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Hechos 28:4 - Biblia Version Moderna (1929)

4 Y como viesen los bárbaros el reptil colgado de su mano, decían entre sí: Sin duda este hombre es homicida, a quien aun cuando haya escapado del mar, la Justicia no le ha permitido vivir.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Los habitantes de la isla, al ver la serpiente colgando de su mano, se decían unos a otros: «¡Sin duda este es un asesino! Aunque se salvó del mar, la justicia no le permitirá vivir»;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Al ver los nativos a la víbora colgando de la mano de Pablo, se dijeron unos a otros: 'Sin duda éste es un asesino. Aunque se haya salvado del mar, la justicia divina no lo deja vivir.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Los nativos° entonces, cuando vieron el animal° que colgaba de su mano, decían unos a otros: Sin ninguna duda, este hombre es un homicida, pues aunque se ha salvado del mar, la Justicia° no lo ha dejado vivir.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Cuando los nativos vieron el reptil pendiente de su mano, se decían unos a otros: 'Muy criminal debe de ser este hombre cuando, salvado del mar, la justicia divina no le deja seguir viviendo'.

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Hechos 28:4
20 Tagairtí Cros  

EMPERO la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que Jehová Dios había hecho; y dijo a la mujer: ¿Conque ha dicho Dios: No comeréis de ningún árbol del jardín?


El hombre cargado de la sangre de alguno, huir al hoyo: ¡no le detenga nadie¡


Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar a los habitantes de la tierra por su iniquidad; la tierra también descubrirá sus homicidios, y no encubrirá más sus muertos.


Las fieras del campo me honrarán, los chacales y las avestruces; por cuanto proveo aguas en el desierto y ríos en el yermo, para dar de beber a mi pueblo, mi pueblo escogido.


¡Ésta es la ciudad regocijada que habitaba descuidadamente, la que decía en su corazón: ¡Yo soy, y fuera de mí no hay ninguna! ¡Cómo ha venido a ser una desolación, una guarida de fieras! todo aquel que pasare junto a ella silbará, y meneará la mano.


de modo que venga sobre vosotros toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías hijo de Baraquías, a quien matasteis entre el Santuario y el altar.


Y todo el pueblo respondiendo, dijo:  ¡Recaiga su sangre sobre nosotros, y sobre nuestros hijos!


Y él respondiendo, les dijo: ¿Pensáis acaso que esos galileos eran mayores pecadores que todos los galileos, por cuanto sufrieron estas cosas?


O aquellos diez y ocho, sobre quienes cayó la torre en Siloé y los mató ¿pensáis que ellos eran más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalem?


No juzguéis según la apariencia, mas juzgad con criterio justo.


Y aquellos bárbaros usaron con nosotros de no poca bondad; porque encendieron una hoguera, y nos recibieron a todos, a causa de la lluvia que nos estaba encima, y a causa del frío.


Mas habiendo Pablo recogido una porción de ramas secas, y echádolas en el fuego, saliendo una víbora, a causa del calor, le trabó de la mano.


Mas él, sacudiendo el reptil en el fuego, no experimentó mal alguno.


Mas en cuanto a los cobardes, y los incrédulos, y los abominables, y los homicidas, y los fornicarios, y los hechiceros, y los idólatras, y todos los mentirosos, su parte será en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda.


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