llamarán Ciudad Fiel, Lugar de la Justicia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Restauraré tus jueces como al principio, Y tus consejeros como los de antaño. Entonces te llamarán Ciudad Justa, Ciudad Fiel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Haré a tus jueces como eran al principio; a tus consejeros, como al comienzo. Después te llamarán Ciudad de Justicia, Villa Fiel.

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Isaías 1:26
25 Tagairtí Cros  

¡Cómo se ha convertido en ramera la ciudad fiel! ¡llena estaba de rectitud; justicia moraba en ella, mas ahora, homicidas!


Pues caminarán muchos pueblos, diciendo: ¡Venid, y subamos al monte de Jehová, a la Casa del Dios de Jacob! y él nos enseñará en cuanto a sus caminos, y nosotros andaremos en sus senderos; porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová.


¡Ensalzado es Jehová; sí, él habita en las alturas; ha llenado a Sión de equidad y de justicia!


Por medio de la justicia serás hecha estable: estarás lejos de la opresión, porque no tendrás de qué temer; y del terror, pues no se acercará a ti.


Asimismo vendrán a ti, postrándose, los hijos de los que te afligieron; y a las plantas de tus pies se encorvarán todos los que te trataron con desprecio; y te llamarán la ciudad de Jehová; la Sión del Santo de Israel.


Y tu pueblo, todos ellos justos, heredarán para siempre la tierra; renuevos plantados por mí mismo, obra de mi mano, para que yo sea glorificado.


Así dice Jehová de los Ejércitos, el Dios de Israel: Otra vez dirán en la tierra de Judá, y en sus ciudades, cuando yo hiciere tornar su  cautiverio: ¡Jehová bendígate, oh Habitación de justicia, oh Monte de santidad!


sí, se oirá la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del novio y la voz de la novia, la voz de los que dicen: ¡Alabad a Jehová de los Ejércitos; porque Jehová es bueno; porque para siempre es su misericordia! también de los que traen sacrificios de alabanza a la Casa de Jehová: porque yo haré tornar el cautiverio de la tierra, para restablecerla como al principio, dice Jehová.


Y haré volver los cautivos de Judá, y los cautivos de Jerusalem; y los restituiré como al principio.


En cuanto a la tierra, será posesión suya en Israel; a fin de que mis príncipes no opriman más a mi pueblo: y lo restante de la tierra la han de dar a la casa de Israel conforme a sus tribus.


¡Y tú, oh torre del rebaño, colina de la hija de Sión, a ti te llegará; sí, a ti vendrá el dominio anterior, el reino de la hija de Jerusalem!


El residuo de Israel no hará iniquidad, ni hablará mentiras, ni será hallada en su boca una lengua engañosa: por lo cual, como ovejas, apacentarán y sestearán, y no habrá quien los espante.


Empero entonces volveré a dar a los pueblos labios puros, para que todos ellos invoquen el nombre de Jehová, sirviéndole de común acuerdo.


Así dice Jehová: Me he vuelto a Sión, y habitaré en medio de Jerusalem; y Jerusalem será llamada Ciudad de la Verdad; y el monte de Jehová de los Ejércitos será llamado el Monte Santo.


y los traeré acá, y ellos habitarán en medio de Jerusalem; y serán mi pueblo, y yo seré su Dios, en verdad y en justicia.


(Y aquel varón Moisés era muy manso, más manso que ningún hombre de cuantos había sobre la faz de la tierra.)


¶Entonces se le encendió la ira a Moisés en gran manera, y dijo a Jehová: ¡No mires su ofrenda! Yo no he tomado ni un asno suyo, y no he hecho mal a ninguno de ellos.


Y no entrará jamás en ella ninguna cosa inmunda, ni quien haga abominación, o diga mentira; sino solamente aquellos que están escritos en el libro de la vida del Cordero.


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