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Hechos 4:29 - Biblia Version Moderna (1929)

29 ¡Ahora pues, Señor, mira las amenazas de ellos; y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,

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Biblia Reina Valera 1960

29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 Y ahora, oh Señor, escucha sus amenazas y danos a nosotros, tus siervos, mucho valor al predicar tu palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

29 Y ahora, Señor, fíjate en sus amenazas; concede a tus siervos anunciar tu Palabra con toda valentía,

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 Y ahora Señor, considera sus amenazas, y concede a tus siervos hablar tu palabra con todo denuedo;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Ahora, pues, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos anunciar con toda entereza tu palabra;

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Hechos 4:29
27 Tagairtí Cros  

¡CLAMA a voz en cuello, no te detengas! ¡eleva tu voz como trompeta! ¡declara a mi pueblo su transgresión, a la casa de Jacob sus pecados!


¡Mira, pues, desde el cielo, oh Jehová, y ve, desde tu morada de santidad y de hermosura! ¿Dónde están ahora tu celo y tus obras poderosas? ¿Hase restringido la conmoción de tus entrañas y de tus compasiones hacia mí?


hasta que Jehová tienda la vista y mire desde el cielo.


ACUÉRDATE, oh Jehová, de  lo que nos ha sucedido; mira, y ve nuestro oprobio!


Tú pues, oh hijo del hombre, no temas de ellos, ni de sus palabras has de temer; aunque ellos sean zarzas y espinos para contigo, y aunque tú habites en medio de escorpiones. No temas a causa de sus palabras, y de sus rostros no te acobardes; porque casa rebelde son.


¡Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y ve las desolaciones nuestras, y a la ciudad que es llamada de tu nombre; porque no derramamos nuestros ruegos ante tu rostro a causa de nuestras justicias, sino a causa de tus grandes compasiones!


Yo empero estoy lleno de poder, por el influjo del Espíritu de Jehová: lleno estoy de juicio justo, y de intrepidez, para declarar a Jacob su transgresión y a Israel su pecado.


Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: Era necesario que la palabra de Dios fuese predicada primero a vosotros; pero ya que la desecháis, y os juzgáis indignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.


Largo tiempo pues se quedaron allí, hablando denodadamente en el Señor, el cual daba testimonio a la palabra de su gracia, concediendo que se hiciesen señales y maravillas por las manos de ellos.


¶Y entrando en la sinagoga, habló animosamente por espacio de tres meses, razonando y persuadiendo en lo relativo al reino de Dios.


Porque conoce el rey respecto de estas cosas; delante de quien hablo confiadamente, pues estoy seguro que no se le oculta ninguna de estas cosas; porque esto no ha sido hecho en un rincón.


predicando el reino de Dios, y enseñando lo tocante al Señor Jesucristo, con toda confianza, sin que nadie se lo vedase.


¶Y viendo ellos el denuedo de Pedro y de Juan, y percibiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y al fin los reconocían, que eran de los que habían estado con Jesús.


De manera que habiéndolos amenazado todavía más, los soltaron, no hallando cómo castigarlos, a causa del pueblo; porque todos glorificaban a Dios por lo que había sido hecho:


Y habiendo ellos orado, fué sacudido el lugar donde estaban congregados; y fueron todos llenos del Espíritu Santo; y hablaron la palabra de Dios con denuedo.


Pero tomándole Bernabé, le trajo a los apóstoles, y les refirió cómo había visto al Señor en el camino, y que éste le había hablado; y cómo en Damasco había predicado denodadamente en el nombre de Jesús.


Y él estaba con ellos, entrando y saliendo, en Jerusalem,


Por lo cual, el que habla en lengua extraña, ore que pueda interpretar.


¶Teniendo pues una tan grande esperanza, hacemos uso de un lenguaje muy claro;


y los más de los hermanos, cobrando ánimo con mis prisiones, tienen mayor denuedo para hablar la palabra sin temor.


sino que, habiendo padecido antes, y habiendo sido ultrajados, como sabéis, en Filipos, cobramos confianza en nuestro Dios, para hablaros el evangelio de Dios en medio de mucho conflicto.


Mas el Señor estuvo conmigo, y me esforzó, para que por medio de mí la predicación fuese cumplidamente hecha, y para que oyesen todos los gentiles: y así yo fuí librado de la boca del león.


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